Varios expertos en el mercado inmobiliario consultados por el Wall Street Journal coincidieron en que durante los últimos años ha aumentado significativamente la cantidad de personas que se mudan de barrios residenciales a zonas controladas por bandas de narcotraficantes. “Es bastante frecuente que las personas se alejen de lugares especialmente violentos y vayan en busca de otros que quizás no sean los más seguros del país pero sí son más seguros que donde vivían antes. Eso lo vemos claramente con cada tiroteo masivo en una escuela, una universidad o un hospital. La gente se preocupa, se angustia y empieza a buscar una casa en algún lugar donde haya enfrentamientos a balazos entre narcotraficantes, pero donde la única posibilidad de salir herido es por una bala perdida. Eso, comparado con la posibilidad de que alguien apunte y dispare contra los integrantes de la familia, claramente es una ganancia”, aseguró uno de los expertos consultados por el matutino.
“Si la opción es entre un lugar donde no se puede salir a la calle de noche y otro donde no se puede salir a la calle de día, claramente gana lo primero”, sentenció otro experto.
La solución de Trump: tras la matanza en un hospital de Tulsa, el expresidente sugirió que se debería brindar armas a los enfermos para que se defiendan.