Trabajo Ingresá
Trabajo

Alejandro Ruibal.

Foto: Ernesto Ryan

Alejandro Ruibal: “El Estado es un inversor importante, pero 75% de la inversión en Uruguay es de privados”

9 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Referentes de las principales cámaras empresariales analizan la situación actual y las perspectivas de la industria de la construcción en el marco de un cambio de gobierno y de la discusión del presupuesto quinquenal.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

El período 2024-2025 está marcado por un cambio de gobierno y, además, un cambio de color político, algo que es motivo de diferentes análisis y expectativas desde las principales cámaras empresariales de la construcción en Uruguay en cuanto al porvenir de la industria y al diálogo que se pueda mantener con las nuevas autoridades nacionales.

la diaria conversó con Alejandro Ruibal, presidente de la Cámara de la Construcción del Uruguay (CCU), y con Aníbal Durán, asesor de la Asociación de Promotores Privados de la Construcción del Uruguay (APPCU), para conocer lo que piensan sobre este y otros asuntos importantes para la industria.

Respecto al cambio de gobierno, Durán afirmó que este tipo de procesos siempre generan “una suerte de incertidumbre”, pero que hasta el momento han encontrado en las autoridades una “gran propensión al diálogo”: “Nos han escuchado y es momento de tomar decisiones por parte del gobierno. Estamos confiados en que los promotores podrán seguir invirtiendo, sin pausa. El hecho de confiar juega un rol determinante, y el ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone, por nombrar un interlocutor, es merecedor de nuestra confianza”.

“Desde el presidente de la República [Yamandú Orsi] y descendiendo con los jerarcas que tienen que ver con la vivienda, todos mostraron muy buena disposición, y el intercambio de ideas fue y es manifiesto”, agregó.

Por su parte, Ruibal asegura que el primer año de todo gobierno es “clave” para la actividad en los negocios, y en particular para la construcción, que es “hija directa de la inversión”: “Si no hay negocio, si no hay inversión, no hay construcción. El Estado es un inversor importante en Uruguay, pero 75% de la inversión en Uruguay es de privados. El fin de 2024 se dio con el remate de las obras y con algunas que pasaron para 2025, y hay una especie de estancamiento hasta ahora. No hay un retroceso, pero sí un estancamiento, el cual es normal dentro de estos ciclos, y la expectativa es, con el presupuesto aprobado, que se empiece a generar más actividad”.

“Para este nuevo período 2025-2026 hay decisiones estratégicas que está tomando el gobierno, que hacen a la actividad y a los proyectos que priorice, ya sea en el Ministerio de Transporte y Obras Públicas [MTOP], ya sea en las empresas públicas, los proyectos del agua, etcétera. Después, eventualmente, habrá que ver sobre mitad de año si se puede empezar con algunas obras de movilidad urbana, como los proyectos de los que se está hablando, sobre los que todavía no hay decisiones tomadas acerca de cuáles serían las soluciones para mejorar el transporte público que está en crisis, y muy bien hizo el gobierno en ponerlo en su programa”, sostuvo.

Asignaciones presupuestales y alternativas para la financiación de proyectos

El proyecto de ley de presupuesto para el período 2025-2029 que impulsa el Poder Ejecutivo plantea que un total de 299.148 millones de pesos (7.400 millones de dólares aproximadamente) serían destinados a inversiones en la administración pública durante todo el período.

En las primeras páginas del apartado “Gastos corrientes e inversiones”, se detalla lo que cada área de la administración pública recibirá como inversión durante cada año del quinquenio, lo que permite fácilmente saber cuánto recibirá en total durante los cinco años.

De los 7.400 millones de dólares, el MTOP es el que más inversión recibirá, concentrando 27% de los recursos (1.900 millones de dólares); en segundo lugar, se encuentra el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MVOT), que concentra 21% de los recursos (aproximadamente 1.500 millones de dólares).

Consultado al respecto, Ruibal considera estos montos como una “buena administración”: “El Ministerio de Economía y Finanzas ha sido muy claro en que no fue votado para achicar el Estado; es lógico que, con el profesionalismo y la seriedad que caracterizan al ministro, no va a querer endeudar el país para generar un boom de infraestructura con gasto público. Normalmente, estas asignaciones ocupan los primeros lugares; el gobierno pasado destinó muchísimo en infraestructura, y el gobierno de Tabaré Vázquez también”.

Por su lado, Durán afirma que “les consta” que la CCU aboga por la obra pública, y ellos, desde el sector privado, respaldan sus aspiraciones. Y agrega: “Respecto al MVOT, entiendo que el ministro Oddone ha tenido muy presente la multiplicidad de planes del ministerio; la ministra Tamara Paseyro hizo una puesta en escena del Plan Quinquenal; no puedo ser elocuente en cuanto a la cifra, sí lo soy en cuanto a la mejor disponibilidad que se pudo y a la responsabilidad desde el MVOT”.

