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Foto: Florencia Salvatierra

Robert McRuer, teórico de la discapacidad: “No queremos que las personas con discapacidad sean usadas para esconder la opresión de otros”

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Con el autor de Teoría crip, signos culturales de lo queer y de la discapacidad.

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Robert McRuer (1966) es uno de los pensadores más importantes sobre la discapacidad en el mundo. En sus publicaciones y charlas rechaza ubicar la normalidad en lo heterosexual y la capacidad, en contraposición con la homosexualidad y la discapacidad. Establece conexiones entre las luchas de los movimientos de la diversidad sexual, feministas, afro y de la discapacidad y cuestiona la representación que tienen las personas con discapacidad en la esfera pública. Es el autor de Teoría crip, signos culturales de lo queer y de la discapacidad, un libro de referencia en estos temas, además de especialista en teoría queer, estudios culturales e interseccionalidad.

Considera que vivimos un momento del capitalismo neoliberal en que algunas personas con discapacidad son invitadas a asimilarse a la sociedad mientras la mayoría están afuera, “un sistema más cruel que otros que hemos tenido antes”.

McRuer visitó Uruguay para dar un curso en el Instituto Superior de Educación Física de la Universidad de la República.

¿Cómo define la teoría queer y la teoría crip? Ambas comparten una visión de resistencia contra lo que se considera la normalidad y los procesos de normalización en ese sentido.

Podemos decir que la teoría queer nació con contradicciones productivas. Por un lado, fue un momento de orgullo, desafío, resistencia e identidad para cambiar el sistema. Al mismo momento, por otro lado, más académico, la teoría queer fue una manera de explorar lo binario heterosexualidad/homosexualidad e investigar la manera en que los géneros, las sexualidades y los deseos no caben muy bien en ese binario. Desde el inicio esta teoría fue una manera de pensar en el exceso, en las cosas que no caben muy bien en los vocabularios que tenemos. La teoría crip nació una década más tarde, venía desde la intersección de la teoría queer y los estudios de las personas con discapacidad. Ese campo de estudios fue para investigar qué pasó en los dos últimos siglos en la distinción entre lo normal y lo anormal. La cultura de la normalización nos ha dado instituciones de normalización. Durante el siglo XX fue momento de sedimentar esta distinción entre lo normal y lo anormal. Las teorías queer y crip son primas, hermanas o vecinas, porque durante este siglo fue el momento de decir que lo normal es la capacidad y heterosexualidad y lo anormal son los perversos y discapacitados. La teoría crip nació desde el arte y el activismo, en especial de artistas queer que se definían crip, no sólo como personas con discapacidad sino como crip, y tienes que recordar que mi identidad es de resistencia, desafío y orgullo. La teoría crip también tiene contradicciones, de pensar las identidades y de lo que no cabe muy bien en el binario capacidad/discapacidad.

¿Cuáles son las diferencias de la teoría crip con el modelo social de la discapacidad?

Creo que el modelo social de la discapacidad es reformista y la teoría crip es más radical. Un modelo reformista quiere cambiar un poco el sistema pero, al fin y al cabo, quiere asimilar a la sociedad como es. El modelo social sencillamente dice que la discapacidad no existe si hay ciertos elementos en el entorno: si tengo un impedimento pero cuento con rampas, ascensor o intérprete no soy una persona con discapacidades sino una persona con una diferencia. La teoría crip considera que esa manera de hablar de la discapacidad no tiene en cuenta que la discapacidad tiene valor, que hay conocimientos que vienen desde la experiencia y cultura de tener una discapacidad o tener una cultura de personas con discapacidad. Hablamos ahora de maneras de conocer desde la perspectiva de una discapacidad y de una cultura de la discapacidad, y a veces decir desde la comunidad crip que esta cultura tiene algunos beneficios que son mejores que la cultura dominante. “Reformista” y “radical” serían las palabras para diferenciar los dos modelos.

