García recordó su participación en el foro del año pasado, cuando “había confianza” en el rumbo de la economía local pero también “grandes incertidumbres” sobre el impacto de la crisis mundial. “Por suerte los indicadores están mostrando que los países están retomando su senda de crecimiento”, celebró, enfatizando la evolución de Uruguay. “Tenemos el convencimiento de que hemos llegado a niveles aceptables, pero es apenas un escalón en una escalera que esperamos no tenga techo”, graficó, añadiendo que “Uruguay puede ser un país desarrollado”.
El mago Pepe
El presidente electo de la República, José Mujica, llegó sobre el final del evento e hizo uso de la palabra. “No estamos, ni pretendemos, tocar el paraíso con la mano, pero no estamos en la puerta del apocalipsis. Mandrake no ganó las elecciones. Todo depende del esfuerzo de cada uno”, sostuvo el futuro mandatario, señalando el ingreso en “una época un poco distinta” que implica “dejar la época del reclamo y dejar de echarle culpas al mundo, que ni se inmuta”. Mujica defendió la necesidad estratégica de mejorar la relación con la región. “Con todos sus defectos, nuestros nudos con la región son fundamentales”, recordó.
El secretario de Estado detalló que el promedio de crecimiento del PIB durante el siglo XX fue de 1,4% anual; si se divide en mitades, la primera, la de “las vacas gordas o la suiza de América”, tuvo un crecimiento de 1,9%, mientras que en la segunda mitad, la del “antes era mejor y el ahora no se puede más”, fue de 0,8%; contrastando esa tendencia, subrayó que entre 2004 y 2008 el incremento promedio fue de 6% anual. Si bien en el futuro poscrisis la tasa “quizás no sea tan alta como en estos años”, será “mucho mayor” al promedio histórico.
Los deberes
En torno a la política económica para los próximos años, García abogó por reforzar “la nueva institucionalidad que tiene el país” y “las políticas transversales” aplicadas a nivel interministerial. En materia de infraestructura, enumeró la necesidad de hacer obras viales, ferroviarias, de diversificación de la matriz energética, segunda terminal de contenedores en el puerto de Montevideo, construcción de uno o incluso dos puertos de aguas profundas, aumento del ancho de banda y consolidación de la integración logística con la región; consultado por los puertos de aguas profundas, respondió que su concreción dependerá del desarrollo del país y sus necesidades, pero “es algo que se tiene que evaluar”.
Pico y pala
El director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Martín Dibarboure, presentó “dos herramientas nuevas que se le dejarán a la próxima administración” para transitar hacia una “gestión por resultados”: el Observatorio Uruguay y los tableros de control ministerial. Apuntan al mismo objetivo de contribuir al control de la gestión pública, con información que estará disponible para toda la ciudadanía en la web. La actual primera etapa se enfoca en los ministerios pero Dibarboure no descarta extenderla a gobiernos departamentales y otras áreas del Estado.
El ministro llamó a preservar la estabilidad macroeconómica, mejorar la calidad de la salud, de la educación y lograr un mercado de bienes eficiente promoviendo la competencia, facilitando trámites, procedimientos y mejorando la defensa del consumidor. También apuntó a mejorar la eficiencia del mercado de trabajo e incluir el pago por productividad en las negociaciones salariales de públicos y privados. Convocó a contrarrestar el “atraso” heredado en desarrollo tecnológico, incentivar la innovación y orientarse hacia “una sofisticación de la producción”. Sobre inserción internacional, reiteró que la política de Uruguay debe ser de “regionalismo abierto”. Interrogado por la opción de abrir el capital accionario de empresas públicas de derecho privado (ver la diaria, 02/12/09), la valoró como algo “sano” que representa un “tiro a tres bandas”: como nueva vía de financiamiento, como inversión y como forma de ofrecer más transparencia desde las empresas.
Después te corrijo
El subsecretario de Economía, Andrés Masoller, disertó sobre “La crisis internacional: respuestas y resultados”, resaltando que Uruguay la logró “procesar favorablemente” y por ello está en condiciones de “ir hacia un desarrollo sostenido”. Ponderó las fortalezas adquiridas en el período, que impidieron el contagio de la crisis, y también el “acertado diagnóstico” realizado en 2008, que permitió enfocar correctamente las medidas paliativas. El diagnóstico establecía un efecto acotado, transitorio y focalizado en algunos sectores, aunque agravado por la sequía, mientras que el sector financiero, las cuentas públicas y los indicadores sociales iban a tener “poco” impacto. “El diagnóstico era realista”, enfatizó. En lo que concierne al crecimiento del PIB, Masoller adelantó que la previsión vigente de 1,2% para 2009 será corregida al alza antes de fin de año, luego de que se conozcan los datos del tercer trimestre; enfatizó que incluso con la previsión de 1,2% pero sin el efecto de la sequía, el país habría crecido un 2,7%; para 2010 se espera un 3,5% de crecimiento.
Todo es relativo
Además de enfatizar que el sistema financiero se encuentra “sólido y líquido, y no gaseoso como en el pasado”, el presidente del Banco Central, Mario Bergara, se refirió a la competitividad del país, asegurando que se mantiene en niveles de precrisis. Los “precios relativos” de Uruguay están en los niveles previos a la crisis y “no todos nuestros clientes tienen a los precios relativos como variable determinante”.
Nuevo de paquete
El director de la asesoría macroeconómica, Michael Borchardt, habló del “país recibido al comienzo de 2005”, respecto del cual “hoy parece que estamos en otro”. “Se logró consolidar una tasa de crecimiento sostenido porque se han sentado las bases para que así sea”, si bien “aún queda mucho por hacer”. En materia fiscal, reconoció que en 2009 “hubo un aumento moderado del déficit (...) para afrontar la coyuntura y también el impacto de la sequía”, pero remarcó la posterior mejora en las cuentas que llevó a corregir levemente a la baja la previsión de déficit, de 2,6% a 2,4%.
También destacó la reducción de la deuda bruta en comparación con el PIB, y fundamentalmente de la deuda neta, que descendió más por el aumento de las reservas. Puntualizó que esta administración deja “un horizonte de vencimientos sumamente despejado” aunque hay un “leve incremento” de los vencimientos para 2011, “pero que entendemos son sumamente manejables”.