Pensar en macro
Montevideo recibe esta semana el XIII Foro Interamericano de la Microempresa, Foromic 2010, un espacio concebido para que interesados en microfinanzas y microempresas intercambien experiencias, metodologías y estrategias para promover y apoyar al sector. Este año, los expertos reunidos en el Latu se concentrarán en el análisis de los efectos de la actual crisis económica en América Latina. El Foro es coorganizado por el BID, la Corporación Nacional para el Desarrollo, el Ministerio de Economía y Finanzas y el FMI. Sus actividades están detalladas en la página web www.foromic.org.
“Algunas organizaciones vienen trabajando desde hace mucho tiempo” brindando créditos y otros servicios a escala micro, pero sólo “en los últimos años” el sector ha logrado “un crecimiento, un desarrollo y una madurez importantes”, evaluó el coordinador del gubernamental Programa de Microfinanzas para el Desarrollo Productivo, Enrique Baráibar, en diálogo con la diaria.
Esta expansión “continuará de manera sostenida”, entre otras razones porque “hoy existe un mayor conocimiento de la demanda y de la oferta, hay más jugadores y mejores condiciones, y la política pública y los reguladores tienen mayor conocimiento del sector”, agregó Baráibar, cuyo programa depende de la Dirección de Proyectos de Desarrollo de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP).
El Observatorio de Microfinanzas -herramienta diseñada por el Instituto de Competitividad de la Universidad Católica por encargo del gobierno y en la que ya participan diversos operadores públicos y privados- evalúa que, a pesar de la dimensión del fenómeno de la microempresa en Uruguay, sólo ahora comienzan a consolidarse servicios financieros adaptados a su escala (un máximo de cuatro empleados y de cuatro millones de pesos de facturación anual).
En ese sentido, surgen nuevas instituciones y productos financieros, al tiempo que mejora el acceso a la información al respecto. Una docena de instituciones financieras ofrecen hoy servicios de microcrédito orientados a la producción. Ocho de ellas acaban de ingresar en esta actividad.
De cercanías
El Observatorio de Microfinanzas (ver la diaria del 31/8/2010), lanzado a fines de agosto, tiene la misión de sistematizar y centralizar información confiable y transparente, apuntando a mejorar la competitividad y aportar herramientas de investigación al diseño de políticas públicas específicas.
Se trata de “un instrumento único” en toda América Latina, dijo Baráibar. “Facilita democráticamente el acceso” a la información y la “inclusión de los microempresarios, así como la de cualquier persona que desee informarse y participar. Esperamos que sirva como plataforma de conocimiento para la generación de estrategias a nivel nacional y para la determinación de políticas de Estado explícitas”, expresó el funcionario.
El observatorio opera el portal www.microfinanzas.org.uy, a través del cual se puede realizar consultas financieras, acceder a una mesa de licitaciones, comunicarse con las instituciones y recibir ayuda técnica, así como descargar informes temáticos.
Adelante
Entre las demandas más acuciantes figuran hoy “la sustentabilidad de las políticas públicas en el mediano y largo plazo, la adecuación de marcos normativos para la microempresa y las instituciones [de microfinanzas] y que éstas incorporen avances tecnológicos para aumentar su llegada, junto con la oferta de más y mejores servicios, como capacitación, asistencia técnica, microleasing o microseguros”, enumeró Baráibar.
Explicó que el programa pretende abrir al sector microfinanciero carriles normativos que lo alienten a ofrecer un acceso efectivo y eficiente a sus servicios. Avanzar en esa dirección, según él, implica introducir cambios en el marco regulatorio de las microfinanzas, para lo cual se coordinan estudios y consultorías.
Una de ellas tiene como objetivo principal adecuar las regulaciones nacionales y definir los principales lineamientos de las políticas públicas, teniendo en cuenta las experiencias latinoamericanas en la materia.
Las investigaciones coordinadas por el programa apuntan a la publicación de “informes técnicos con un enfoque integral”, tendientes a “sensibilizar a las autoridades sobre la importancia de la regulación en el fomento de la actividad de microfinanzas en Uruguay”.
Republiquita
A inicios del pasado período de gobierno surgía como un aspecto a revisar el rol del Banco República (BROU) y las carencias de los servicios que brinda a las microempresas.
Asimismo, una consultoría encargada y solventada con fondos del programa detectó la necesidad de que este banco público “desarrollara servicios financieros a un conjunto de compatriotas que, teniendo una actividad productiva, comercial o de servicios, no podía acceder” a la banca tradicional.
Los expertos sugirieron en ese sentido la creación de una empresa separada del banco que tuviera las condiciones particulares que demandan los microcréditos (ver la diaria del 16/10/2008). Así surgió la institución privada República Microfinanzas SA (RMSA), que no es otra cosa que una sociedad anónima propiedad del BROU.
Luego de retrasarse un año su inauguración, RMSA empezó a funcionar en febrero. Ahora tiene 800 clientes y ha desembolsado créditos por más de 30 millones de pesos, informó a la diaria su gerente general, Luis Murias.
Las cifras superaron, aunque no por mucho, las previsiones originales. Los datos sobre morosidad también son positivos: el plan de negocios preveía que RMSA operaría a pérdida durante los primeros 40 meses de funcionamiento, pero éstas ya se situaron por debajo de los pronósticos. “El repago ha sido muy satisfactorio en estos seis meses. Hay alrededor de cinco morosos entre los 800 clientes”, puntualizó Murias. La experiencia indica que las microempresas se concentran en los rubros de venta de ropa, quioscos, almacenes y supermercados barriales, así como en el de talleres. Pero “hay una variedad increíble de empresas y emprendimientos” a esa escala que “son, además, proyectos de vida”, según Murias.
Si bien en la fase inicial se trabaja principalmente en Montevideo y el área metropolitana, RMSA avanza hacia el medio rural porque “trata de ser una propuesta masiva”.
La firma “está pensada para el sector productivo como eje principal”, pero “también apunta a llegar a todos los ciudadanos que no van a la banca tradicional”. Por lo tanto, no sólo apunta a “unidades económicas pequeñas, sino también a los núcleos familiares más vulnerables, sin acceso al crédito bancario”.
Con ese motivo, RMSA comienza a ofrecer financiamiento para reformas y ampliaciones de viviendas familiares, que redunden en una mejora de la calidad de vida de eventuales clientes.