La expresidenta de la Institución Nacional de Derechos Humanos Mariana Mota expuso sobre derecho medioambiental convocada por agrupaciones de la zona oeste de Maldonado, en Nueva Carrara. En el salón comunal de esta localidad, perteneciente al Municipio de Pan de Azúcar, se congregaron más de 50 personas que llegaron desde departamentos como Canelones, Montevideo y Rocha, y desde zonas costeras de Maldonado.
Además de repasar la normativa internacional y nacional en la temática, al destacar la importancia de la participación social en estos asuntos Mota hizo un punteo sobre “importantes deficiencias” al momento de defender, entender y denunciar los problemas ambientales que se detectan en los territorios.
En este sentido, enfatizó la falta de juzgados y fiscalías especializados en medioambiente y la “poca difusión y conocimiento” de los derechos y de las obligaciones del Estado, así como de los mecanismos de defensa y acción frente a riesgos y daños ambientales.
También advirtió la “escasa presencia de los temas ambientales en la prensa” y comentó que cuando se los aborda suele utilizarse un lenguaje “muy técnico que dificulta la comprensión por parte de la población”.
Asimismo, lamentó que “persiste la tendencia a la reserva de información, un secretismo del Estado” que dificulta el acceso a datos relevantes para conocer detalles sobre presuntas violaciones a la normativa y para fundamentar las denuncias que pueden radicar las organizaciones sociales o personas preocupadas por el entorno donde viven.
Con relación a la Ley de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible, Mota afirmó que “no hay interacción entre los organismos” y opinó que la creación de un ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial por un lado y uno de Ambiente por otro “afectó aún” más esa escasa interacción.
“No se aplica la ley con una mirada integradora del territorio, predominan visiones sectoriales que han fragmentado el territorio, y los cambios de categorización de los suelos no contemplan los principios de la ley ni los mecanismos previstos”, advirtió a continuación.
A su juicio, esto ocurre porque las autoridades “ceden a la presión urbanizadora sobre los suelos rurales y [hay] una desigual consideración de los territorios”, al tiempo que el Poder Ejecutivo no ejerce su competencia al no elaborar, por ejemplo, las directrices regionales”.
Por otra parte, Mota aseguró que tampoco se fomenta la participación ciudadana en los procesos y que los conflictos no encuentran un ámbito para su resolución.
Hacia un derecho de la naturaleza
En otra parte de su exposición, Mota consideró que se debe modificar “la visión antropocéntrica del derecho ambiental hacia una que haga foco en la naturaleza como sujeto de derecho, aprendiendo de los pueblos originarios que sostienen una fuerte unidad entre la tierra y los seres humanos, en un plano de igualdad”.
Esto implica que los sistemas de vida se centren en los ecosistemas, en las comunidades, antes que en los individuos. Implica, asimismo, un cambio de paradigma por el cual “se modifiquen patrones de funcionamiento de una sociedad basada en el consumo para ir hacia una sociedad sustentada en la armonía entre la naturaleza y los seres humanos”.
Para concluir su exposición, Mota citó a la filósofa y activista por la ecología y el feminismo Vandana Shiva. Resaltó que “en muchas partes del mundo quienes viven en relación con la madre tierra son calificados de primitivos; sin embargo, reconocer los derechos de la madre tierra permite reconocer que aquellos que viven en relación con ella son las civilizaciones más avanzadas del planeta”.
Tras la intervención de Mota, siguió la presentación del protocolo de actuación para hacer denuncias ambientales y su seguimiento, elaborados por Déborah Díaz y Agustina Melotto Domé.
Entusiasmo social
En declaraciones a la diaria, Díaz resaltó que fue “un encuentro increíble” no sólo por la participación de decenas de personas de diferentes lugares, sino también porque contaron con la presencia del científico Daniel Panario y entre todos obtuvieron muy buena información sobre cómo continuar desarrollando su tarea de vigilancia y cuidado del medioambiente.
“Eso incentivó a muchas personas y agrupaciones a comenzar a movilizarse”, destacó. De hecho, a partir de este intercambio compartieron y ampliaron información sobre tres nuevos casos de denuncia ambiental en el departamento de Maldonado que se encuentran en proceso y seguimiento grupal.
Una de ellas está vinculada con el deterioro ambiental en la Sierra de las Ánimas, a la altura del pueblo Las Flores; la segunda refiere a la deforestación de monte nativo en la cañada de El Encanto, en el sureste del cerro Pan de Azúcar; y la tercera tiene que ver con la necesidad de investigar qué ocurrió con el incendio generado días atrás en la Laguna del Diario y con el reclamo de que se designe un guardaparques para la zona.