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Cobertura de prensa en los jardines de la Maison de la Chimie en París, Francia, el 14 de junio.

Foto: Nicolas Rongier / Hans Lucas / AFP

La “uberización” de los periodistas

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Nuevas figuras de una profesión precarizada.

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Al igual que otros trabajadores, los periodistas sufren la tercerización de sus tareas y la precarización de sus condiciones laborales. A fuerza de fomentar la producción de artículos estandarizados, a demanda, que se escriben copiando las gacetillas de las agencias, las empresas de medios habilitaron la sustitución de los redactores por trabajadores mal pagos. Todo mientras se espera a los robots...

Soñar con ser periodista para después pasarse jornadas enteras redactando textos sin hacer ninguna tarea de campo ni aportar una sola fuente. Esa es la experiencia que vivió Clara Landrieux1 durante ocho meses después de terminar la escuela de periodismo. Lanzada a un mercado laboral poco floreciente, la joven tenía dificultades para encontrar un puesto laboral. Entonces, cuando un amigo le habló de una agencia de noticias llamada 6Medias con un trabajo poco beneficioso pero conveniente para insertarse en el oficio, lo intentó. La fase de contratación se resumió en una prueba escrita que se supera, según Clara, “casi automáticamente”. Después siguió un curso de formación de una jornada, durante el cual se tuvo que mostrar capaz de escribir ocho artículos en algunas horas.

Una vez pasada la prueba, los periodistas de 6Medias firman “textos” como colaboradores externos en sitios web de publicaciones conocidas como Le Point, Gala o Géo. La mayoría de las veces, los lectores ignoran que la producción de estos textos fue subcontratada. Cuando no se lo indica de forma expresa, todo deja pensar, en efecto, que se trata de un texto escrito por un periodista de la redacción. A ojos de la dirección, el recurso a esta forma de “uberización” está justificado para responder mejor a las expectativas de los lectores. “En el sector no se habla de uberización, sino de producción de contenidos”, corrige de inmediato un antiguo jefe de redacción de la web de un diario que recurrió a esta mano de obra muy eficaz. “Porque la realidad es que no se gestiona un sitio de la misma manera que se gestiona un diario. En la web, los contenidos que triunfan suelen ser de baja calidad. Flirtean con la farándula, la repetición de las gacetillas de AFP, las crónicas chabacanas o los titulares escandalosos. Por ejemplo, si el artículo se titula ‘Un niño evita por muy poco ser aplastado’ es porque se sabe que en Discover, el feed de noticias de Google, volará como pan caliente. Pero no se especifica que la historia tuvo lugar en Perú, porque eso podría generar menos clics”. El responsable se defiende de haber importado esta práctica a su antigua redacción. Hace algunos años, explica, el departamento de publicidad necesitaba una mayor audiencia en el sitio para obtener nuevos contratos. La dirección se decidió entonces por una agencia de prensa externa, en contra de lo que quería el editor de la web. “Propuse contratar gente, pero eso lleva tiempo. Sigo convencido de que no es lo que había que hacer”.

En el universo de la información gratuita financiada mediante publicidad, los clics son la clave del negocio2. Y para generarlos, lo mejor es atenerse a las viejas recetas. Aquí es donde entran los soldaditos del periodismo de 6Medias y otras agencias de prensa como COM’Presse o ETX Studio, el trío que domina el mercado. Su misión: escribir un “texto” por hora para multiplicar los contenidos y las posibilidades de que un artículo encuentre su público... y las publicidades que lo acompañan. Un ritmo frenético. “Hay que trabajar encadenando las cosas una tras otra, como en una fábrica”, se lamenta Clara Landrieux. “Cuando terminás un texto, empezás con el siguiente”. Esta visión de un periodismo flexible, sin información agregada, provocó una rápida renovación del personal. La redactora renunció tras recibir otro comentario hiriente de parte de un superior. Otros redactores en serie que fueron consultados por Le Monde diplomatique dijeron no haber durado ni ocho meses. “En 12 años sólo hemos tenido un juicio laboral y, hecho rarísimo, lo ganamos”, destaca Rémi Duval, director general de la empresa.

