Finalmente, después de la presentación de los datos oficiales, el Instituto Nacional de Estadística (INE) divulgó el “documento metodológico” del censo realizado en el transcurso de 2023, así como los resultados de la Encuesta Nacional de Evaluación Censal (ENEC), que tuvo como propósito estimar el nivel de cobertura que alcanzó efectivamente el relevamiento censal. Ambos informes técnicos coinciden en que existió un retroceso en términos de cobertura con relación al censo anterior, y también revelan diferencias significativas según determinadas variables, como, por ejemplo, el estrato socioeconómico.
Según la ENEC, la estimación puntual de la omisión total se situó en 10,3%, lo cual supone que aproximadamente un décimo de la población uruguaya no fue censada. La ENEC anterior, correspondiente al censo realizado en 2011, había arrojado un porcentaje de omisión de 4,94%. En el documento metodológico, el INE sostiene que la no respuesta al cuestionario, ya sea por “moradores ausentes” o por “rechazos”, explica “el 85% del aumento de la omisión total en el Censo 2023 con respecto al Censo 2011”.
Según supo la diaria, el nivel de cobertura fue objeto de discusión en la Comisión Honoraria Asesora del Censo 2023, creada por decreto del Poder Ejecutivo e integrada por académicos y expertos de la Universidad de la República, la Universidad Católica, la Universidad ORT y el Fondo de Población de las Naciones Unidas. “Cuando nos preguntaron, la idea era que los censistas vayan más veces [a los hogares que no respondían], pero, por los costos, eso es más fácil decirlo que implementarlo”, comentó a la diaria un miembro de la comisión.
La principal novedad del último censo fue que, por primera vez, la gente tuvo la posibilidad de completar el formulario elaborado por el INE a través de la web. Así lo hizo el 60% de los hogares uruguayos censados; el resto fue censado presencialmente, en un operativo de campo que involucró a miles de censistas desplegado entre mayo y setiembre del año pasado.
De acuerdo al documento metodológico del INE, cada censista destinado a una zona urbana tenía la orden de visitar “al menos” en cinco oportunidades distintas “todas las direcciones que tenía asignadas”. Este trabajo, añade el informe, incluyó la conformación de “equipos numerosos de censistas” para “cerrar el censo en zonas complejas de Montevideo, que no pudieron cubrirse con la asignación tradicional”.
En entrevista con El País, el director técnico del INE, Diego Aboal, ilustró al respecto: “Hay lugares donde nosotros entrábamos con la Guardia Republicana. [...] Tuvimos que evacuar zonas porque estaban a los disparos. Esa es la realidad”.
No obstante, Aboal aseguró que la información que no pudo obtenerse en esos lugares posteriormente “se completó con registros administrativos”, un proceso adicional que definió como “una especie de milagro”. “Hoy el dato que damos incluye a todos porque por registros administrativos sabemos sobre aquellos que no logramos que nos abrieran la puerta”, afirmó.
El INE señala en el documento metodológico divulgado que el principal registro administrativo utilizado como fuente complementaria en el censo fue la base de datos de clientes de UTE, “cuya cobertura cercana al 99% de los hogares en el país asegura un alcance casi universal”.
Sobre este punto, una fuente especializada señaló a la diaria que este método contribuye a “llegar a una estimación que seguramente es más o menos buena” sobre la cantidad total de la población uruguaya (3.499.451 personas). Sin embargo, advirtió que “complementar el censo con los datos de esas otras fuentes” supone que “para ese más de 10% [omiso] no tenés toda la información que tendrías si le hubieras aplicado todo el cuestionario censal”, es decir, “solamente tenés su sexo, su edad y poco más”.
Asimetrías en el censo
Los resultados de la ENEC marcan que el Censo 2023 tuvo omisiones mayores entre la población de menor nivel socioeconómico. Por ejemplo, el porcentaje de omisión estimado para los hogares ubicados en asentamientos es de 15,5%, esto es, cinco puntos porcentuales por encima del promedio general.
En cuanto a la distribución territorial, los departamentos del centro y del norte del país fueron menos censados que los departamentos del sur. Para Florida, por ejemplo, se estimó una omisión de 8,1%, mientras que para Artigas la ENEC marca una omisión de 13,8%. También hay diferencias en la clasificación por tramos etarios.
El peor indicador de la ENEC aparece en la comparación por estrato socioeconómico en Montevideo: la omisión llega a 17,5% entre los hogares de la capital con un estrato socioeconómico bajo, y se revierte a 3,1% entre los hogares con un estrato socioeconómico alto.
La fuente especializada señaló que, en términos generales, la omisión total de 10,3% representa un número “particularmente alto” respecto a los anteriores censos nacionales y “es un problema”, porque no sólo “tenés una cantidad y calidad de información para el 90% [censado] que no tenés para ese otro 10%”, sino que además “la falta de información la tenés sesgada para un lado, que es el de los más pobres”.