El gobierno no ha tomado las medidas propuestas por el GACH que tendrían mayor impacto sanitario, sino sólo las que no tienen un costo económico o cuyo costo es mínimo.
Esta crisis es una gran oportunidad para redirigir nuestras acciones. Y ojalá que esta oportunidad esté guiada por un cuestionamiento sobre la manera en que queremos alcanzar la felicidad.