La cadencia infernal va acompañada de un sentimiento de relegación entre los outsiders de la profesión, dado que la escritura se limita a menudo al refrito –es decir, a acortar y reformular– de las gacetillas de las agencias de prensa o a copiar y pegar informaciones recolectadas de la competencia, para luego reescribir el conjunto sin mencionar la fuente, en función de temas impuestos por los clientes. Los insiders, en cambio, se benefician de más tiempo para escribir o, si tienen suerte, para investigar. Cuando el formato se lo permite, su trabajo termina en una publicación impresa, lo que es percibido como lo más gratificante por un segmento de la profesión. Las jóvenes cohortes de periodistas no siempre son conscientes de este mercado laboral a dos velocidades. “En la visión del oficio que nos enseñan en la escuela, este ecosistema precario no existe”, señala Clara. “La uberización se instaló muy astutamente”. La periodista observa también que los salarios son demasiado bajos. Varios antiguos empleados de 6Medias confirman jornadas laborales de siete a ocho horas y media, pagadas 101 euros brutos, sin aguinaldo ni participación en las ganancias, es decir, unos 2.000 euros brutos al mes. Su competidor ETX Majelan paga un poco mejor pero, como señala una antigua freelancer que trabajó para Femme Actuelle en 2023, “nuestro estatuto es el de un contratado por duración determinada, lo que se supone que es ilegal en la prensa escrita”.

Plataformas de contenidos

Editores rodeados de una decena de periodistas alrededor de una mesa discuten sobre la importancia de los temas a tratar: esa es más o menos la imagen ideal del periodismo. Pero en muchas publicaciones estos espacios de debate tienden a vaciarse en beneficio de un equipo disperso. “La redacción a la que yo pertenecí durante varios años desapareció cuando la marca fue comprada por el grupo Reworld”, explica Jean-Jacques Filleule3. “Nunca se la reformuló. El medio pasó de inmediato a manos de una agencia de prensa, después a otra. Fue puesta bajo la responsabilidad de alguien nombrado por Reworld, que dirige a un equipo de trabajadores externos que hacen teletrabajo”. Este periodista sigue trabajando para la publicación, pero con el cambio de empresa perdió el 30 por ciento de su salario. “Algunos de los textos están realmente en el límite del amateurismo”, considera, mientras que las infografías y los mapas quedaron reducidos al mínimo.

Las agencias de prensa subcontratadas no terminan en las puertas de la web. Cuando las publicaciones impresas recurren a ellas, el objetivo también consiste en evitar la firma de contratos de duración indeterminada, o incluso determinada, tercerizando la producción. La dirección de muchas revistas ve en el hecho de recurrir a mano de obra barata una manera de compensar la caída de las ventas. “El diablo puede tener muchos argumentos, pero no creo para nada en la duración del modelo de las revistas uberizadas”, matiza Hervé Poirier. El exdirector y jefe de redacción de Science & Vie dejó la revista después de que Reworld adquiriera el grupo Mondadori France en 2019. Junto con otros periodistas indignados, fundó un medio rival, Epsiloon.

Sin embargo, ¿qué es un imperio mediático sin periodistas poseedores de un carné de prensa? “Hay que adaptarse a los tiempos”, responde Pascal Chevalier, fundador de Reworld Media. “Hay que dejar de repetir los discursos de los quejosos, no sirve para nada”, se irritaba en una entrevista a CB News (27 de febrero de 2021). “Al fin y al cabo, nuestro oficio es ser lo que es Spotify a la música [...]: una plataforma de contenidos”. Gauthier Normand, director general, agregó en esa misma entrevista: “Es el lector quien decide sobre la calidad del contenido. No queremos detenernos en los métodos de producción”.

