Una historia de migración desde la perspectiva de un niño que, de un día para otro, debe dejar todo atrás y subirse a un avión para irse, con su familia, a vivir a otro país. Narrado en primera persona y en un presente que actualiza la historia y favorece la identificación, el texto se vale de un lenguaje sencillo, concreto. Fernández parece seleccionar cada palabra y cada recuerdo con el despojamiento y el cuidado de quien arma una valija, en una labor minuciosa que debe quedarse con lo fundamental. (Rosanna Peveroni)