Ayer mismo leía una noticia sobre la intervención militar en la frontera entre Chile y Perú para frenar el paso de migrantes, en su mayoría venezolanos, de un país a otro. Las imágenes y testimonios de las “pateras” que intentan cruzar el Mediterráneo desde África, en condiciones precarias, dejando vidas por el camino, o de quienes cruzan América Central para ingresar a Estados Unidos, son dolorosamente frecuentes. En el Río de la Plata nos criamos con la convicción de que “bajamos de los barcos” y tuvimos abuelos que llegaron desde lugares diversos, principalmente de Europa, huyendo del hambre y de la guerra, un lugar común que invisibiliza que somos parte de un continente con una población originaria. Antes y ahora, la migración es un fenómeno que ha acompañado los avatares históricos de pueblos y personas.

En el flamante Y tú, ¿de dónde sos?, de Pablo Fernández y Lucía Franco, publicado por Alter Ediciones, se aborda una historia de migración desde la perspectiva de un niño que, de un día para otro, debe dejar todo atrás y subirse a un avión para irse, con su familia, a vivir a otro país. Uno en el que hablan francés. Podemos suponer o adivinar, teniendo en cuenta la biografía del autor, que refiere a su propia historia, pero tanto la narración como la ilustración consiguen plasmar la singularidad evitando un exceso de información que ate la historia a un evento en particular: este viaje, con su desarraigo y el abrazo a un lugar y una vida nuevos, podría haber ocurrido en la década de 1970, desde Montevideo a Francia, o ahora mismo, desde cualquier lugar de habla hispana a otro francófono. Porque la experiencia de la mudanza es la misma.

Narrado en primera persona y en un presente que actualiza la historia y favorece la identificación –el pretérito sólo aparece en un par de ocasiones–, el texto se vale de un lenguaje sencillo, concreto. Fernández parece seleccionar cada palabra y cada recuerdo con el despojamiento y el cuidado de quien arma una valija, en una labor minuciosa que debe quedarse con lo fundamental. Así, van pasando escenas ante nuestros ojos –armado de valija, despedida, viaje en avión, arribo a una ciudad grande, la sorpresa y el aprendizaje que significa todo, las caminatas exploratorias, la escuela–, captadas en la ilustración de Franco con la misma sencillez y precisión en los detalles –una lámpara roja que reconocemos, la infaltable cafetera italiana del desayuno, los soldaditos de juguete–, que juega con fondos claros y difusos, encuadres descentrados que permiten –u obligan a– una mirada en movimiento para captar la amplitud de esa realidad que excede los márgenes. La presencia del color rojo en detalles significativos a lo largo del libro es un gesto que permite trazar un recorrido de destaques: desde la silla vacía en la primera página, contra el borde izquierdo de la hoja, que se queda, hasta el avión de papel que el protagonista lanza al infinito sobre el final.

En el proceso de desarraigo y arraigo a su nuevo lugar hay un exilio que es fundamental: el de la lengua, y Fernández se centra en las palabras, que operan como barrera y desafío, para que el protagonista pueda decodificar y luego apropiarse de esa nueva lengua y lo que ella nombra. “Soy la nueva mascota de la clase, y todo lo que digo hace reír a los demás”, dice, sin inflexión alguna de dolor o de rabia. Y entre la ayuda de sus compañeros, el diccionario que es su aliado, y el alivio que suponen las clases “en las que el idioma no cuenta: dibujo, gimnasia y natación”, va aprendiendo cada día una palabra nueva. También la nieve es un impacto con secretos para descubrir. Y, en una vuelta redonda como los viajes por el mundo, conoce el pueblito donde nació el abuelo, otro migrante, en otro tiempo.

La edición es minuciosa y cuida cada detalle, y explicita en la página legal el trabajo de cada uno de quienes participaron en la elaboración del libro, una decisión que le hace justicia al trabajo en equipo que implica.

Y tú, ¿de dónde sos? alude a esa pregunta molesta y recurrente que –incluso con la mejor intención– se le enrostra al extranjero apenas notar la diferencia y que actúa como acicate para aprender, para mezclarse, para ser uno más. Para que la pregunta ya no sea necesaria. Y tú, ¿de dónde sos? es un libro honesto, que se pone en los zapatos de un niño para contar su historia.

Foto del artículo 'Todos los viajes, un viaje: dos libros infantiles que abordan la migración'

Historia coral

Historias de pequeños migrantes aborda el tema de la migración mediante diez cuentos que abarcan todo el siglo XX y toda América del Sur. Son diez historias cuyos protagonistas viajan de Italia a Argentina, de Japón a Perú, de Líbano a Ecuador, de Canadá a Paraguay, de España a Uruguay, de Polonia a Brasil, de Potosí a La Paz, en Bolivia, de Chile a Suecia, de Toribio a Cali, en Colombia, y del territorio Yanomami a Venezuela. Es interesante que se incluyan historias de “migración interna”, que no son las más frecuentes en el imaginario de lo que entendemos como migración.

Cada cuento va precedido por un mapa que muestra la ruta, a veces larguísima, otras breve en kilómetros pero enorme en lo que implica en términos de diferencias culturales. Tienen, además, ilustraciones de Alfredo Soderguit, que captan la esencia de cada historia y, en conjunto, funcionan como un caleidoscopio que va variando de colores y elementos, en un recorrido que es también el de la historia del continente.

En cada capítulo de este libro, que Narancio elige contar en tercera persona pero desde la mirada de asombro de cada niño que debe emprender viaje, aparece una situación distinta que, en el conjunto, conforma una sola historia: la de quienes, por motivos diversos y en circunstancias históricas diversas, son desplazados y se ven obligados a migrar a otras tierras. Esta perspectiva coral le da fuerza: la migración es una y ha estado presente a lo largo de la historia del continente y del mundo; incluso se insiste en esta idea en la solapa, donde, con acierto, se invita a preguntar a las personas cercanas porque, seguro, aparecerán historias de migrantes.

La perspectiva de los protagonistas, que son niños, da a estos cuentos una mirada asombrada y abierta a lo nuevo, pero no evita mostrar las dificultades de esos viajes y de la inserción en la tierra a la que arriban. Narancio se centra en las anécdotas pequeñas que definen estos viajes largos, en las vivencias infantiles, en una mirada que se detiene en la descripción de los paisajes, los colores, los sonidos, los olores, y cuenta, en estos diez relatos que son testimonios de vida, una historia sin adjetivar, porque no es necesario: los hechos están ahí, crudos, para decir por sí mismos.

Posibles links

Migrantes, de Issa Watanabe. Libros del Zorro Rojo, 36 páginas. $ 1.100. Una obra imprescindible. La peruana, hija del poeta José Watanabe, presenta en este libro silente, de ilustraciones bellísimas, el viaje de un grupo de migrantes a los que presenta como un conjunto de animales diversos. Una peripecia terrible con la presencia implacable de la muerte.

Una casa bien abierta, de Carlos Pessoa Rosa y Claudia Legnazzi. Pequeño Editor, 2014. 36 páginas. $ 680. Si bien no trata de migración, este poema de Pessoa Rosa habla de casas y de palabras, de la búsqueda del hogar, de la palabra como casa. La ilustración, que utiliza cantos rodados y arena, es un goce.

Y tú, ¿de dónde sos?, de Pablo Fernández y Lucía Franco. Alter Ediciones, 2023. 38 páginas. $ 550. Historias de pequeños migrantes, de Constancia Narancio y Alfredo Soderguit. Objetodirecto.com, 2022. 90 páginas. $ 490.