La Cumbre del Clima que se celebró en Dubái (COP 28) culminó con un acuerdo en el que se llama a los Estados a iniciar una transición para dejar atrás los combustibles fósiles.

Propone hacerlo “de manera ordenada y equitativa, acelerando la acción en esta década crítica, con el fin de alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050, de acuerdo con la ciencia”.

Al texto final, el balance global de la cumbre, se llegó por consenso, después de que los cerca de 200 países participantes mantuvieran negociaciones a lo largo de dos semanas.

Para el presidente de la COP 28, el emiratí Sultan Al Yaber, que además es director de la compañía petrolera estatal de Emiratos Árabes Unidos, el acuerdo “es un logro histórico y sin precedentes”.

También lo consideró “histórico” el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres. Dijo que por primera vez se reconoce la necesidad de dejar atrás los combustibles fósiles, “después de muchos años en los que el debate sobre esta cuestión estuvo bloqueado”.

“La ciencia nos dice que limitar el calentamiento global a 1,5 grados [respecto de los niveles preindustriales] será imposible sin la eliminación gradual de todos los combustibles fósiles en un plazo coherente con este límite. Esto ha sido reconocido por una creciente y diversa coalición de países”, agregó Guterres.

Sin embargo, consideró que “son muy limitados” los compromisos financieros alcanzados en el encuentro, y alertó sobre la situación de los países más vulnerables al calentamiento global, “que se están ahogando en deudas y corren el riesgo de hundirse con el aumento del nivel del mar”.

El enviado especial del clima de Estados Unidos, John Kerry, y el comisario europeo de Acción Climática, Wopke Hoekstra, coincidieron en celebrar el acuerdo. “El mundo acaba de adoptar una decisión histórica”, dijo Hoekstra, según citó Efe. “Hemos logrado lo que nos habíamos propuesto: mantener el objetivo de 1,5 grados a nuestro alcance y marcar el principio del fin de los combustibles fósiles”, agregó.

Para hacer la transición a otras energías, el acuerdo deja en manos de cada país una serie de opciones que incluyen desde el uso de carbón, petróleo y gas de cero o bajas emisiones hasta las energías renovables.

Por su parte, China consideró que, si bien el acuerdo es “histórico”, no se contemplaron “del todo” los reclamos de los países más vulnerables, y llamó a que los más desarrollados lideren la transición y brinden apoyo financiero a los demás. Según los criterios que se aplican en este ámbito, China no está incluida en la categoría de países más desarrollados.

Para Anne Rasmussen, que participó en la COP 28 en nombre de los pequeños estados insulares en desarrollo, el texto no avanza lo suficiente. Cuestionó, además, que fue aprobado cuando los representantes de esos países no estaban en el recinto. Explicó que llegó tarde a la sesión por las dificultades para coordinar entre 39 países “desproporcionadamente afectados” por la crisis climática. “Este proceso nos ha fallado”, dijo Rasmussen, quien consideró que hay suficientes lagunas en el acuerdo como para permitir que la contaminación continúe.

“Hemos avanzado poco a poco, cuando lo que realmente necesitamos es un cambio exponencial en nuestras acciones y nuestro apoyo”, dijo. “Debemos salir de aquí con un conjunto de decisiones que respondan a la magnitud de la crisis climática, a las expectativas que el mundo tiene puestas en nosotros y a lo que se necesita para asegurar el futuro de las generaciones venideras”, agregó.

Sin embargo, otro representante de los países insulares, Avinash Persaud, de Barbados, dijo que “cuando el polvo se asiente y amanezca, esta será considerada una de las COP más históricas”. “Hoy nos hemos comprometido a triplicar las inversiones en renovables y a realizar una transición justa dejando atrás los combustibles fósiles. A algunos activistas les decepcionó que no nos comprometiéramos a una eliminación inmediata [...] Sin embargo, sin el comercio, la inversión y la financiación para lograrlo, o bien habría afectado más a los países en desarrollo, o bien no habría tenido sentido”, dijo Persaud.

Para la organización Red de Acción Climática, el acuerdo alcanzado en esta cumbre “pone en el candelero a los verdaderos culpables de la crisis climática: los combustibles fósiles”. Agregó que la resolución tiene lagunas que pueden ser aprovechadas por la industria petrolera. A su vez, Kaisa Kosone, de Greenpeace, dijo que el texto que surge de la COP 28 “no es la decisión que el mundo necesita o merece”, pero “hay mejoras con respecto a borradores anteriores”, porque “hay una llamada a la transición para abandonar los combustibles fósiles”.