La “novela policial” de Saer, la penúltima que publicara en vida, se apropia de uno de los llamados géneros populares para intervenirlo y desmontarlo a su entero capricho: en los meses más crudos del invierno parisino, un asesino de ancianas desconcierta con la brutalidad de sus crímenes al comisario Morvan, de la Brigada Criminal, que investiga el caso mientras convive con un universo onírico en el que los billetes y monedas que aparecen en sus bolsillos llevan los rostros monstruosos de Escila, Caribdis, Gorgona y Quimera. La exposición del caso policial, los giros de la investigación y su impactante resolución son narrados de manera gradual por Pichón Garay –otro de los personajes recurrentes de Saer– a Marcelo Soldi y Carlitos Tomatis, tras su reciente regreso de París a Santa Fe. Mixturado con el caso policial aparece el destino del manuscrito (un dactilograma) de 815 páginas de la novela histórica En las tiendas griegas, escrita por el fallecido poeta Washington Noriega –también del elenco estable saeriano– y ambientada durante la guerra de Troya.