Esta uberización inspira a los competidores. Y no sólo a grupos que cotizan en bolsa como Reworld, sino también al grupo familiar Marie Claire, propietario de Cosmopolitan y La Revue du vin de France. En la revista mensual femenina Marie-Claire, una parte del equipo teme la implementación del proyecto de “mutualización y tercerización de la función de secretario de redacción”. “En el grupo, algunos de los medios ya fueron tercerizados, como Cuisine et Vins de France o Magicmaman”, precisa Françoise Feuillet, delegada del Sindicato Nacional de Periodistas-Confederación General del Trabajo (SNJ-CGT). “Ahora, podrían verse afectadas de igual modo otras publicaciones que son todavía más importantes, y también Avantages y Cosmopolitan”. La dirección no se conforma con imitar la receta de Reworld, sino que recurre al mismo proveedor de servicios, COM’Presse. Esta empresa, especializada en “contenidos mediáticos”, afirma, en su sitio web, producir entre 150 y 200 revistas al año para una amplia gama de medios de comunicación (el programa Secrets d’Histoire, números especiales de Science & Vie y Le Point, Nous Deux, Mon Jardin & ma maison, etcétera) gracias a una red de más de 300 periodistas pagados por página según tarifas muy diferentes. 6Medias reivindica un centenar de periodistas, mientras que ETX Majelan no da la cifra.

Estos cambios se inscriben dentro de una tendencia de fondo que profundizan en nuevas proporciones y formas. Ya en 2004, la agencia de prensa Reuters había trasladado parte de su redacción a India para cubrir las noticias de 2.000 pequeñas y medianas empresas estadounidenses que cotizaban en la Bolsa de Nueva York4. Esta pirueta le permitió aprovechar salarios más bajos y costos que, según admite el propio medio, eran un 60 por ciento más baratos.

Varios periodistas sospechan que el grupo La Dépêche du Midi implementó un “truco” original: fundar su propia agencia de noticias para después subcontratarse... a sí mismo. La Dépêche News –una empresa que depende del grupo familiar Baylet– permitió a La Dépêche du Midi contratar desde 2017 entre 30 y 40 periodistas en condiciones salariales menos favorables, mientras que, en los hechos, trabajan para la publicación regional sudoeste. “Al principio, no teníamos derecho al mismo número de días de reducción de tiempo de trabajo que los empleados contratados bajo la antigua fórmula”, explica un periodista que sigue trabajando para el grupo, y que nos habló bajo condición de anonimato. “Después de 2022 esta situación se regularizó, pero sigo ganando como mínimo 400 euros brutos menos que si me hubiera contratado La Dépêche y no su agencia de prensa”. Claire Raynaud, una de las primeras empleadas contratadas según la nueva modalidad, calcula que el recorte de su salario es de 30 por ciento en comparación con el salario de una persona contratada directamente. Inició un largo juicio laboral, que ganó en primera instancia. El 30 de junio de 2023, el Tribunal de Apelación de Toulouse reconoció que “existe efectivamente una relación de subordinación no sólo con la sociedad La Dépêche News, que ninguna de las partes cuestiona, sino también con la sociedad Groupe La Dépêche du Midi”. Durante una audiencia ante el Senado el 3 de febrero de 2022, Jean-Michel Baylet, director general del grupo, explicó: “Si queremos que los periódicos sobrevivan, tenemos que racionalizar”. Siguiendo el mismo camino, La Voix du Nord pretendía, después de un plan de despidos a fines de 2022, crear una agencia de prensa externa. Pero se echó atrás ante las protestas que despertó el proyecto. En su lugar, se implementó un estatuto de redactor sedentario, menos remunerado5.

“A fuerza de permitir a las empresas de medios de comunicación que busquen mecanismos rápidos para aumentar su audiencia, se van a ir hacia la inteligencia artificial [IA]”, predice un antiguo directivo que recurrió a una agencia de prensa uberizada. “Algún día, ni siquiera necesitaremos periodistas, sino sólo editores web que verifiquen lo que la máquina dejó ahí. Entonces una empresa como 6Medias podría ser sustituida incluso por la IA”. Y el periodismo de escritura automática va a alcanzar su apogeo.

Vincent Bresson, periodista. Traducción: Merlina Massip.


  1. Su nombre fue cambiado a su pedido. 

  2. Ver Sophie Eustache y Jessica Trochet, “De l’information au piège à clics”, Le Monde diplomatique, agosto de 2017. 

  3. Su nombre fue cambiado a su pedido. 

  4. Randeep Ramesh, “The Outsourcing of Journalism”, The Guardian, Londres, 7-10-2004. 

  5. “La Dépêche du Midi engage-t-elle des journalistes low cost?”, La revue des médias, 14-11-2023. 

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