Jugás al celular, mirás películás, estudiás o te conectás gracias a Internet. ¿Pero sabías que eso depende en realidad de lo que ocurre bajo el agua? Veamos el viaje que hace un video para llegar a tu celular.
- Sale de un centro de datos
Cuando escribís el nombre de lo que estás buscando, tu celular o compu envía un “pedido” de información. ¿Quién responde? Internet no está en “el aire”, aunque a veces escuches hablar de la “nube”. El video que querés está almacenado en un centro de datos (hay muchos en varias partes del mundo), y desde ahí se envía a tu celu.
- Viaja por cables
El video viaja gracias a una red bastante complicada de cables de fibra óptica, que son las que conectan tu celular con el centro de datos. No importa si estás conectado al Wi-fi o los datos del teléfono, al final que el video llegue o no a tu celular depende de estos cables.
- Se sumerge en el océano
Muchos de esos cables están conectados sobre tierra, pero casi todo lo que vemos o buscamos en internet (¡el 99%!) depende de grandes cables submarinos que atraviesan los océanos, y que fueron colocados por barcos que usan una especie de arado submarino. En algunos lugares, como la Antártida, tu video llegaría gracias a una red de satélites, no a estos cables, pero sería más caro y más lento.
- ¡Se enfrenta a tiburones!
En su viaje súper veloz tu video pasa muchas aventuras. Los cables intentan esquivar las zonas de pesca intensa o de actividad volcánica, que pueden dañarlos. Encima, con frecuencia los atacan tiburones. ¡Google tiene hasta cables a prueba de tiburones! Si los cables se rompen, son reparados por máquinas robotizadas.
- Al fin llega a casa
Después de todas estas aventuras, finalmente tu video de Pokemon sale del agua y llega gracias al cableado que lleva Internet a tu casa. Si lo estás viendo por el celular, el video llega primero a una antena, desde donde se transmite en forma inalámbrica gracias a ondas electromagnéticas. Algunos de los cables submarinos de Internet tienen 20.000 kilómetros de largo o están ubicados a 8.500 metros de profundidad, como pasa en Japón. A Uruguay llegan cuatro cables. Uno de ellos, llamado Tannat, es de Antel y Google, y tiene 2.000 kilómetros de extensión.