En una nota previa analizamos los resultados de este año de los Fondos Clemente Estable y María Viñas, orientados a la investigación básica y aplicada, respectivamente, que entrega la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII). Allí vimos que si bien había algunos datos destacables, como un leve aumento en la cantidad de proyectos que obtuvieron financiación o cerca de un 20% de incremento en el monto asignado a cada uno de los proyectos ganadores, se repetía un problema que viene de años: la gran mayoría de los proyectos considerados de excelencia o calidad relevante no logran obtener financiación.

A modo de ejemplo, al Fondo Clemente Estable en 2023 se presentaron 208 proyectos de investigación, de los cuales 142, es decir 68%, se consideraron excelentes por los evaluadores. Si bien había casi una centena y media de proyectos de investigación de calidad y excelencia, en el llamado 2023 la ANII sólo decidió financiar 53, lo que representa apenas 37,3% de los proyectos considerados excelentes o 25,4% del total de proyectos presentados.

Si el caso fuera que la agencia no contaba con recursos, puede entenderse que por más que haya muchos proyectos excelentes, gran parte de ellos no sean financiados. El asunto es que ese no sería el caso según un documento de Investiga uy (la Asociación de Investigadoras e Investigadores del Uruguay), fechado el 12 de diciembre y dado a conocer esta semana. Allí se dice que hay fondos que debieran ser destinados este 2023 a investigación y formación de recursos humanos (lo que incluye becas para maestrías, doctorados y posdoctorados, que pueden además estar asociadas a proyectos de investigación) que no han sido ejecutados a la fecha. Veamos qué dice el documento de Investiga uy y, además, qué comenta al respecto su presidente, el astrónomo del Instituto de Física de Facultad de Ciencias Gonzalo Tancredi.

Dinero que la ANII no asignó

El texto comenzó a circular recién esta semana. Al respecto, Tancredi cuenta que fue enviado a la ANII la semana pasada, al tiempo que solicitaron una entrevista con las autoridades de la agencia. Investiga uy dejó pasar unos días y, dado que no obtuvieron respuesta, consideró relevante que fuera público.

El documento, luego de afirmar que “terminaremos este período de gobierno con una inversión pública cercana al 0,3% del PBI, no superando los USD 200 millones anuales”, algo que es extremadamente bajo, recuerda que “una parte importante de esa inversión pública en Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) la realiza la ANII”. También sostienen que esa inversión “es especialmente relevante” porque dicha agencia otorga “financiamientos a través de llamados abiertos para toda la comunidad académica uruguaya”, es decir que allí pueden presentarse quienes hacen ciencia en las distintas instituciones del sistema científico, sean de la Universidad de la República, el Institut Pasteur de Montevideo, el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA), el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE), universidades privadas, empresas y así como de cualquier otra institución que haga investigación y desarrollo.

Como dicen en el texto, “el presupuesto de la ANII se define principalmente a través del presupuesto nacional, en algunos casos con asignaciones específicas para ciertos programas, a lo que se suman algunos aportes específicos de empresas y organismos nacionales para promoción de ciertos programas sectoriales”. Luego explican que “la ANII elabora un Plan Operativo Anual”, llamado POA, en el que realiza “una planificación de gastos e inversiones en diferentes programas como ser fondos de apoyo a la investigación fundamental y aplicada, fondos sectoriales, fortalecimiento y formación de recursos humanos, apoyos al sector productivo, innovación, y funcionamiento interno”. Luego de hacer esta proyección del gasto, al finalizar cada año la agencia “presenta un informe donde se compara lo ejecutado y lo planificado”.

2023 no debería haber sido un mal año para esta inversión de la ANII, porqu,e según explica Investiga uy, “tras una fuerte caída en 2021 y 2022” en los gastos que figuran en los POA, en 2023 se dio “una recuperación” que si bien “no logra alcanzar los picos de 2015 y 2020”, ya sea medidos en pesos corrientes o en porcentaje del PBI, “lo supera en USD, por el bajo valor de esta moneda”. Aun así, esta recuperación no es suficiente: “la primera preocupación es el estancamiento en la inversión en I+D+i a través del principal instrumento de promoción que tiene el gobierno uruguayo”, señala Investiga uy, agregando que “para que la I+D+i sea un motor de Desarrollo Sostenible, Uruguay necesita una transformación drástica en los niveles de inversión tanto pública como privada”.

