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Durante la actividad Pensar Futuros, en la sala Delmira Agustini.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

la diaria Futuro, nuevo proyecto periodístico para pensar y debatir a largo plazo

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la diaria crece y se proyecta al desafío de conocer experiencias de innovación abordando los “cambios culturales” y “enormes retos de comunicación”

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Con el objetivo de fortalecer un espacio editorial ajustado a los desafíos de mediano y largo plazo, el martes 30 se presentó la diaria Futuro, un nuevo proyecto periodístico que nace con la idea de propiciar diversas miradas que impacten en todos los “futuros posibles” del país y del mundo.

El anuncio estuvo a cargo de la directora del medio, Cecilia Álvarez, durante el taller Pensar futuros, que se realizó en el teatro Solís y congregó a más de 40 referentes tanto del ámbito público como del privado, instituciones vinculadas a la gestión de la investigación, la innovación y el desarrollo, a la academia y a la sociedad civil.

En el marco del Día del Futuro, la diaria impulsó una conversación con dinámica de taller que contó con la participación de actores de diversos ámbitos para visualizar caminos posibles, intercambiar sobre formas y formatos y planificar la agenda periodística de este nuevo proyecto.

“Queremos pensar y debatir los futuros posibles con la academia, con actores sociales, privados y públicos, fomentando la participación y la intervención. Es algo que venimos haciendo desde nuestros verticales de periodismo especializado, como Educación, Ciencia, Trabajo, Economía, Posturas. Pero queremos redoblar la apuesta. Consideramos que la diaria es una plataforma mediática que puede servir de espacio para este debate”, afirmó Álvarez durante la apertura del taller.

La directora de la diaria consideró que actualmente existen vacíos informativos en torno a la discusión sobre el futuro, por lo que afirmó que existe la necesidad de abordar de forma especializada los procesos de innovación, que son “largos y no responden a los tiempos políticos ni, mucho menos, a los electorales”.

“Además, no son sólo propiedad de actores económicos o de startups, sino que involucran a colectivos y movimientos sociales que generan también procesos de innovación social. Creemos que hay mucho para contar, para poner en relevancia sobre esos procesos en los que se nos van también muchos de los desafíos del país”, reflexionó.

Por su parte, el escritor y director de GEN Centro de Artes y Ciencias, Pablo Casacuberta, que se suma como socio en el desarrollo de este espacio editorial, destacó durante el taller la trayectoria de la diaria como un medio que viene ocupándose desde hace tiempo de la temática.

“Con el Día del Futuro, la diaria trató de introducir en el imaginario público la idea de que había que juntarse, hacer un cotejo de opiniones más de corte programático acerca de qué podemos hacer con el tiempo que se avecina. La experiencia ha sido muy exitosa en el sentido de que fue instrumental para que existiera la Comisión de Futuro del Parlamento, que ha tenido una marcha intermitente a lo largo de los años, pero permitió plantear en el ámbito legislativo muchas carencias y necesidades del país”.

El Día del Futuro, que fue lanzado en diciembre de 2010, es una iniciativa que reúne a amplios sectores de la sociedad civil, la academia y la política del país y la región para generar una instancia dedicada a la reflexión sobre el acontecer a mediano y largo plazo. Sirvió para instalar dinámicas de conversación sobre temáticas de interés nacional con participación ciudadana directa, reuniendo a múltiples actores que aportan sus diferentes saberes e intercambian puntos de vista.

Desafíos

El taller se llevó a cabo en la sala Delmira Agustini del teatro Solís. Durante su participación, Álvarez recalcó que, cuando se aproxima a cumplir 20 años, la diaria ha logrado identificarse “como un medio de comunicación que apuesta permanentemente a la innovación y a la exploración de nuevos formatos”.

“Nacimos como un diario de 16 páginas, blanco y negro, y ahora tenemos una edición de fin de semana, una revista, suscripción digital y estamos evolucionando también en formatos multimedia y por streaming. Sin embargo, llegó la inteligencia artificial y cambió todo. Entonces, para nosotros el futuro es un tema de debate constante en el que nos jugamos también nuestra propia supervivencia”, reflexionó.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

Por su parte, Casacuberta consideró muy complejo leer el momento presente, porque existe la dificultad de identificar el “ruido” de lo que merece ser conocido e incorporado al discurso público.

“Hay una serie de preguntas de base que la vida apresurada que estamos viviendo no nos permite explorar. Una de ellas es ¿en qué lugar estamos? ¿Qué aspectos de los logros que tenemos nos parece que son prolongables en el futuro y cuáles no? ¿Qué tenemos, qué anda y qué no? ¿Quiénes están pensando qué?”, preguntó.

Por otro lado, destacó que uno de los temas más “candentes” es la “desconexión interinstitucional” entre la ciencia, la tecnología, las empresas y la cultura.

Para Casacuberta, el país enfrenta varios desafíos, como diseñar sistemas de producción sostenibles, enfrentar el “reloj del cambio climático”, y la “incertidumbre” de un inminente “cambio gigante” en el ámbito laboral. Todos estos temas implican “cambios culturales” y “enormes retos de comunicación”, subrayó.

El director de GEN planteó que Uruguay tiene logros en innovación tecnológica y científica que permanecen casi invisibles para la sociedad y dificultan que la ciudadanía comprenda el verdadero potencial del país y se sienta motivada a participar en proyectos de conocimiento y tecnología.

Puso como ejemplo que, a pesar de que Uruguay se encuentra entre los primeros nueve países del mundo en lanzamiento de satélites, el hecho nunca se convirtió en noticia. “Tenemos un serio problema de incubación de vocaciones que agreguen valor a través del conocimiento”, señaló, y añadió que la sociedad tiende a poner en primer plano carreras deportivas, mientras que iniciativas científicas y tecnológicas quedan relegadas en el imaginario público.

En este contexto, propuso replantear la manera en que Uruguay discute su futuro y ampliar los debates interdisciplinarios, combinando análisis de datos con filosofía y sociología, y generando espacios donde se incorporen distintas voces y visiones sobre educación, ciencia, tecnología e innovación.

Discusión en el taller

En las mesas de trabajo del taller, los referentes subrayaron las fortalezas que distinguen a Uruguay en la construcción de su futuro y coincidieron en que los problemas estructurales del país –infancia, educación y salud– no se resolverán con la sola aplicación de la inteligencia artificial, sino con una mirada innovadora que articule tecnología, industria y necesidades sociales.

Entre las políticas exitosas, los participantes destacaron, entre otros ejemplos, los planes de uso de suelo, el Plan Ceibal, los CAIF, Mevir, la educación terciaria pública y el cooperativismo de vivienda, fenómenos que dejan en evidencia que la innovación también puede ser social.

Plantearon también que en el país persiste una cultura conservadora que resiste los cambios, y que falta una correcta articulación entre la academia, las empresas y la política y escasean los incentivos para la inversión local.

Por último, se remarcó la invisibilización de experiencias exitosas, la ausencia de referentes que resuelvan problemas cotidianos y la dificultad del sistema político para hablar de innovación y tecnología. Como conclusión, se atribuyó a los medios y a la comunicación un rol clave para sensibilizar a la clase política, construir narrativas y generar incidencia, apostando a un contenido de calidad que conecte con la ciudadanía.

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