Durán también hizo énfasis en las propuestas que desde la APPCU se tiene para la inversión en vivienda, con una fuerte apuesta a la Vivienda Promovida, política pública en Uruguay (Ley 18.795) que fue promulgada en 2011 bajo el segundo gobierno del Frente Amplio, y que incentiva la inversión privada en la construcción de viviendas a cambio de beneficios fiscales, con el objetivo de facilitar el acceso a la vivienda para sectores de ingresos medios y bajos. La APPCU ideó esta ley junto con otros organismos.

“Se buscaba que el promotor saliera de su ‘chacra costera’ para ir a invertir y construir en el centro de Montevideo, por ser gráfico. La idea la recogió el presidente [José] Mujica, y actuando con gran diligencia le pasó la posta al otrora presidente de la Agencia Nacional de Vivienda [ANV], Carlos Mendive, otro funcionario muy diligente. Durante 2011 nos reunimos la ANV y la APPCU, para finalmente elaborar un proyecto de ley de vivienda de interés social, votada por todos los partidos políticos”, remarcó Durán.

“Se sigue apostando a la vivienda promovida; este año será récord de presentación de proyectos en la ANV, van 276, cuando el año pasado, que ostentaba el mejor guarismo, fueron 246 los proyectos presentados”, destacó.

En los últimos 25 años, Uruguay, imitando modelos o tendencias de otros países, generó nuevos instrumentos para atraer capital privado, y no apostando solamente al mecanismo de la obra pública tradicional. Algunas de las nuevas herramientas para financiar y ejecutar proyectos que nuestro país incorporó son el esquema de participación público-privada (PPP) y los contratos de Construcción, Rehabilitación, Mantenimiento y Financiamiento (Cremaf).

Estas herramientas son vistas con buenos ojos por Ruibal: “Por fuera del presupuesto del gasto público, fueron asignados unos 700 u 800 millones de dólares por año, utilizando los instrumentos de financiamiento de proyectos, como pueden ser las PPP o los Cremaf. Si bien la ley de PPP establece topes para no pasarse de la inversión, es con estas herramientas donde vemos cómo todavía el país tiene espacio para invertir”, afirma, y agrega: “También este gobierno, como una cuestión de buena administración, incorporó un tope que es el Cremaf, pero que deja espacio para invertir, entonces entendemos que la infraestructura debería venir con la utilización de esos instrumentos, las PPP y los Cremaf, para completar una oferta y un volumen más importante en infraestructura”.

Anibal Durán

Foto: Alessandro Maradei

“Con este tipo de herramientas uno podría pensar en obras como ampliación de las vías férreas, ampliación de algunos tramos de carretera que se resuelva hacer con estas modalidades, ampliación de recintos penitenciarios que tienen una emergencia crítica con los lugares para las cárceles, algún hospital, movilidad urbana, si es que se resuelve una obra o un tranvía en el centro de Montevideo. Estas modalidades permiten pensar en proyectos que se pueden financiar a largo plazo con financiamiento privado”, aseguró.

Participación en el PIB y en la generación de mano de obra

Según el presidente de la CCU, la participación en el PIB por parte de la industria de la construcción se mantiene estable, al igual que años anteriores, rondando poco menos del 10%, pero en los últimos meses, el PIB de la construcción se ha contraído un poco, lo cual, según Ruibal, es normal en épocas donde se dan cambios de gobierno.

“Venimos en una fase de contracción que es bastante normal cuando arrancan los gobiernos, porque en el primer año vienen con el presupuesto del gobierno anterior, en los años electorales normalmente gastan demasiado y luego les quedan pocos recursos para el año siguiente”, sostiene, y agrega: “En este caso tampoco hay proyectos privados importantes, como puede ser una planta de celulosa o algo por el estilo, que trascienda los períodos de gobierno, entonces se resiente un poco la construcción”.

Además, en este momento existen alrededor de 250.000 empleos relacionados con la construcción, de los cuales más de 50.000 son empleos directos cotizantes en el BPS. “Si uno analiza lo que ocurre también con las industrias vinculadas a la construcción, esta cifra de empleo generado se va como a 125.000, y si se analiza lo que es el gasto inducido de la construcción, es decir, aquello en lo que el obrero de la construcción gasta y hace que mueva la economía, por ejemplo, el primer gasto que el obrero de la construcción hace cuando la construcción funciona, como lo que repercute en almacenes y demás comercios, llegamos a una cifra muy elevada”, expresó Ruibal.

Por su parte, Durán afirma que “viene siendo una constante” el aumento de la mano de obra que se demanda en el sector: “Siempre manifestamos que el promedio habitual en el sector, rondaba los 40.000 obreros. Ya desde hace seis o siete años ha venido trepando hacia los 50.000, para estar ahora en número cercano a 57.000 trabajadores directos, número que estimo estructural a esta altura, y considero que seguirá en alza”.

