El viernes comenzarán las negociaciones entre el gobierno y las empresas que buscan construir el proyecto Neptuno –una planta potabilizadora de agua en Arazatí, San José– con el objetivo de renegociar los términos del proyecto, una acción anunciada por el presidente Yamandú Orsi a finales de marzo, luego del primer Consejo de Ministros de su mandato.
Alejandro Ruibal, director de Saceem (una de las empresas integrantes del consorcio impulsor del proyecto), dijo este miércoles que asistirán a la reunión con la “voluntad” de “analizar” y “mejorar” la iniciativa. “Estamos con total disposición a renegociar”, dijo en una entrevista con radio Sarandí, y señaló que ese término fue el que usó Orsi durante la conferencia.
Según comentó, el Poder Ejecutivo les ha dejado claro que “en estas condiciones” el gobierno “no quería ir para adelante”, y confirmó que el presidente les transmitió la necesidad de establecer un plazo de 90 días para trabajar en la negociación.
Ruibal dijo, no obstante, que la “solución” que plantea Neptuno “es muy buena”. “Siempre es mejorable un proyecto de ingeniería. ¿Es modificable? Es modificable. Tenemos toda la disposición a hacerlo sabiendo que este es un proyecto fundamental”, afirmó.
En ese sentido, aseguró que es un “proyecto muy importante” para el plan nacional de infraestructura hídrica anunciado por el ministro de Ambiente, Edgardo Ortuño, durante su asunción en la cartera. “Es mucho más que un proyecto, viene a conformar el sistema que nos va a asegurar tener agua potable en la calidad y cantidad que precisa el área metropolitana”, dijo. Otras fuentes del conglomerado de empresas aseguraron a la diaria que ven la iniciativa como un “eslabón más” de ese plan.
El proyecto genera resistencias en buena parte de la comunidad científica y en organizaciones sociales, medioambientales y políticas, entre ellas el Frente Amplio, el partido de gobierno. El propio gobierno ha manifestado que no es afín a la iniciativa y que hubiera preferido que la anterior administración no firmara el contrato, pero entiende que se debe promover una renegociación porque los acuerdos legales se deben cumplir.
Además de los cuestionamientos al proyecto, en su postura el Poder Ejecutivo también sopesa su compromiso de campaña de construir una represa de agua dulce en Casupá, en el departamento de Florida. Si bien no se ha especificado que ambos proyectos son excluyentes, sí se ha dicho que la construcción del Neptuno tendría un impacto económico importante en OSE.
Según informó la diaria este miércoles, las autoridades de OSE le presentaron a Presidencia un informe con su visión sobre las obras que se deben priorizar para lograr el abastecimiento de agua potable y, en esa dirección, Presidencia pidió avanzar en los pliegos para ejecutar un llamado a licitación para construir la obra de Casupá.
Ruibal señaló que el proyecto de Arazatí, “sumado al plan” anunciado por Ortuño, “y habrá que ver si Casupá sí o Casupá no, van a dar la solución que Uruguay necesita hasta 2050”.