Policías ecuatorianos treparon por los muros de la embajada de México durante la noche e ingresaron a la sede diplomática para detener a Jorge Glas, el exvicepresidente del gobierno de Rafael Correa, que había recibido asilo en la sede diplomática.

“Como delincuentes allanaron la embajada de México en Ecuador. Esto no es posible. No puede ser. Es una locura”, dijo Roberto Canseco, jefe de la Cancillería y Asuntos Políticos de la embajada. “No hay ningún fundamento para hacer esto”, agregó, según citó la agencia Efe. “Esto es fuera de toda norma y lo están haciendo porque [Glas] es una persona perseguida, como podemos constatar el día de hoy”.

Se divulgaron videos en los que Canseco intenta alcanzar a los policías, pero ellos lo interceptan y cae al suelo. “Físicamente, a riesgo de mi vida, defendí el honor y la soberanía de mi país. Esto no puede ser, es increíble que haya sucedido algo así”, dijo.

Glas había ingresado a la embajada en diciembre y solicitado asilo. Mientras el pedido se procesaba, en febrero, Ecuador había pedido permiso a la embajada mexicana para detener al exvicepresidente, pero le fue negado. Finalmente, el viernes, horas antes del allanamiento, México concedió el asilo.

El exvicepresidente ha sido investigado en diversos casos judiciales desde que Correa dejó el gobierno. Pasó varios años en la cárcel y hasta ayer tenía una orden de prisión preventiva por una causa conocida como “Reconstrucción” en la que fue procesado. Se lo acusa de una supuesta malversación de fondos destinados a atender la situación de la provincia de Manabí, afectada por un terremoto en 2016.

Según difundió Correa en su cuenta de X, Glas fue trasladado este sábado a Guayaquil. Más tarde, se informó de su traslado a la cárcel de máxima seguridad La Roca. “Jorge tiene dificultades para caminar porque fue golpeado, todo esto es una locura”, agregó el expresidente, que reside en Bélgica.

Después del allanamiento a la embajada, el gobierno del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador anunció en sus redes sociales que se había cometido “una violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de México”. Agregó que instruyó a la canciller, Alicia Bárcena, para que “declare la suspensión de relaciones diplomáticas con el gobierno de Ecuador”.

El gobierno del presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, manifestó en un comunicado que “ningún delincuente puede ser considerado un perseguido político” y que Glas “ha sido condenado con sentencia” firme. Acusó a México de haber “abusado de las inmunidades y los privilegios concedidos a la misión diplomática” y dijo que haberle concedido el asilo a Glas era “contrario al marco jurídico convencional”. Argumentó que por eso “se ha procedido con su captura”.

Diversos políticos y diplomáticos mexicanos repudiaron la actuación del gobierno de Noboa, entre ellos, las dos principales candidatas a la presidencia. La oficialista Claudia Sheinbaum dijo que el allanamiento de la embajada es “una afrenta a la diplomacia y el derecho internacional, que es inadmisible”, y la opositora Xóchitl Gálvez manifestó que “se puede o no estar de acuerdo con la impartición de la justicia en otros países, pero las sedes diplomáticas de cualquier nación extranjera son inviolables”. Gálvez expresó su solidaridad y respaldo a López Obrador “en la defensa de nuestra soberanía”.

La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, un actor político y social relevante en su país, manifestó que la acción contra la embajada de México “es un acto fascista de extrema gravedad que atenta contra las relaciones diplomáticas y el derecho internacional”. Agregó que “es preocupante observar cómo el gobierno autoritario y fascista de Ecuador recurre a la fuerza para asegurar sus trofeos políticos”.

También la Organización de los Estados Americanos se pronunció sobre lo ocurrido. En un comunicado, manifestó que “rechaza cualquier acción violatoria o que ponga en riesgo la inviolabilidad de los locales de las misiones diplomáticas” y destacó “la obligación que tienen todos los Estados de no invocar normas de derecho interno para justificar el incumplimiento de sus obligaciones internacionales”. Expresó además su “solidaridad con quienes fueron víctimas de las acciones improcedentes que afectaron a la embajada de México en Ecuador”.