“Uruguay tiene la tasa de informalidad más baja de América Latina, y el porcentaje de formalización en el trabajo, de aportes a la seguridad social, de los migrantes es similar al de los uruguayos. Uruguay tiene una informalidad de entre 20% y 25%, mientras que países como México y Colombia tienen una informalidad de entre 70% y 75%”, destacó ayer el titular del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Ernesto Murro, después de exponer en el 8º Encuentro Migración y Ciudadanía “Construyendo un Uruguay intercultural”, que se llevó a cabo en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores.
La primera parte de la actividad estuvo enfocada en la niñez y la educación, luego se expuso acerca de la migración uruguaya y, sobre el mediodía, Murro y el secretario de Relaciones Internacionales del PIT-CNT, Fernando Gambera, hablaron sobre el trabajo y la reciente ola de inmigrantes que eligen a Uruguay como país para residir.
En atención a este novedoso fenómeno, Murro dijo que el año pasado se creó en el MTSS una unidad de migración, “en primer lugar”, para “aprender”. “Somos un pequeño país, pero [uno] que quiere seguir progresando para los uruguayos y para los que vienen de otros países”, afirmó.
Consultado sobre algunas manifestaciones de temor con respecto a que los migrantes estarían quitándoles trabajo a los uruguayos, el ministro dijo que en los primeros tres años del primer gobierno del Frente Amplio el país sumó “300.000 empleos, una cifra muy importante para Uruguay porque eso significó, por ejemplo, crecer el doble de lo que creció la población de Uruguay”. “Y después de haber crecido 300.000 empleos, en los últimos tres años perdimos 45.000 puestos de trabajo. Por lo tanto, estamos con problemas, pero en una buena situación y haciendo cosas para resolver los problemas, pero no podemos hacerlas de cualquier manera. Queremos que el crecimiento de la economía sea con justicia social, con derechos y obligaciones, con derechos laborales para todos”, agregó.
Murro dijo que ahora “tenemos un mundo cada vez más migrante” y que Uruguay, después de ser hasta 2009 un país que “echaba a la gente” por razones “políticas, ideológicas, sociales y económicas”, volvió a ser destino de migración. El ministro destacó que esto “para el gobierno es una buena noticia, porque la gente que viene ve que Uruguay está mejor que otros países de América Latina y del mundo, y por eso viene”. Destacó además que “estamos recibiendo una migración calificada, ya que casi la mitad de los inmigrantes tienen formación universitaria, lo que es un nivel muy superior que el de la población uruguaya”.
El titular del MTSS también destacó como causas del fenómeno que el salario mínimo en Uruguay “va a estar en los 500 dólares”, mientras que en otros países es de 100 dólares; que la pensión mínima en Uruguay “está en 370 dólares” y “está viniendo gente de países en los que está en 60 dólares”.
Hendrina Roodenburg, de la organización Idas y Vueltas e integrante de la Red de Apoyo al Migrante, dijo que fue “un acierto” haber debatido sobre los niños y adolescentes migrantes, porque se “aprendió mucho” del tema. Por su parte, Juana Urruzola, también de Idas y Vueltas e integrante del espacio Mujeres de Todos Lados, se refirió a las mujeres migrantes: “Pensar las migraciones de mujeres y de niños y niñas siempre es invisibilizado desde la academia o desde donde pensemos las migraciones. Siempre pensamos en un hombre que migra para trabajar, y en todo caso en una familia que lo acompaña o que viene años después, y no es la única realidad de las migraciones”. Dijo que a Uruguay están “llegando constantemente hombres, familias enteras y muchas mujeres, cada vez más, con proyectos migratorios autónomos, propios, y muchas vienen con sus hijos, o los traen luego” de instalarse en el país.
Para Urruzola, este tipo de inmigración tiene “particularidades muy marcadas” por “toda la desigualdad de género que hay” en Uruguay y “en los países de donde provienen” quienes llegan, por lo que se hace necesario aplicar políticas específicas “para estas mujeres y estos niños”.
Por su parte, la antropóloga Pilar Uriarte, integrante del Núcleo de Estudios Migratorios y Movimientos de Población de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República, señaló que en el encuentro de este año el eje central fue la interculturalidad, para empezar “a pensar a largo plazo estos temas migratorios” en relación con el eje de “infancia, familia y cuidados”.
Para Uriarte, las políticas migratorias actuales están “supercentradas en la documentación”, aunque este año “hubo avances” en temas como la educación y los cuidados, “sobre todo en apoyo a situaciones de vulnerabilidad de personas migrantes”. Concluyó que hay que “incorporar la perspectiva multicultural”, pero que “no alcanza con visibilizar y dar apoyo a las situaciones vulnerables”, sino que es preciso establecer políticas con “respeto por las diferencias”, comprendiendo las especificidades de cada familia, región, origen y cultura, y sin perder de vista “este pasado muy fuerte que tiene el Uruguay de integración vía asimilación”.