¿De qué manera ha incidido la teoría crip en los movimientos sociales vinculados con la discapacidad y en otros, como el feminista y el LGTB? ¿Nota que la interseccionalidad ha tomado más fuerza en estos movimientos?

Es un nacimiento monstruoso, porque hay muchos padres y madres de este movimiento. Por ejemplo, en los años 90 había un movimiento llamado Orgullo Loco, que fue una manera de rechazar que nuestras mentes son diferentes y necesitamos tomar medicamentos y estar en instituciones. Fue un movimiento fuerte, que viajó por el mundo. Otra rama es el feminismo, porque en especial en los 80 y en los 90 estaban pensando mucho en el cuerpo y la salud de las mujeres y fue una manera de pensar en cuerpos diferentes, algunos que no tenían derecho. Crip es una palabra peyorativa en inglés y los crip en la cultura queer eran las voces más ruidosas en reclamar. Antes de tener la frase de teoría crip teníamos muchos queer que usaban la palabra crip para definir su identidad fuerte y con orgullo. En este momento podríamos hablar del movimiento Justicia por la Discapacidad, que comenzó con activistas y artistas de color en San Francisco, que no querían invisibilizar sino celebrar la belleza del cuerpo discapacitado y de color. Ese movimiento ya tiene sus puntos publicados; el primero es que los derechos para las personas con discapacidad son importantes, pero para nosotros el primer punto es la interseccionalidad, tenemos que pensar en la raza, el género, la sexualidad, la clase y la discapacidad en el mismo momento. Esta rama de la justicia por discapacidad está viajando fuerte por el mundo.

¿La teoría crip se puede aplicar en políticas públicas?

Podemos hablar sobre un movimiento hegemónico queer que en los años 90 sólo pedía cosas desde el Estado y la ley, como el matrimonio y el derecho de entrar en el ejército. Un movimiento de normalización. A veces el movimiento de las personas con discapacidad ha funcionado de manera similar, diciendo que queremos trabajar y que esos son nuestros derechos. Esto para definir de una manera sencilla el tema. Sin embargo, creo que la teoría crip y de justicia por la discapacidad quieren más, no quieren confiar todo el tiempo sólo en el Estado y en la ley. Esos movimientos tienen un poco de suspicacia sobre el Estado, quieren cambiar la cultura, la representación, la manera de formar comunidades. Es una manera de representación y metas más amplia; tienen una ética de abolicionismo; están pensando en las conexiones entre las cárceles, los manicomios, las casas para ancianos y otros lugares para contener a la gente. Quieren cambiar esa cultura y esa sociedad, pensar, al fin y al cabo, en una manera de vivir sin cárceles. Es un movimiento muy utópico y con esa ética fuerte. Entonces, sí, es posible aplicar la teoría crip en políticas públicas, pero no solamente la ley o el Estado.

¿Ir contra el capacitismo, como plantea la teoría crip, puede invisibilizar opresiones a personas con discapacidad?

Movimientos de derechos de personas con discapacidad y la cultura crip están en contra de la invisibilidad en general, aunque la teoría crip también quiere pensar en la manera en que funciona la representación. En el curso en Uruguay, por ejemplo, hablamos de la manera en que los gobiernos usan a los atletas para formar una cortina de humo frente a otras cosas. Cuando Enrique Peña Nieto empezaba su presidencia en México, dio un premio nacional a un atleta paralímpico muy famoso cuando afuera de la casa presidencial había un movimiento estudiantil muy fuerte diciendo que había violencia policial, corrupción y mala representación en los medios. Entonces la teoría crip dice: “OK, tenemos representación de personas con discapacidad, pero un tema es cómo funciona esa representación”. A veces está funcionando de una manera neoliberal para oscurecer lo que está pasando en la historia más amplia. La teoría crip quiere un mundo sin capacitismo, pero un principio fuerte de la justicia por la discapacidad es la interseccionalidad, y no queremos que las personas con discapacidad sean usadas para esconder la opresión de otros.

