Este viernes, la Sociedad Uruguaya de Tabacología (SUT) asistió a la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda del Senado para reiterar argumentos a favor de que se reincorporen a la Rendición de Cuentas dos artículos propuestos por el Ministerio de Salud Pública para ampliar la regulación del tabaco y productos vinculados.

Con el articulado, que por segundo año consecutivo quedó por fuera del proyecto de ley, se pretendía establecer que tabacos, cigarrillos y “otros productos de uso similar, preparados totalmente o en parte utilizando como materia prima hojas de tabaco”, destinados a ser fumados, inhalados, chupados, mascados o utilizados como rapé, así como “otros productos para uso recreativo”, como hojillas, dispositivos electrónicos para calentar tabaco, entre otros, paguen 70% del impuesto específico interno (Imesi). Asimismo, se planteaba prohibir la fabricación, importación, exportación o comercialización de “productos de tabaco y accesorios para su consumo que contengan cualquier tipo de aditivo”, también conocido como saborizante.

En diálogo con la diaria, Ana Lorenzo, integrante de la comisión directiva de la SUT, dijo que hay “preocupación” por los dos artículos que fueron desglosados porque se trata de dos propuestas “muy significativas” para el avance de la regulación del consumo de tabaco. Agregó que en la comisión se percibe que los argumentos de los legisladores respecto a la negativa de la aplicación del Imesi se basa en que los productos se iban a “encarecer para la población más desfavorecida”. En este sentido, puntualizó en que la intención es igualar el impuesto para todos y no para algunos de ellos. De todas maneras, sostuvo que “facilitar el acceso a un producto que los enferma y mata no es bueno”, y que la medida es efectiva para “disminuir el consumo” en general.

En cuanto al artículo que refiere a los saborizantes, explicó que es relevante en la medida en que por el sabor “son percibidos como productos más suaves” y “menos perjudiciales”. El sabor también los hace “muy atractivos, especialmente para los jóvenes”, también por las cápsulas que, al apretarlas, producen “una explosión” de sabor. Una de las razones “de los legisladores” respecto al desglose de este artículo fue que la prohibición de los saborizantes tenía un “impacto en los puestos de trabajo”.

Sobre esto, Lorenzo dijo que “hay que decidir si queremos que se disminuya el consumo” y, en esa línea, tomar acciones que también se ajusten al convenio marco de la Organización Mundial de la Salud, del que Uruguay es parte. También llamó a tener en cuenta que los puestos de trabajo de los que se habla, es decir, el de los cultivadores de tabaco, “se desarrollan en pésimas condiciones” y, desde el punto de vista sanitario, los trabajadores “se enferman porque están en contacto con sustancias agrotóxicas. A su vez, en el cultivo “hay trabajo infantil” y los menores sufren lo que se denomina la enfermedad de trabajo verde, es decir, “intoxicación por absorber la nicotina a través de la piel”.

Respecto a la situación de los trabajadores adultos, dijo que los roles pueden “reconvertirse” hacia un trabajo “más digno”, sobre lo cual hay experiencia en Uruguay con extrabajadores de Philip Morris que se convirtieron en fiscalizadores y en países como Brasil. Quienes producen tabaco en Artigas fueron a conocer la experiencia de ese país “y quedaron encantados”, según Lorenzo. Por último, remarcó que hay otras posibilidades que hacen que no haya necesidad de “estancar” las medidas contra el consumo de tabaco. Concluyó en que la SUT tiene “la esperanza” de que el Senado reincorpore las propuestas para que finalmente lleguen al pleno de la cámara.

En diálogo con la diaria, la senadora del Frente Amplio Amanda Della Ventura consideró que las explicaciones del organismo a la comisión fueron claras y “contundentes” y, si bien adelantó que es necesario que cuenten con el apoyo de la mayoría, vio con buenos ojos que las propuestas se reincorporen al proyecto.