Al igual que en la Rendición de Cuentas anterior, este año el Ministerio de Salud Pública (MSP) incluyó dos artículos para ampliar la regulación de los productos de tabaco. Sin embargo, al igual que en 2022, la redacción no prosperó en el proyecto y se desglosó para que sea tratado por los legisladores en otro momento y como un proyecto de ley aparte.

Puntualmente el artículo 263 pretendía establecer que tabacos, cigarros, cigarrillos y “otros productos de uso similar, preparados totalmente o en parte utilizando como materia prima hojas de tabaco” y destinados a ser fumados, inhalados, chupados, mascados o utilizados como rapé, así como “otros productos para uso recreativo” y hojillas, dispositivos electrónicos para calentar tabaco, entre otros, paguen 70% del impuesto específico interno (Imesi).

A su vez, el artículo 264 proponía prohibir la fabricación, importación, exportación o comercialización de “productos de tabaco y accesorios para su consumo que contengan cualquier tipo de aditivo”, también conocido como saborizante.

Propuesta fundamentada

Estos artículos fueron uno de los puntos que el MSP fundamentó cuando concurrió a la Comisión de Presupuestos integrada con Hacienda de la Cámara de Representantes, en julio. Según consta en la versión taquigráfica de la sesión, a la que accedió la diaria, Miguel Asqueta, en su rol de asesor de la cartera, desplegó una serie de motivos por los cuales se plantearon los artículos.

En cuanto al primero, sostuvo que “reconoce una unidad en la política y que estos productos deberán ser gravados como todos los demás productos de tabaco”, y que en base a eso requieren “un ajuste normativo” que se base en el convenio marco de la Organización Mundial de la Salud y en otros convenios internacionales que establecen que estos productos deben ser tratados “igual que cualquier otro producto de tabaco”. Agregó que “la interpretación histórica” del Ministerio de Economía y Finanzas y de la Dirección General Impositiva es que no se le aplicaban los impuestos porque “no era un producto” de tabaco.

En cuanto al siguiente artículo planteado, dijo que se trata de “una necesidad”, ya que para tener éxito en la disminución de la prevalencia del tabaco y de la “cesación tabáquica las políticas deben ser integrales”. Fundamentó que los aditivos “pueden aumentar la adictividad inclusive de los productos de tabaco”.

Por su parte, pocos días después, una delegación de la Sociedad Uruguaya de Tabacología (SUT) concurrió a la comisión para apoyar las modificaciones propuestas por el MSP y entregó una nota a los legisladores, a la que accedió la diaria, en la que acotó que con respecto a la aplicación de impuestos a los productos de tabaco calentado y distintos accesorios y dispositivos usados para el consumo de tabaco, de acuerdo a las normativas internacionales vigentes, “las medidas relacionadas con los precios e impuestos son un medio eficaz e importante” para que diversos sectores de la población, en particular los jóvenes, reduzcan su consumo de tabaco”. Se trata, además, de brindar igual tratamiento impositivo a todos los productos de tabaco y así “evitar que unos paguen impuestos y otros no”.

Sobre los aditivos plantearon que “numerosos estudios” realizados a nivel internacional, pero también en Uruguay, señalan que el uso de sabores “aumenta el atractivo de los productos de tabaco, disminuye la aspereza del tabaco al fumar y genera la percepción de que el producto es menos dañino”, lo que contribuye a “promover o incitar a la experimentación en jóvenes”, favoreciendo su inicio en el consumo, mostrando además que su uso “está aumentando de manera importante, especialmente a través de la colocación de cápsulas de sabor en el filtro.

En Uruguay, “más de un tercio de los productos de tabaco disponibles cerca de liceos o universidades son saborizados, habiendo incrementado” las marcas disponibles en los últimos años.

“Política comercial”

En diálogo con la diaria, Diego Rodríguez, secretario de la SUT, lamentó que los artículos, una vez más, no prosperaran y fueran “mandados al cajón”. Recordó que las propuestas, a diferencia del año pasado, tuvieron mayor incidencia de los organismos que trabajan en la lucha contra el consumo de tabaco.

De hecho, según Rodríguez, los artículos nacen de la consulta de la titular del MSP, Karina Rando, a la SUT, sobre cuál era el tema más viable para proponer en la rendición. Otra “de las diferencias” fue que para la elaboración de las propuestas Rando consultó al Programa Nacional de Control del Tabaco sobre las “prioridades”, agregó.

Por su parte, la diputada Lucía Etcheverry (Frente Amplio), quien integró la comisión cuando compareció el MSP en el marco de la rendición, dijo que la propuesta de la cartera le pareció “una buena señal” y que estuvo “muy bien argumentado” por Asqueta. Para Etcheverry era importante la inclusión de los artículos, entre otras cosas, porque los saborizantes “son captadores de fumadores jóvenes”.

Acotó que la no inclusión de las propuestas configuran que está “primando una política comercial” sobre las políticas de salud y “siguen el camino de otras flexibilizaciones” que se establecieron a través de decretos y que “flexibilizaron” las políticas antitabaco.

Por su parte, el diputado Milton Corbo (Partido Nacional, PN) aseguró a la diaria que si bien las propuestas se desglosaron, en la coalición hay intención de que prosperen. A su vez, el diputado Álvaro Viviano (PN) dijo a la diaria que el desglose obedece a la intención de “estudiar un poco más los argumentos” expresados.