Pero más allá de esa preocupación, la asociación agrega otra mayor: “como producto del esfuerzo conjunto entre el Parlamento nacional y varias organizaciones del sistema de I+D, se logró un refuerzo al presupuesto de ANII en la Rendición de Cuentas aprobada en 2022 (Ley 20.075), que no se ha visto reflejado en su totalidad en el POA 2023 ni en las asignaciones de fondos recientes”.

¿Qué tan difícil fue llegar a esta conclusión que les permite decir que de los 742 millones de pesos extra que dio refuerzo presupuestal el Parlamento quedaron sin ejecutar unos 212 millones? “No fue nada difícil”, señala Tancredi. “En Investiga uy venimos analizando la información, tanto de los POA como de los informes de ejecución de la ANII. Uno es lo planificado y otro es lo ejecutado. Generalmente, lo que habíamos visto en años anteriores es que hay una pequeña diferencia entre lo ejecutado y lo planificado, pero que ronda el entorno del, más menos, 10%. Algunas veces se supera el 10% y otras se gasta menos en ese entorno”, explica. “En esta ocasión tomamos lo que planificó en 2022 la ANII, sumamos lo asignado por la Rendición de Cuentas para 2023, y eso se compara con lo planificado en 2023. Y ahí es que surge el monto de la diferencia”, cuenta Tancredi.

“En la Ley 20.075, a través de los artículos 429 y 453, se aprobó un refuerzo presupuestal para el Fortalecimiento del Sistema Nacional de Investigación e Innovación por un total de 342 millones de pesos; más 400 millones para proyectos en materia de ciencia, tecnología e innovación (art. 461), totalizando un refuerzo de 742 millones de pesos”, sostiene el documento de Investiga uy. Este incremento del presupuesto para la ANII corría a partir de 2023, por lo que debía verse reflejado en los planes de la agencia para este año. Pero no fue eso lo que sucedió, según refleja el texto de Investiga uy.

“El POA 2022 tenía un presupuesto total de 1.356 millones de pesos, por lo cual si se le sumara el refuerzo, quedaría en 2.098 millones”, razona Investiga uy. “Pero según el POA 2023, ANII iba a distribuir fondos por 1.885 millones de pesos”, lo que implica “una diferencia de 212 millones, que no fueron asignados”, lo que estiman implica unos 5,5 millones de dólares a valores de 2023.

Tancredi afirma que “lo que es claro del análisis es que en la planificación que hicieron el año pasado y en una posterior revisión durante este año hay una cierta cantidad de dinero importante sin asignar y que se podría haber ejecutado, ya sea en esos fondos Clemente Estable y María Viñas, o en cualquier otro programa existente o que pudieran haber diseñado durante el año”.

¿En qué rubros la ANII no incrementó el dinero asignado por la Rendición de Cuentas?

El documento de Investiga uy sostiene que al analizar en qué programas “está el faltante (o sobrante)”, encontraron que “si bien en el programa de apoyo a emprendimientos (innovación) se destinan casi los 400 millones de pesos asignados, en los programas de apoyo a la investigación y fortalecimiento de recursos humanos hay un déficit de 236 millones de pesos respecto a lo asignado”.

¿Cómo es que la diferencia en estos rubros, investigación y formación de recursos, sea de 236 millones de pesos, es decir mayor que la diferencia de 212 millones que señalaban? Sencillo: porque en otros rubros se gastó más. “Efectivamente, hay un aumento de los gastos en funcionamiento de la ANII, que en definitiva hace que parte de ese dinero que estaba pensado para investigación e innovación termine yendo hacia el funcionamiento de la agencia”, declara Tancredi.

En el documento señalan entonces que “preocupa además el incremento en los gastos de funcionamiento”, rubro que “si bien no tuvo un refuerzo presupuestal” muestran que aumentó en 43 millones de pesos.

“Si se mide este incremento tanto en términos de pesos corrientes, en dólares, y aun en pesos constantes, lo que está marcando es que el gasto de funcionamiento de la ANII está por encima del promedio de los valores de años anteriores. Por ejemplo, en 2020 estuvo un poco por encima del de este año, pero el gasto de 2023 está entre los picos de gastos en funcionamiento de la ANII”, señala Gonzalo. A pesar de ello, estima que este aumento de lo destinado a funcionamiento “son números menores, nuestra preocupación va mucho más al tema de que hay casi seis millones de dólares que estaban planeados para invertir en investigación, becas y recursos humanos, y no están siendo ejecutados”, afirma.

