Este martes en el “Encuentro empresarial europeo” desarrollado en el Club de Golf expuso el jefe negociador del acuerdo Unión Europea (UE)-Mercosur por el bloque europeo, Rupert Schlegelmilch. El diplomático belga arribó hace algunas horas al país para desarrollar una serie de reuniones con diferentes empresarios, el canciller Omar Paganini y el jefe negociador de Uruguay, Alejandro Merníes.
“Estamos corriendo una maratón y vamos en los últimos 100 metros”, señaló en referencia al momento actual del acuerdo. “Es una carrera de obstáculos”, reconoció, y agregó que “no ha sido una carrera lineal, es una carrera en la que hay que hacer un gran esfuerzo final”, destacó. En ese sentido, agregó que para “recorrer con éxito” este tramo final es necesario un “diálogo activo”, y es eso lo que lo trae en esta ocasión a Uruguay. Subrayó que posteriormente también visitará las diferentes capitales de los países que integran el Mercosur.
“La UE mantiene su compromiso de cerrar las negociaciones lo antes posible, la Comisión Europea tiene un mandato de negociación de todos los países y lo tiene que llevar a cabo”, comentó el diplomático. Posteriormente detalló que el diálogo con los estados miembros del bloque europeo “será después de haber cerrado todos los elementos [con el Mercosur], para poder ofrecerles un paquete final”.
“Uruguay es un país que crea alianzas y puede desempeñar un papel clave para facilitar este proceso de conclusión”, agregó al analizar el papel del país en el acuerdo. “Agradezco a Uruguay por una postura muy pragmática en la negociación, el Uruguay no es el problema”, aseguró luego en una rueda de prensa.
Consultado por cuáles son los obstáculos de esta fase final, Schlegelmilch apuntó a la falta de acuerdo en relación con los “compromisos sobre deforestación”. Aseguró que estos se han convertido en un “tema muy sensible” en Europa y también en Brasil. Explicó en su exposición que el reglamento de cadenas libres de deforestación es “un instrumento” para luchar contra aquella deforestación que es consecuencia de la búsqueda de la mayor “explotación de la tierra para conseguir productos como la carne bovina, el cacao, el café, el aceite de palma y soja”, que, en muchas ocasiones, son exportados al mercado europeo, detalló el diplomático.
La importancia del acuerdo
“Europa tiene una visión estratégica de sus relaciones con el mundo, y en esta visión estratégica el acuerdo con el Mercosur es un acuerdo comercial pero también político, y es muy importante”, subrayó Schlegelmilch. El negociador confirmó además que, de concretarse la negociación, será el “acuerdo más grande” que haya cerrado el bloque europeo. “Más allá de la coyuntura, este acuerdo se ha mantenido como prioridad para nosotros. Es una prioridad absoluta”, indicó.
“Esta combinación de comercio abierto y reglas justas no sólo impulsan la innovación y la competencia, sino también la creación de empleo al fomentar la inversión y el desarrollo de cadenas de valor internacionales”, analizó. También señaló que la UE y el Mercosur son “socios naturales” ya que los une “la mirada histórica, cultural, social y política”. “Uruguay, en particular, es un claro ejemplo de los fuertes lazos de valores compartidos”, destacó el diplomático.
“Ambos nos beneficiamos de una mayor inserción internacional, y Uruguay tiene margen para aumentar el comercio preferencial”, apuntó. “El acuerdo no tiene un capítulo especial de inversiones, pero en todos los acuerdos que hemos firmado constatamos un aumento de inversiones”, agregó. En este sentido, puso el ejemplo de Chile, que nueve años después de firmar el acuerdo con el bloque europeo multiplicó por nueve las inversiones de capitales de ese origen.