La matriz de protección social en Uruguay está armada sobre el déficit en cuanto a la discapacidad. ¿Cómo puede incidir introducir la teoría crip en ese campo institucional? ¿No podría justificar ajustes a la baja de políticas públicas?

Hay una relación crip y Estado que implica cuán posible es cripear el Estado. En la teoría queer y crip hay críticas fuertes contra el Estado y serias dudas de si vamos a recibir liberación de un Estado que está fuertemente conectado con el capitalismo. La teoría crip es más que el movimiento de derechos de personas con discapacidad, siempre tiene sospechas de lo que vamos a recibir desde el Estado. Eso no significa que tengamos que dejar de lado el Estado, pero sí que el Estado no va a hacer todo. La educación debería ser el lugar de liberación y de abrir ventanas para las personas con discapacidad, pero en muchos lugares es una fábrica de capacitismo, una manera de diferenciar entre normal y anormal. Sabemos que no es tan fácil cambiar eso ni cambiar el Estado. Hay muchas personas en el campo de la teoría crip que están trabajando fuerte para cambiar el sistema de educación, pero sabemos que eso no es tan fácil. Entonces, ¿cripear el Estado? Sí. Pero eso es una cosa, y la cultura crip tiene metas más diversas y excesivas. Además, el Estado que conocemos está en el marco de este sistema y la teoría crip está en tensión con ese sistema, por lo que también hay tensión con el Estado. Un movimiento crip en Uruguay es algo muy nuevo. Lo importante es que hay más y más lugares para expandir ese movimiento. Estoy seguro de que artistas, activistas y académicos en este movimiento van a tener ideas específicas para este país, incluyendo ideas para conectar activismos disca y crip en otros países en América Latina.

Dio un curso en el marco de la Maestría en Educación Física del Instituto Superior de Educación Física (ISEF), conversatorios en Montevideo y Centro Universitario Regional del Este en Maldonado, y tuvo reuniones con un grupo de investigación del ISEF. Cuénteme de su visión sobre discapacidad y diversidad en Uruguay tras esta experiencia.

Fue fuerte y un éxito. Teníamos buenos estudiantes que querían discutir durante muchas horas sobre muchos temas. Hablamos sobre teoría crip y ecología, performance, cultura, materialismo crip, entre otros temas. Creo que esos estudiantes de Educación Física en el futuro van a pensar de forma mucho más amplia en los cuerpos y las mentes de sus estudiantes. Quieren pensar más allá de la capacidad corporal obligatoria. También hubo conversatorios en Montevideo y Maldonado; fueron amplios, sobre austeridad y discapacidad, sobre las cortinas de humo que mencioné antes y sobre capacidad, la intersección de la sexualidad y la discapacidad, y ejemplos del uso de crip en muchos lugares. Yo estoy interesado en la manera en que viaja la palabra en muchos lugares, incluso donde se habla español.

En muchas de las traducciones de la teoría crip se mantiene el anglicismo crip. ¿Por qué no se usa una palabra en español como inválido, tullido o retrasado, por ejemplo, siendo que en inglés justamente buscaron apropiarse de un término ofensivo de manera similar a lo hecho por la teoría queer años atrás?

Por supuesto, se podría decir que existe un peligro de imperialismo cultural cuando un término inglés como crip (o queer) ingresa a otros idiomas. Sin embargo, las posibilidades generativas y de creación de mundos que se abren a medida que crip viaja superan ese peligro, especialmente porque funciona junto con una variedad de otros signos en un idioma como el español. Cuando mi propio libro, Crip Theory, se tradujo al español en 2021, tuve una serie de conversaciones no sólo con el traductor [Javier Sáez de Álamo, de España], sino también con colegas y activistas desde Canadá hasta Argentina y prácticamente todos los lugares de habla hispana. Las conversaciones destacaron la inventiva y el juego con los lenguajes para la discapacidad en todos y cada uno de los lugares en los que se habla español. “Teoría tullida”, una de las primeras posibilidades de traducción, ha tenido cierta circulación como alternativa a “teoría crip”, pero casi en su totalidad en la propia España (donde, de hecho, puede traducirse adecuadamente como la palabra inglesa crip o cripple). Sin embargo, como ocurre con muchos conceptos españoles, tullido/a se usa de manera muy diferente en algunos lugares.

