Si la historieta en Occidente todavía sigue lidiando con algunas batallas para aclarar que es un medio y no un género, el manga japonés tiene la ventaja de haber desembarcado con un abanico enorme de propuestas narrativas y la facilidad de conquistar al público joven. Sin embargo, habrá quienes todavía descartan esos volúmenes más pequeños y en blanco y negro, tal vez pensando que solamente se cuentan historias de enemigos cada vez más poderosos a los que se enfrenta el protagonista de turno. Les haría muy bien leer este cómic autobiográfico, editado originalmente en los años 70 y creado por un sobreviviente del bombardeo atómico de 1945. En 1983 se convirtió en una película igualmente emblemática y desde entonces es reeditado continuamente en todas partes del mundo. Porque las historias profundas y bien contadas pueden aparecer en cualquier parte.