En Farmakeia, Helena Corbellini retoma su ciudad ficticia de Malángel (de Matrioshka, su novela de hace dos años) para continuar revisitando la historia reciente uruguaya desde la ficción. En este caso, la historia parte de un comerciante asesinado por los militares y de una farmacéutica que persigue un “tranquilizante natural”: la amapola de Creta. El “Ángel Malo” le confiere una dimensión bíblica a este relato en el que la escritora coloniense sigue jugando con la autobiografía.