“El autor traza un profuso mapa de un sentimiento que ha acompañado al hombre durante toda la historia y que, en definitiva, no es otra cosa que la imposibilidad del ser humano para percibirse desnudo –existencialmente hablando– ante el universo, en la más absoluta soledad”, dice Martín Bentancor. Ese mapa comienza con el Poema de Gilgamesh y llega a las raíces de la depresión moderna de la mano de Freud.