“Ante la mentira y la desinformación” se titula el comunicado que este miércoles el Centro de Estudiantes Escuela Marítima (Ceema) publicó con respecto a los hechos acontecidos el pasado jueves en el Cerro, en una de las jornadas de “Cara a cara” con el presidente del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública, Robert Silva.

En el comunicado los estudiantes se refirieron cronológicamente a varios de los hechos que trascendieron del encuentro y, en particular, a quien rompió el vidrio de la camioneta en la que se retiró Silva. Según narraron, los estudiantes agremiados de la Escuela Técnica Superior Marítima -dependiente de UTU- fueron hacia el ex liceo 11 en la villa del Cerro, donde tuvo lugar el intercambio, y en las afueras confluyeron con otros gremios, sindicatos y diferentes organizaciones sociales que compartían “la indignación de que la misma persona que dio la orden para reprimir estudiantes en ese mismo lugar en 2002 lo eligiera para montar su puesta en escena”, en referencia a Silva y su rol como jerarca de la educación en la desocupación del liceo aquel año, que transcurrió con represión policial.

En ese marco, el Ceema aseguró que “es sabido que la reforma educativa planteada por el gobierno es ampliamente rechazada por los sectores populares y esto en el Cerro se iba a hacer sentir”.

Agregaron que luego de que Silva ingresara al salón “a una velocidad desmesurada”, “un gran número de compañeros y compañeras terminaron agolpados en la puerta”. Según los estudiantes, allí “había un cordón de personas (al parecer, contratadas) que impedían de forma violenta el ingreso de cualquier persona ‘ajena’ a la actividad”. El Ceema entendió que las personas ajenas eran los propios estudiantes, docentes y vecinos del barrio.

Denunciaron, además, que el cordón de personas empujaba y golpeaba a los militantes que pedían entrar para que “su voz sea escuchada”. Asimismo, afirmaron que vieron “cómo una compañera se quedaba sin aire tras un codazo y cómo otra perdió sus lentes tras recibir un golpe en el forcejeo”. La escena en el salón culminó con dos estudiantes que pudieron ingresar, pero, según el Ceema, “se los ninguneó y hasta se les cortó el micrófono para que no pudieran expresar su opinión”.

Así las cosas, para los estudiantes de la Escuela Marítima “era previsible que al terminar el evento iba a existir un gran disgusto en los presentes”. A la salida, que catalogaron como “muy mal organizada”, dijeron que “quienes hacían de seguridad, desesperados por proteger a Silva como un perro protegería a su amo, salieron del local embistiendo a las personas y ocasionando la caída de varios compañeros y compañeras”.

Relataron que, en ese marco, uno de los integrantes del centro de estudiantes “reaccionó de manera instintiva y buscando defender sobre todo a la gurisada”. Entonces, “corrió hacia el tumulto” y, “desafortunadamente, con lo que tenía en la mano y sin tomarse más que unas milésimas de segundo para pensarlo, terminó rompiendo el vidrio de la camioneta y eso es lo único que escuchamos en la prensa durante los últimos días”. Contaron que se trata de un vecino del barrio, de 44 años, trabajador en la construcción, padre de familia y, “según todos sus profes, [un] excelente estudiante”. En 2021 finalizó ciclo básico a través del Programa Rumbo y, según explicaron, fue “parte de la penúltima camada de egresados” de ese programa de UTU, que “fue eliminado completamente a partir de este año”.

Reclamos

Además de la eliminación del programa, en el comunicado enumeraron diversos problemas que atraviesa la Escuela Marítima. Según afirmaron, este año perdieron cinco grupos y varios estudiantes debieron “abandonar su carrera porque su grupo no llegaba al número de personas inscriptas que las autoridades pretendían”.

Por otro lado, no cuentan con un buque escuela y, por tanto, los estudiantes “no han podido realizar un solo día de las prácticas obligatorias”. Asimismo, dijeron que desde “hace años” la UTU “no se ajusta a las exigencias” de la Convención Internacional en Estándares de Formación, Certificación y Vigilancia para la gente de mar, lo que ha hecho que el título de los estudiantes de náutica y pesca quede “rezagado”.

En otro orden, manifestaron que tienen “serios problemas de infraestructura” e hicieron referencia a que el presupuesto establecido en la Rendición de Cuentas para la educación no se volcará a atender “las carencias antes mencionadas, sino que se van a destinar a la promoción de una reforma educativa que privatiza y precariza aún más nuestra educación, dejándola en manos de los intereses del sector empresarial y los organismos internacionales”.

Por último, señalaron que si bien se hacen “cargo de la acción impulsiva” de su compañero, “toda esa indignación acumulada nos jugó una mala pasada el jueves”. “Puede que hayamos cometido un error, pero estamos seguros de que los violentos no somos nosotros”, finalizaron.