De esta manera, el texto afirma que “Investiga uy manifiesta su profunda preocupación por la falta de asignación de $ 212 millones en el presupuesto de la ANII 2023 (USD 5,5 millones), cuando los niveles de insatisfacción a la demanda de financiación de la investigación son muy altos”. También declara que “ante las urgentes necesidades de promover el desarrollo de la investigación e innovación que tiene el país, se esperaría que la ANII hubiera ejecutado los USD 5,5 millones asignados en la ley presupuestal”.

Otro problema: falta de designación

No sólo le preocupa a Investiga uy la falta de ejecución de dinero, principalmente el que debiera destinarse a investigación y formación de recursos humanos. A esa preocupación “se suma al planteo que hicimos semanas atrás al Ministro de Educación y Cultura por la omisión en la designación de un/a investigador/a en el directorio de la ANII”. Esa plaza está vacante desde enero de 2021, “pese a que por la Ley 20075, art. 240 (2022), el Poder Ejecutivo está obligado a realizar las designaciones de los miembros del directorio”, sostienen.

“Se trata de una persona que es propuesta por el Conicyt [Consejo Nacional de Innovación, Ciencia y Tecnología], que tiene que ser miembro del Sistema Nacional de Investigadores y que va a estar integrando el directorio. Esa persona es la que no está designada”, explica Tancredi. “Se han hecho varias propuestas, la última a mitad de este año, y ya vamos varios meses sin que se pronuncie el Poder Ejecutivo”, agrega.

Podría pensarse que la persona propuesta por el Conicyt no es de consenso. Pero no es el caso. “La persona propuesta por el Conicyt fue elegida de común acuerdo entre todas las delegaciones, la del Poder Ejecutivo, la del sector académico y la del empresarial. De hecho se propusieron dos nombres, uno, miembro de la comunidad académica, y otro nombre para sustituir a la persona que sí está presente, pero que ya tiene mucho tiempo, que representa al ámbito empresarial en el directorio de la ANII”, amplía Tancredi. “Está esta propuesta elevada por el Conicyt a consideración, básicamente, del Ministerio de Educación y Cultura, y el ministerio no se ha pronunciado ni tampoco lo ha hecho el Poder Ejecutivo”, declara, y agrega que enviaron una carta al ministro hace una semana sobre este asunto. “Como no tuvimos respuesta inicial, reiteramos el planteo, y lo único que recibimos fue una acuse de recibo”, dice Tancredi.

Para la Asociación de Investigadoras e Investigadores del Uruguay, “la ausencia de un referente de la comunidad académica dificulta aportar la visión de uno de los componentes centrales del sistema de investigación e innovación, reduce la participación y el control sobre las decisiones de la ANII, y genera falta de transparencia”, a lo que agregan que “se está por cumplir tres años sin que se resuelva este tema”.

“Si bien son dos temas separados e independientes, nosotros vemos una cierta asociación, porque la no presencia de estas personas, que en cierta forma reflejan la opinión de parte de la sociedad, por una parte los académicos y por otra de los empresarios, quita transparencia al funcionamiento de la ANII, cuyo directorio hoy básicamente está funcionando con miembros designados por el Poder Ejecutivo”, amplía Tancredi. Y hay algo más que une ambas problemáticas.

“Son dos temas en los que, a nuestro entender, el sistema político, el Parlamento, tendría que tomar cartas en el asunto. Primero, porque se trata de un incremento logrado en el Parlamento en la Rendición de Cuentas de 2022”, señala Tancredi, recordando que “inicialmente la propuesta del Poder Ejecutivo era bastante menor que lo que finalmente se acordó”, ya que “de los 340 millones de pesos que se plantea irían para investigación e innovación, sólo 180 millones habían sido propuestos inicialmente por el Poder Ejecutivo”, lográndose en el trámite parlamentario obtener otros 160 millones de pesos. “Entonces casi que uno diría que ese dinero que asignó extra el Parlamento es el dinero que hoy en día no se está ejecutando”, afirma Tancredi.

“Por otra parte, el tema de la designación del cargo vacante también es algo en lo que el Parlamento debería tomar cartas, porque fue justamente en la ley presupuestal que se cambió la integración del directorio de la ANII para que estuviera una persona designada del ámbito académico. Entonces tampoco se está respetando esa ley, que existe y fue aprobada por el Parlamento”, reflexiona.

Por todo esto, el texto finaliza exhortando “a tomar acciones por los actores políticos (gobierno y Parlamento) para dar solución a la urgencia y seriedad de los problemas expresados en esta declaración”. También comunican que esperan “que los fondos sin asignar se puedan ejecutar en programas pendientes de 2023 y especialmente se vean reflejados en el POA 2024” de la ANII.