El jueves 9 se realizó la tercera sesión del Encuentro Regional sobre Cambio Climático e Igualdad de Género, que busca generar intercambios de experiencias, buenas prácticas y desafíos para integrar la igualdad de género en la acción climática de América Latina y el Caribe. También se busca abarcar la hoja de ruta del Plan de Acción de Género de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
La brecha climática también es de género: los varones son propietarios de casi 80% de las tierras en América Latina, mientras que las mujeres lo son del 20% restante. Estas tierras, además, suelen ser menos fértiles y estar en condiciones de tenencia no segura. Se suma que ellas tienen mayor vulnerabilidad climática. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente advirtió que las mujeres tienen mayor probabilidad que los hombres de morir ante un desastre natural y que los niveles de violencia sexual y de género aumentan exponencialmente cuando se producen fenómenos climáticos extremos.
El encuentro regional lo organizó el gobierno de Chile y contó con la participación de Laura Marrero como representante de Uruguay. Es socióloga, maestranda en manejo costero integrado y la referente de Género y Cambio Climático del Ministerio de Ambiente (MA). En 2019 conformó el equipo de “Estrategia de género y cambio climático. Hacia un plan de acción 2020-2025”. Lo definió como: “Un instrumento de calificación, porque marca una hoja de ruta específica para la integración de perspectiva de género en los principales instrumentos de la política climática”. El MA también aprobó en junio un plan de acción de género y cambio climático que estará disponible a partir de octubre en su página web.
El enfoque de género en la estrategia se incorporó a partir de un sistema de Monitoreo, Reporte y Verificación de las medidas a las que se comprometió Uruguay con el Acuerdo de París. Los Planes Nacionales de Adaptación al Cambio Climático abarcan las costas, el sector agropecuario, de salud, de energía y las ciudades.
La estrategia tiene tres componentes claves. “El primero es que identificamos en cada uno de los sectores que son parte del Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático cuáles son las acciones de género que se estaban aplicando y que había intenciones de desarrollar”, apuntó Marrero. También se identificó las “prioridades sectoriales” de cada uno. El segundo es la “continuidad” de lo planteado en la estrategia de 2019, que marca para la socióloga “la integración de género, el enfoque y la metodología para integrar género en los principales instrumentos de la política climática”. El tercer componente son las “nuevas líneas de acción” a partir del plan que estará disponible el mes que viene.
Uno de los grandes ejes del nuevo plan es “la mejora de los financiamientos hacia las organizaciones de mujeres, que trabajan con liderazgos femeninos a nivel local”. Otro es el “fortalecimiento y el involucramiento” del Consejo Nacional de Género en la agenda climática nacional. Resaltó el rol del Instituto Nacional de las Mujeres, que está “enmarcando fuertemente esta necesidad de priorizar el acceso al financiamiento de los grupos de mujeres a escala local”.
Otro de los puntos centrales del plan es la “institucionalización de la participación”. “Nosotros hemos mencionado la importancia de que, desde la propia gestión del conocimiento, se incorpore a los grupos de acción local -las mujeres con sus liderazgos a nivel local- como parte de esos diagnósticos y análisis de género”, señaló. Le parece importante “tomar la palabra y la voz” desde la gestión.
Resaltó la importancia del “apoyo de la cooperación internacional”, el cual, agregó, les permitió “generar capacidades” y “avanzar en el conocimiento del triple cruce de género con sus intersectorialidades”, porque tanto las temáticas climáticas como de género requieren “generación de capacidades específicas”.