La organización Hamas, que gobierna la Franja de Gaza, anunció que responderá a la última propuesta de Israel sobre una tregua, que implicaría un intercambio de rehenes por presos, “antes del final de la semana” después de estudiarla detenidamente, dijo el jueves una fuente de Hamas en diálogo con el portal oficial egipcio Middle East Agency News (MENA).

La comunidad internacional espera con ansias el anuncio del acuerdo, que lleva meses preparándose y que eventualmente evitaría una ofensiva israelí sobre la ciudad de Rafah, ubicada en el extremo sur del enclave palestino, donde viven hacinados aproximadamente un millón y medio de gazatíes.

“Ha habido un avance en el razonamiento israelí y su enfoque hacia algunas de las cuestiones, pero no en todas”, dijo la fuente de Hamas. Estas declaraciones fueron hechas después de que la facción palestina expresara en un comunicado publicado este jueves que estaba estudiando la propuesta con un “espíritu positivo”.

Se espera que una delegación de Hamas llegue a El Cairo “lo antes posible” para completar las conversaciones con el objetivo de alcanzar “un acuerdo que satisfaga las demandas de nuestro pueblo y detenga la agresión”, expresa el comunicado de los palestinos.

Paralelamente, se informó que el líder político de Hamas Ismail Haniyeh había discutido sobre las conversaciones de alto al fuego en llamadas telefónicas separadas con el jefe de inteligencia de Egipto, Abbas Kamel, y con el primer ministro de Qatar, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani.

Además de Egipto y Qatar, el otro actor fundamental para lograr un alto al fuego de varias semanas es el gobierno de Estados Unidos.

En las últimas semanas y cada vez con mayor intensidad se produjeron en varias universidades estadounidenses manifestaciones a favor de la causa palestina y contra las atrocidades que está cometiendo el ejército de Israel en Gaza, algunas de ellas no exentas de declaraciones y acciones abiertamente judeofóbicas.

Este jueves, después de que la Policía arrestara a más de 100 estudiantes que se estaban manifestando en la Universidad de Los Ángeles, en el estado de California, el presidente Joe Biden se refirió al tema.

“Existe el derecho a protestar”, dijo el mandatario demócrata de 81 años, quien agregó: “Pero no existe el derecho de provocar el caos”. “Destruir propiedades no es una protesta pacífica, va contra la ley”, dijo Biden, de acuerdo con lo que consignó el portal estadounidense Politico.

“Vandalismo, invasión de propiedad privada, rotura de ventanas, cierre de campus, forzar la cancelación de clases y graduaciones, nada de esto es una protesta pacífica”, enfatizó el mandatario.

Biden está en una situación sumamente incómoda porque, si bien dejó claro que no está para nada de acuerdo con la política de guerra impulsada por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al mismo tiempo está proporcionando armamento indispensable para las permanentes incursiones sobre Gaza, que ya causaron la muerte de más de 34.500 personas.

También se manifestó desde Estados Unidos sobre la situación en Gaza el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.

“Israel debería impedir nuevos ataques a los convoyes de ayuda con destino a Gaza”, expresó el funcionario de la Casa Blanca, según informó la cadena panárabe con sede en Qatar, Al Jazeera. Los dichos de Miller se produjeron después de un ataque perpetrado contra dos convoyes de ayuda jordanos por parte de manifestantes israelíes cuando se dirigían a la Franja de Gaza.

Los convoyes, uno que tomó el cruce de Beit Hanoon y otro que tomó el cruce de Karem Abu Salem desde Israel hacia Gaza (cruces conocidos por los israelíes como Erez y Kerem Shalom, respectivamente), fueron atacados por colonos israelíes, que arrojaron parte de su carga y dañaron los camiones, de acuerdo con lo que informaron fuentes del gobierno de Jordania, señalando que los camiones finalmente pudieron proseguir con la misión de entrega de ayuda.

El ministro de Asuntos Exteriores jordano, Ayman Safadi, dijo que el “despreciable ataque de los colonos israelíes radicales merece una condena mundial”.