El presidente de Guyana, Irfaan Ali, alertó contra el plan anunciado por su par de Venezuela, Nicolás Maduro, para la región del Esequibo, que es disputada por los dos países desde el siglo XIX, y lo calificó de “una amenaza inminente”.

El Esequibo, un territorio de 160.000 kilómetros cuadrados, rico en petróleo y otros recursos naturales, se encuentra bajo control de Guyana desde 1899, cuando aún era una colonia de Reino Unido, del que se independizó en 1966. Pero Venezuela lo reclama y el caso está a consideración de la Corte Internacional de Justicia.

Después de celebrar el domingo un referéndum no vinculante sobre convertir al Esequibo en parte de Venezuela, una iniciativa que recibió el apoyo de más de 95% de quienes concurrieron a votar, Maduro hizo anuncios en los que dispuso varias medidas sobre ese territorio.

Una de ellas fue la orden de crear una división específica en la petrolera estatal Pdvsa para “que de inmediato procedamos a conceder las licencias operativas para la operación y explotación de petróleo, gas y minas en toda el área”, según informó el diario El Nacional.

Maduro, además, defendió la creación de una norma que prohíba que sean contratadas empresas que trabajen con Guyana en la zona del mar que su país reclama.

El presidente de Venezuela hizo estas declaraciones en un acto en el que participaban gobernadores, ministros, diplomáticos y altos funcionarios militares. Allí manifestó: “Guyana debe saber que arreglamos este problema por las buenas o lo arreglamos”.

Si bien no se refirió a una incursión militar en la zona, un asunto que generaba preocupación para Guyana –y también para Brasil, que tiene frontera con los dos países–, Maduro ordenó la creación de una división militar que se asiente de manera “provisional” en una localidad cercana, informó Efe.

Esa locación podría cambiar una vez que el Parlamento apruebe una ley para anexar el territorio del Esequibo, que según se votó el domingo, pasaría a ser un estado más de Venezuela, llamado Guayana Esequiba.

Otra decisión de Maduro consiste en entregar la nacionalidad venezolana a los habitantes del territorio, donde viven 125.000 personas, en su mayoría integrantes de comunidades indígenas.

“Anuncio la activación inmediata de un plan de atención humana, social, a toda la población de la Guayana Esequiba, la realización de un censo, el inicio de la entrega de la cédula de identidad”, dijo.

El presidente venezolano también defendió la creación por ley de “áreas de protección especial” en ese territorio, así como de “nuevos parques protegidos que sean un centro de turismo”.

Del mismo modo, dispuso que se publique y distribuya un nuevo mapa de Venezuela en el que el Esequibo ya no aparezca como “zona de reclamación”, sino como parte de su país.

En la consulta del domingo los votantes se inclinaron también por desconocer la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia en el caso. Ese tribunal, que el 1º de diciembre pidió a Venezuela que no lleve adelante acciones que interfieran con la situación actual en la zona, deberá pronunciarse sobre el fondo de la disputa, y ese fallo será vinculante para los dos países.

Sin embargo, Caracas se niega a reconocer que esa corte tenga jurisdicción en el caso y cuestiona que haya actuado a solicitud de Guyana y no de las dos partes.

El presidente guyanés dijo que “las medidas anunciadas hacen caso omiso flagrante de la orden dictada por la Corte Internacional de Justicia el 1º de diciembre de 2023” sobre no modificar la situación actual.

Consideró que su país debe adoptar “medidas cautelares” para protegerse, y anunció en un comunicado que recurrirá al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Ali informó también que su gobierno contactó al secretario general de la ONU, António Guterres, para advertirle sobre “estos peligrosos acontecimientos”, que “van en contra del derecho internacional y constituyen una grave amenaza a la paz y la seguridad internacionales”.

De acuerdo con el presidente, las fuerzas militares de Guyana están “en alerta máxima” y en contacto con sus pares de otros países, entre ellas las del Comando Sur de Estados Unidos.

A su vez, el gobierno de Venezuela cuestionó en un comunicado que Ali haya “dado luz verde a la presencia” del Comando Sur de Estados Unidos en el Esequibo. Dijo que la “actitud imprudente” del gobierno de Guyana abre a la “potencia imperial” la posibilidad “de instalación de bases militares” y, de este modo, está “amenazando la zona de paz que se ha delineado en esta región”.

Para Caracas, Guyana “mantiene una ocupación de facto” y “arremete, de manera temeraria, contra el derecho internacional, realizando acciones que agravan la controversia territorial y que se suman a su conducta ilegal de otorgar derechos de explotación de petróleo a la ExxonMobil sobre un mar pendiente de delimitar con Venezuela”.