Aunque es más común en Medellín que en Bogotá, por ejemplo, en Colombia tullido es más común para hablar de tener frío, como en la expresión “tullido del frío”. “Teoría coja” era otra posibilidad (con cojo o coja traducido aproximadamente como lame en inglés). Al menos un colega, desde una perspectiva cubana, estaba muy a favor de usar el término “teoría coja”. Citó la interpretación del contrabajista cubano Cachao López de “Juana la coja” como evidencia de la generatividad cultural del término. Al final, sin embargo, la teoría coja también les pareció a otros colegas, en diferentes lugares, al menos algo regionalmente específica. “Lisiada” como término tiene una amplia circulación, principalmente debido a una famosa escena de una telenovela mexicana de la década de 1990. Una mujer de la serie entra en una habitación donde una adolescente (que usa una silla de ruedas) está besando a un adolescente sin discapacidad: “¡Maldita lisiada!”, grita la mujer, y sigue regañando y golpeando a la chica y al chico, en una escena que ha sido compartida millones de veces en Youtube. La palabra “lisiada” también ha sido reclamada y resignificada, como en el hermoso poema y performance “Lisiada” de la poeta y activista argentina Daiana Travesani.

En América Latina la palabra “disca” ya está viajando en contextos activistas, aunque no tiene mucho uso en este momento en España. Lo que más me impresionó de esta conversación extendida a lo largo de las Américas fue cómo “crip”, “coja”, “disca”, “lisiada” y otros términos ya estaban en circulación y funcionaban en una especie de creación de mundos; esta creación de mundos a menudo repite y revierte los términos negativos, peyorativos o degradantes por los cuales las personas discapacitadas han sido mantenidas en su lugar e imagina (y materializa) un otro momento y en otro lugar, “futuros crip” y “horizontes crip”. Entonces, lo importante no es sólo una palabra, sino las metas de cambiar el mundo. Ya tenemos la teoría crip (como proyecto y también como libro), pero otras opciones van a existir en otros momentos. Pero con frecuencia sin contradicciones.

Si marca estas supremacías de heterosexualidad y capacidad, ¿por qué, al parecer, el neoliberalismo no pretende erradicar la homosexualidad ni la discapacidad?

Estamos en un momento del capitalismo neoliberal diferente del de épocas anteriores. Durante la mitad del siglo XX fue más de pensar en erradicar la discapacidad y las sexualidades “perversas”. Entonces había leyes contra la homosexualidad, había muchas instituciones para contener a personas con discapacidades mentales y físicas. La mentalidad fue cambiando desde la mitad del siglo XX y ahora estamos en otro momento, que es peligroso igual. En el capitalismo neoliberal pueden aceptar algunas identidades como espectáculos, pero hay mucha gente que está fuera de eso. Algunas personas con discapacidad son invitadas a asimilarse a la sociedad, mientras que la mayoría está otra vez afuera. Pueden incorporar algunos cuerpos con diferencias, pero al mismo tiempo es un sistema más cruel que otros que hemos tenido antes.

¿Cuál es la visión que mayoritariamente difunden de la discapacidad los productos culturales comerciales de más impacto?

Me encanta enseñar películas sobre discapacidad porque hay muchas que tienen elementos para pensar críticamente en la representación de la discapacidad. Es muy fácil ver a muchos actores sin discapacidades casi todo el tiempo actuar como una persona con discapacidad, y eso es un problema porque casi nunca contratan actores con discapacidad para películas con discapacidad. Actores sin discapacidad están usando la discapacidad para retos personales mientras los actores con discapacidad no tienen trabajo.

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