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Yamandú Orsi, el 28 de julio, en Torre Ejecutiva. Foto: Ernesto Ryan

Orsi sobre la lucha contra el narcotráfico: “El enemigo que hoy acecha es demasiado poderoso para enfrentarlo divididos”

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“Habrá que superar las diferencias transitorias y asumir que de este desafío o salimos todos juntos o todos juntos nos hundiremos”, consideró el presidente en una conferencia sobre crimen organizado y economías ilegales.

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El presidente Yamandú Orsi estuvo a cargo este lunes de la apertura de la conferencia El narco nos jaquea aquí: crimen organizado y economías ilegales, organizada por el canal de streaming Yunta.

En su intervención, Orsi se refirió a la necesidad de “mirar hacia atrás” y analizar los más de 50 años transcurridos desde que “Occidente lanzó lo que hoy se conoce como la guerra contra las drogas”, un período en el que no sólo “pasaron por el gobierno los principales partidos políticos, sino también 12 años de dictadura”. “Mirar hacia atrás es necesario para asumir nuestros fracasos, pero también, por qué no, nuestros éxitos, y con ellos las fortalezas que por suerte aún tenemos y que no deberíamos perder”, consideró Orsi.

Entre los motivos para “enorgullecernos”, el presidente mencionó el hecho de “nunca haber cometido el error de encarcelar a los adictos y haberlos tratado ilegalmente como tales y no como delincuentes”, algo que, acotó, “hay naciones que aún no han asumido, y otras que lo asumieron un poco tarde, cuando sus sistemas penales y carcelarios se llenaron de inocentes”.

“Mirar hacia atrás”, continuó Orsi, “nos permite ver que la trayectoria de solidez institucional que el país ha exhibido en muchas décadas nos da aún hoy las armas de ser un país donde los niveles de corrupción parecen estar lejanos a los de otros países”, y donde la justicia e instituciones no han visto “entorpecida su labor” ni se han apartado “del camino correcto por la influencia del crimen organizado”.

“Estas fortalezas son una construcción colectiva de todo un sistema político y la sociedad a la que representan, y como tal, hay que tratar de preservarlas”, señaló el presidente.

Por otro lado, reconoció que la misma sociedad y sistema político que “construyó estas fortalezas”, “no pudo evitar –porque nadie pudo hasta ahora– que el narcotráfico se insertara muy profundamente en el país”, el cual “pasó de ser un país de tránsito de la droga hacia otros mercados a ser un país de acopio”. A partir del acopio, “empezaron a aparecer las armas de guerra en manos de muchachos cada vez más jóvenes. Y, de la mano de esto, el país vio en 30 años cómo su población carcelaria se multiplicaba, creo que por ocho”, sostuvo el presidente.

Al mismo tiempo, mencionó que la población carcelaria está integrada por personas cada vez más jóvenes, pobres y por adictos. “Nos convertimos en uno de los países cuyo consumo de cocaína per cápita nos pone entre los más altos del mundo”, señaló. Sin embargo, explicó Orsi, “a diferencia de la mayoría de los pequeños traficantes”, los que consumen “no son necesariamente pobres”.

“Por eso las naciones más ricas son las que más drogas consumen. Esta dicotomía es un ejemplo más entre cientos sobre la complejidad de este fenómeno. Tanto la pobreza como la riqueza pueden ser terrenos fértiles para que el narco florezca”, analizó.

“Una sociedad donde el narco florece, lo que se marchitan son sus instituciones. Y se marchita la seguridad que los inversores quieren para instalarse. Y se marchita la generación de jóvenes que el país necesita imperiosamente, educados y productivos, para encaminarnos hacia un verdadero desarrollo”, expresó.

Hacia el cierre, el presidente retomó la idea de “mirar hacia atrás” y señaló que “nos permite visualizar que, así como los éxitos han sido logros compartidos, también lo han sido los fracasos”. Consideró que admitir eso, quizás, “haría que el mirar hacia atrás nos ayude a preguntarnos una vez más qué nos pasó como sociedad”.

“No se trata de renunciar a tener respuestas, pero respondámonos primero las preguntas que todavía tenemos pendientes. Porque sea cual sea la salida o el camino menos doloroso, no será una tarea partidaria, será una tarea política. No será tarea de un solo gobierno, sino del Estado todo. Y no será una acción circunstancial, sino institucional”, afirmó Orsi.

En ese sentido, aseguró que “el enemigo que hoy acecha a nuestras sociedades y a nuestras instituciones es demasiado poderoso para enfrentarlo divididos. Por eso habrá que superar las diferencias transitorias y asumir que de este desafío o salimos todos juntos o todos juntos nos hundiremos”.

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