El viernes por la noche, en una ceremonia que tuvo lugar en el hotel Radisson, el español José Sacristán recibió la distinción de visitante ilustre de Montevideo de manos de la intendenta Carolina Cosse y la directora departamental de Cultura, María Inés Obaldía.

En sus palabras de agradecimiento, el aclamado actor español expresó su admiración por el expresidente José Mujica, y también habló de su relación con la cultura uruguaya: “Durante mucho tiempo, Montevideo y Uruguay fueron para nosotros, lo que vivíamos en el túnel del franquismo, fuentes de esperanza, en sus poemas, sus canciones, sus formas de expresarse. Tuve el privilegio de conocer a algunos escritores, como Mario Benedetti y Eduardo Galeano, y de escuchar al Canario Luna y a Jaime Roos. Hace poco también tuve el privilegio de trabajar con la actriz Roxanna Blanco”, dijo en referencia a la película El muerto y ser feliz.

“Es un privilegio al que procuro corresponder”, agregó. “Lamentablemente, la historia no la hace la gente de la cultura; somos padecedores de la historia, más que sus hacedores. Las personas de la cultura sacrificamos la existencia por la permanencia de valores amenazados por personajes de la caverna moral e ideológica. Ya se han abierto paso, y hay que estar advertidos, desde la cultura tanto más”, agregó.

“Estos reconocimientos no sólo me halagan como profesional de la cultura, sino como ciudadano que he querido contribuir, no excusádome en mi profesión de actor, convirtiendo el escenario en una tribuna, sino en los menesteres propios de manifestar mi opiníón”, concluyó.

Sacristán agotó las funciones para el fin de semana de Señora de Rojo sobre fondo gris en el teatro El Galpón, por lo que se abrió una tercera para este lunes a las 20.00. La obra es una adaptación de la novela homónima de Miguel Delibes, amigo del actor y fallecido en 2010.

“Miguel murió sin autorizarla; la autorización definitiva nos la han dado sus hijos. Dos años antes de morir, cuando ya estaba muy enfermo, consintió que yo hiciese una lectura dramatizada de un par de pasajes. Miguel se protegió con un personaje de ficción: él me decía que no quería que nadie le pusiese cara a este personaje porque él no le había puesto la suya. Es un pintor que se llama Nicolás, pero todos sabemos que es la historia de Miguel y cómo cuenta la enfermedad y la muerte de su mujer. El permiso definitivo nos lo dieron sus hijos, y debo decir que no solamente he contado con su aprobación, sino con su aplauso y su agradecimiento”, dijo Sacristán a la diaria.