Campaña por la seguridad en el trabajo

Uno de los temas que más interpelan y desafían a la industria de la construcción es la seguridad laboral. Según Ruibal, el sector se encuentra en un año “muy malo” en cuanto a siniestros y accidentes laborales, y respecto a la campaña de sensibilización sobre seguridad laboral, lanzada en julio de este año, considera que obliga a la industria toda a “machacar e insistir, y seguir trabajando de forma constante en todos los rubros”.

“Esto es algo multicausal donde están en juego responsabilidades distintas. Me preocupan los accidentes en las empresas formales, porque se pueden evitar, pero cuando hay un accidente en la informalidad, está fuera del radar. En esos casos, ni las empresas ni los sindicatos podemos hacer nada, porque si hay alguien trabajando en la informalidad y tiene un accidente y se mata, ¿qué podíamos hacer nosotros para evitarlo? Nada. Lo que hay que reducir también es la informalidad”, sentenció.

En la misma línea, Durán afirma que la seguridad laboral es un “norte de la APPCU”: “Desde 1995 estamos trabajando en el tema, fuimos la primera gremial en crear un equipo multidisciplinario que atiende la temática y, obviamente, sigue en funciones al día de la fecha”, subraya.

Para profundizar en estos temas, la APPCU creó Incasco (Instituto para la Capacitación de Seguridad en la Construcción), donde semanalmente se imparten charlas, eventos con participación múltiple y con la presencia de expertos en el tema, y donde también participan obreros, capataces y mandos medios en general. “Es una constante en nuestro accionar”, destaca Durán.

“Obviamente, participamos de la Tripartita de Seguridad que se imparte desde el Ministerio de Trabajo, desde donde se baja línea al sector en una multiplicidad de aspectos vinculados al tema que nos ocupa. Seguridad laboral y salud ocupacional son temas que están en nuestro radar desde que fundamos la gremial, y su privilegio y permanencia no admiten dos lecturas”, remarcó.

El desafío de trascender los ciclos políticos y de adaptarse a nuevas modalidades constructivas

Uno de los grandes objetivos que se ha propuesto la industria de la construcción es la propuesta de llevar adelante una agencia de infraestructura que sea independiente de los gobiernos de turno, o sea, una política de Estado, que permita planificar proyectos a largo plazo que superen la limitación de los ciclos políticos.

Al respecto, Ruibal afirma: “Entendemos que esta agencia es una herramienta moderna, que ayudaría mucho en la planificación y el uso de los recursos, y además acortaría mucho los plazos de concreción de los grandes proyectos, donde se pueda ir ganando tiempo y armando un banco de proyectos, y no esperar a que venga algún iluminado o algún privado y proponga la idea. Acá el Estado podría tener esa capacidad de proponer”.

La propuesta de una agencia de infraestructura que trascienda los gobiernos aparece nombrada en la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND), y según Ruibal, se va a empezar a trabajar en la conformación de dicha agencia: “Con esa mención se abrió un espacio para empezar a analizar las funciones de la agencia. Estamos de acuerdo en que debería ser en la CND; vemos que aparece alguna señal concreta”, expresó.

Otro de los desafíos que enfrenta la industria constructora es el de adaptarse a nuevos sistemas constructivos, utilizando materiales que tradicionalmente la industria no maneja. Construcción en madera, diseños industrializados para reducir plazos y residuos, o materiales como el steelframing generan modelos más sustentables de construcción.

Durán afirma que algunos de estos nuevos sistemas se han implementado, como el steelframing u hormigón celular, donde se elimina el ladrillo y se trata de ganar en productividad. Pero también añade que “la construcción, por lo menos la privada, es todavía convencional”.

“Es una industria manufacturera, la mano del obrero es sagrada y se respeta, y en ese derrotero se va construyendo. Se compatibiliza con la modernidad, obviamente, pero no se puede descuidar un ápice el factor humano y las llamadas habilidades blandas, que juegan su rol”, sostiene.

Por su parte, Ruibal considera que de todos los materiales más novedosos hay algunos que son “casi experimentales” y otros que están “más desarrollados”.

“Todos pueden tener su lugar, pero si lo que queremos es resolver en un tiempo razonable, por ejemplo, el problema de los asentamientos, creo que los sistemas industrializados pueden ser de distinto tipo, pero tienen que ser algo probado e industrializado y no hay que ponerse a inventar. De todos modos, siempre hay que tratar de innovar, jamás debemos dejar de intentar esto”, sostuvo.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

¿Te interesa el trabajo?
Suscribite y recibí el newsletter de Trabajo en tu email.
Suscribite
¿Te interesa el trabajo?
Recibí la newsletter de Trabajo en tu email todos los jueves.
Recibir
Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura