“Que quede claro que el Banco Hipotecario [del Uruguay, BHU,] tiene la posibilidad, por su responsabilidad patrimonial, de soportar el impacto que pudiera tener la aplicación del proyecto de ley sin necesidad de incorporarse al BROU”, afirmó la presidenta del BHU, Casilda Echevarría, ante la comisión parlamentaria que evalúa la fusión de ambos bancos como parte de la solución al problema de los deudores en unidades reajustables (UR).

El proyecto en cuestión, elaborado por el oficialismo, establece la supresión del BHU y traslada sus “cometidos y atribuciones” al BROU. También dispone el traspaso de los empleados públicos, pero no de los integrantes del directorio, los cuales “cesarán en sus funciones”. Esto requiere una mayoría especial de dos tercios de los votos en el Parlamento.

Según la versión taquigráfica, a la que tuvo acceso la diaria, luego de la aclaración de Echevarría se explayó sobre el tema Gabriel Frugoni, director del BHU en representación del Frente Amplio. Aseguró que el proceso de absorción “no es necesario desde un punto de vista financiero”, ya que el BHU es “el banco más solvente de plaza”.

Asimismo, Frugoni advirtió sobre la importancia de la “especialidad” del BHU. “En una fusión con el BROU, los activos del BHU implicarían alrededor del 10% de los activos del BROU. Esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de ver la importancia que le puede dar el propio BROU a insertarse en iniciativas de un plan quinquenal de vivienda. Va a ser bastante más difícil, por lo menos”, señaló.

El senador nacionalista Carlos Camy, uno de los autores del proyecto, argumentó que la supresión del BHU “potenciaría” el “expertise” de los funcionarios del BHU gracias a “la espalda que agrega el BROU”, es decir, “podría potenciar y proteger el crédito hipotecario público”.

“Entendemos que hay un potencial de desarrollo, de crecimiento del mercado hipotecario que, fortalecido ese crédito hipotecario público, podría posiblemente revertir –o intentar revertir– la situación, porque por algo en el año 2009 el 85% lo representaba el Banco Hipotecario y ahora la cifra es de un 49%”, señaló Camy.

También opinó sobre el proyecto el presidente del Banco Central del Uruguay, Diego Labat. Afirmó que la unión de los dos bancos públicos “es algo que puede aportar” y “generar beneficios para toda la sociedad”. Por ejemplo, podría aportar “eficiencias comerciales” y una optimización de “cuestiones operativas”. “Creo que se puede conseguir una buena sinergia”, comentó Labat.

Un “efecto contagio”

Los deudores en UR, un grupo aproximado de 20.000 personas que entre 1980 y 2000 tomó créditos estatales para la construcción de viviendas, entienden que fueron perjudicados por la variable de ajuste de la UR: el índice medio de salarios. Por el aumento de los salarios en el tiempo, además de ciertas condiciones de refinanciación -como los denominados “colgamentos”-, sostienen que han pagado el valor de la casa más de una vez, pero siguen sin cancelar la deuda. Esto, sin embargo, ha sido cuestionado por exautoridades del BHU.

El proyecto establece que, en caso de reunirse varias condiciones, una de ellas que el préstamo tenga una antigüedad de 40 años, las deudas en UR “quedarán extinguidas de pleno derecho”. También se establecen beneficios para aquellos que no tengan 40 años de antigüedad, como por ejemplo, una disminución de la tasa de interés. En total, se estima que el BHU resignaría unos 330 millones de dólares.

Para Frugoni, esto podría implicar un “efecto contagio” sobre los deudores del BHU en unidades indexadas (UI). A su entender, la reestructuración sería un “incentivo” para “colectivizar demandas sobre quitas”. “No olvidemos que se están bajando las tasas de interés de todas las franjas de UR. La brecha que va a quedar con las de UI, que representan los dos tercios de la cartera del BHU, va a ser mucho más grande. Este es otro riesgo adicional al que le tememos mucho”, alertó.

Deudores responden a AEBU

Antes del BHU y el BCU, compareció ante la comisión una delegación de la Asociación de Bancarios del Uruguay (AEBU). Además de marcar que la supresión del BHU es un “tema separado” del de los deudores en UR, el sindicato cuestionó que la solución sea “a tabla rasa”, sin considerar “la especificidad de cada crédito y las condiciones de cada deudor”.

Rosemarie Rosas, referente del movimiento de deudores en UR, expresó mediante un comunicado que las críticas de AEBU generan “indignación, angustia, impotencia, rabia y humillación” porque, entre otras cosas, “demuestran un total desconocimiento del tema por el que luchamos desde hace más de 12 años”. Señaló que “nuestra situación le ha sido absolutamente indiferente hasta este momento que se habla de fusionar dos bancos”.

Respecto de analizar la especificidad de cada crédito, Rosas le preguntó a AEBU sobre “el tiempo que puede llevar analizar caso a caso los 24.000 créditos”. Agregó que la UR “no existe más” como unidad de reajuste de préstamos, lo que “es la demostración más grande de que la UR no estaba funcionando y por eso se crea la UI”.

“No escuchamos a AEBU”, continuó Rosas, “oponerse” a la resolución del BHU que en 2012 “canceló la deuda de 34 funcionarios bancarios del BHU, ordenándose además la devolución de lo que hubieren pagado de más en virtud del cambio experimentado en el transcurso del tiempo entre los valores del dólar y la UR”. Cuestionó que, “ante la certeza de que estamos a días de una solución”, que “nos da certeza en la finalización del pago de nuestros créditos y una readecuación de deuda más humana”, el sindicato aparezca con “fórmulas mágicas que parecen ser simples enunciados sin contenidos ni fundamentos”.