Estados Unidos brindó mediante documentación las garantías solicitadas por el Tribunal Superior de Londres, algo que finalmente podrían allanar el camino para que el fundador de Wikileaks, el periodista australiano Julian Assange, sea extraditado desde Reino Unido.

El mes pasado, el Tribunal Superior dictaminó que, sin ciertas garantías de Estados Unidos, a Assange, de 52 años, se le permitiría presentar una nueva apelación contra su extradición para enfrentar 18 cargos por la difusión de miles de reportes de militares estadounidenses confidenciales, registros y cables diplomáticos.

Esas garantías -que en un juicio en Estados Unidos se podría solicitar el derecho a la libertad de expresión de la Primera Enmienda y que no había perspectivas de nuevos cargos que pudieran llevar a la imposición de la pena de muerte- fueron ahora presentadas y el 20 de mayo se conocerá la decisión final del tribunal londinense.

El documento enviado desde Estados Unidos, al que tuvo acceso Reuters, afirma que Assange “tendrá la capacidad de plantear y tratar de invocar en el juicio los derechos y protecciones otorgados bajo la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos”.

Sin embargo, en el escrito se establece que una decisión sobre la “aplicabilidad de la Primera Enmienda es competencia exclusiva de los tribunales estadounidenses”. El documento también dice que no se solicitará ni se impondrá la pena de muerte.

A la espera de la audiencia judicial del 20 de mayo, los abogados de Assange expresaron que las garantías dadas por Estados Unidos en otros casos “no valen el papel en el que están escritas”, haciéndose eco de críticas similares del grupo de derechos humanos como Amnistía Internacional.

Por su parte, Stella Assange, la esposa de Julian, denunció la falta de garantías ofrecidas por Estados Unidos. En un comunicado consignado por AFP, afirmó que Estados Unidos había ofrecido una “no garantía” sobre la posibilidad de que el activista australiano invocara en su defensa la primera enmienda de la Constitución estadounidense sobre la libertad de expresión y una “garantía estándar” respecto a una hipotética condena a muerte.

Según ella, Estados Unidos dice que su marido no puede invocar la primera enmienda, porque no tiene la nacionalidad estadounidense. A juicio de Stella Assange, Estados Unidos “se limita a una formulación descarada y solapada que afirma que él puede ‘tratar de invocarla’ si es extraditado”.