En pleno Cerro de Montevideo, la peatonal que se encuentra a una cuadra de la terminal y frente al edificio de las escuelas 149 y 334, se pobló ayer de escolares. Eran alrededor de 100 niños de 2º, 3º, 5º y 6º de la escuela 334 que, acompañados por los maestros, asistieron a una jornada de estimulación de lectura para niños y sus familias. La actividad fue organizada por la Policlínica de Pediatría del Centro de Salud del Cerro, de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) y contó con el apoyo del Plan Nacional de Lectura, del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), y el Sindicato Médico del Uruguay.

El programa de lectura fue lanzado en diciembre de 2015. Tiene dos partes: la primera se da cuando voluntarios concurren a leer libros de cuentos a niños que aguardan para ser atendidos en la sala de espera de Pediatría; la segunda ocurre luego de la consulta, cuando los niños pueden llevarse un libro como préstamo, para devolver en la siguiente visita. Las pediatras Diana Sastre y Lilián D’Orsi y la psicóloga Roxana Chiriazis argumentaron al momento de lanzar el programa que era una forma de estimular la lectura. Tres meses después ya han recibido más de un centenar de libros, a varios lectores solidarios que leen al resto y concretaron los préstamos y sus devoluciones, contaron ayer a la diaria. Recibieron la visita de autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública, el apoyo del Plan Nacional de Lectura, que donó libros y cada martes aporta lectores de funcionarios y escritores. Una de ellas fue Evelyn Aixalá, que leyó ayer un libro ante el centenar de escolares. La jornada reunió también a un trío de parkour; la propia lectura de un texto de escolares de 5º año y la presentación de la Compañía Teatral Artefacto, que, mezclando lectura, actuación y música, captó la atención y el acompañamiento de los pequeños.

Entre una presentación y otra las pediatras agradecieron los apoyos recibidos y reiteraron el pedido que realizan ante ASSE desde hace algunos años: disminuir los tiempos de espera para acceder a diagnósticos de dificultades de aprendizaje y a los respectivos tratamientos. Tanto en diciembre como ahora las especialistas afirmaron a la diaria que pasa mucho tiempo, en algunos casos cerca de un año, para que los niños puedan tener un psicodiagnóstico, una consulta con un neuropediatra, un otorrino o un fonoaudiólogo, cuestiones que terminan incidiendo en las condiciones de aprendizaje. La mayoría de esas consultas se realizan en el hospital Pereira Rossell, puesto que algunos centros asistenciales cercanos, como el INVE 18, que cuenta con un equipo de salud mental, “está saturado”, señalaron. Las pediatras aseguraron que esos niños que figuran en largas listas de espera son los que después terminan abandonando el sistema educativo.

Como la mayoría de las madres y padres son adolescentes y jóvenes, el MEC aprovechó el programa para difundir libros para jóvenes, explicó a la diaria Marta Ascano, encargada del Plan Nacional de Lectura, y con eso busca estimular la lectura, pero también “captar futuros lectores”, detalló.

Mezclado entre los transeúntes estaba el alcalde de la zona, Gabriel Otero, que saludó la iniciativa del equipo de salud. También estaba Débora Gribov, directora del Apex, un programa de extensión de la Universidad de la República en el Cerro. En diálogo con la diaria, Gribov manifestó la voluntad de Apex de participar en el proyecto y analizar los procesos de aprendizaje de los niños del Cerro. Gribov, psicomotricista, expresó la importancia de abordar “la complejidad de la multicausalidad del porqué de las dificultades de aprendizaje. Aclaró que sigue una corriente de pensamiento “que no habla de dificultades de aprendizaje, habla de obstáculos en el aprendizaje, y es diferente” porque el problema no está necesariamente en el sujeto, sino que hay “obstáculos que hacen que ese proceso no se dé como se debería dar, hay una multicausalidad que no depende sólo del sujeto -si bien hay casos en que sí-, pero hay una realidad, a veces económico-social, que hace que esos procesos de enseñanza-aprendizaje estén obstaculizados”. Desde ese lugar, reafirmó la necesidad de contar con “espacios interdisciplinarios de abordaje que entiendan esta complejidad”.