A pesar de los esfuerzos que los últimos días hicieron creer que era posible revertir el resultado favorable a Jair Bolsonaro en la primera vuelta electoral, los cohetes y bocinas que se escucharon poco después de las 19.00 anunciaban que la esperanza de la izquierda brasileña de vencer al candidato de extrema derecha había llegado a su fin. Los primeros resultados señalaban a esa hora la inevitable victoria del candidato del Partido Social Liberal. Se conocieron después de una tarde en que las redes sociales fueron inundadas por imágenes de artistas y electores anónimos que acudieron a los locales de votación con un libro, en defensa del “porte de libros” como única alternativa posible al porte de armas. En la primera vuelta se difundieron por internet videos de votantes que presionaron los botones de la urna electrónica con un revólver en apoyo al candidato que defiende que la población civil se arme.
Las calles de barrios centrales de Porto Alegre, como Cidade Baixa y Bom Fim, parecían reductos anti Bolsonaro. Por allí, los votantes pasaban en bicicleta con la bandera roja del Partido de los Trabajadores (PT) o caminaban con adhesivos estampados con el número 13, el que se debía digitar en la urna para votar a Fernando Haddad y con la frase “Ele não”, que en las últimas semanas se transformó en la principal sentencia en contra la elección de Bolsonaro en las calles y en internet.
Otro factor que hizo creer que la victoria era posible fue la declaración de apoyo a Haddad, en la víspera de la elección, del ex presidente del Supremo Tribunal Federal Joaquim Barbosa. El jurista fue relator del caso del mensalão, que condenó a miembros del PT por ese esquema de corrupción. La actuación de Barbosa en contra del PT le dio tanta notoriedad que hace algunos meses él mismo pensó en postularse a la presidencia. “Votar es una elección racional. Yo, por ejemplo, sopesé los aspectos positivos y negativos de los dos candidatos que quedaron en la disputa. Por primera vez, en 32 años de ejercicio de derecho al voto, un candidato me inspira miedo. Por eso, votaré a Fernando Haddad”, escribió Barbosa para sus 610.000 seguidores en Twitter, un mensaje que se difundió rápidamente en Facebook e Instagram.
Pero, como mostró el resultado de la elección, los votantes de Bolsonaro existen, y son mayoría. En Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul, un estado donde Bolsonaro conquistó 63,24% de los votos, sus seguidores empezaron a llegar al final de la tarde al parque Moinhos de Vento, un tradicional punto de protestas de la derecha en la ciudad. Allí el grupo de música Banda Loka Liberal cantaba temas propios como, “Chora petista” (Llora, petista), con los versos que dicen “Llora, petista, bolivariano, la ‘roubalheira’ [robo] del PT está acabando [...] Olé olé olé, estamos en la calle para derrotar al PT”.
Allí, también, una pantalla gigante transmitía en vivo el recuento de los votos y, poco después de las 19.00, cuando el Tribunal Superior Eleitoral divulgó los primeros resultados, que señalaban la ventaja del candidato de la extrema derecha, sus seguidores, vestidos de verde y amarillo, como durante toda la campaña, empezaron con los gritos de “Mito”, como se refieren al presidente electo. Algunos lloraban, otros celebraban. Empezaba la explosión de fuegos artificiales que seguiría durante las próximas horas. En medio de la fiesta también había espacio para el comercio. Vendedores ambulantes vendían bandas presidenciales, banderas y camisetas con el nombre y la foto de Bolsonaro. El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva fue recordado, en forma de muñeco dentro de una jaula.
Mientras los militantes de la extrema derecha hacían su fiesta, la mayor parte de los votantes de Haddad prefirieron quedarse en casa y lamentarse por las redes sociales, en parte debido al ambiente de los últimos días en el país, con casos de violencia política registrados en muchas ciudades. Las reflexiones que brotaban en las redes sociales valoraban la rara movilización política de los últimos tiempos (con ciudadanos que no tenían la costumbre de involucrarse con la política) y prometían resistencia democrática a partir de este lunes.
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