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Luis Garibaldi

Foto: Nicolás Celaya

A la sombra del Ceibal

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Entrevista con el maestro Luis Garibaldi, director nacional de Educación.

Tal como consignó el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) en su resumen de trabajo sobre lo realizado en 2010, culminó “un nuevo año que para la educación ha dejado luces y sombras”. Desde la administración nacional se habla de avances en materia de la creación del Instituto Universitario de Educación, de la constitución del Sistema Nacional de Educación Terciaria Pública y de la extensión del Plan Ceibal a educación media, entre otras cosas. Asimismo, ven con buenos ojos que los distintos sindicatos de la educación hayan llegado a un acuerdo presupuestal los últimos días de diciembre. La divulgación de los datos estadísticos del ministerio y de las pruebas PISA fue lo que dio más sombras al año, y puso en debate la calidad de la educación, el rol de los educadores y el papel de las instituciones.

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Al licenciado con cariño

“En cuanto al Instituto Universitario de Educación [IUDE] la ley preveía una comisión de trabajo, esa comisión ya dio los resultados de su primer informe con bases generales. Ahora se está en la etapa de transición: se creó un Consejo de Formación en Educación en la ANEP [Administración Nacional de Educación Pública] que ya está trabajando sobre algunas líneas de trabajo. Una de ellas es hacer un convenio de trabajo con la Universidad de la República [Udelar], otra es elaborar las bases para un nuevo estatuto docente, y una reelaboración de las propuestas curriculares. Esta etapa va a devenir en una propuesta de Ley Orgánica que en el correr de este año el MEC, en acuerdo con la comisión coordinadora del Sistema Nacional de Educación Pública, va a presentar en el Parlamento para crear un instituto universitario como ente autónomo que será independiente de la Udelar”, afirmó Garibaldi. -¿No se van a generar diferencias de valoración entre los profesionales de la Udelar y del IUDE? -No, porque va a ser universitario. El egresado va a ser un licenciado maestro en Educación Común o profesor de Educación Media con tales características. Sí va a ser un cambio muy grande en el país porque va a ser la primera institución universitaria pública después de la Universidad de la República. Eso sí implica un cambio muy importante, no sólo para el IUDE sino también para la propia Udelar y para el sistema universitario, ya que va a haber otros lugares y ámbitos de formación universitaria, ya no sólo la Universidad de la República. La idea además es que sea una formación en educación de mayor nivel que la que existe actualmente. Al tener carácter universitario va a tener una formación más vinculada a la investigación, a la creación de conocimiento, a la extensión universitaria, es decir, a los tres grandes pilares que tiene la formación universitaria. -¿Cuándo estará funcionando? -Esto es un proceso que ya se inició. Esperamos que en el correr de 2011, a más tardar a principios de 2012, tengamos un ente autónomo y se inicie otra etapa, con una institución nueva que va a llevar su tiempo desarrollar.

-¿Cómo concibe la educación en la actualidad?

-Cuando se habla de educación tenemos que pensar en una visión más amplia de lo que se pensó normalmente; siempre se pensó la educación vinculada a determinados niveles educativos y de tonos obligatorios. Creo que ahora hay que pensar la educación a lo largo de la vida desde la primera infancia hasta la vida adulta, tanto en la modalidad de educación formal como en la no formal. Eso conlleva la tendencia a que las personas estudien más, aprendan más, en lugares diversos, no solamente en los lugares tradicionalmente concebidos para aprender y enseñar como lo son las escuelas y los liceos, sino también en otros ambientes.

-¿Qué rol cumplen los docentes?

-Para los docentes se genera una situación en que los niveles de exigencia son cada vez mayores, pero hay que pensar que no todo se debe aprender en ámbitos educativos. Me refiero a que el crecimiento y el desarrollo del conocimiento han sido muy grandes, sumados a la necesidad que la sociedad tiene actualmente de que las personas aprendan más cosas; esto hace que todo se le pida a la educación. El rol docente, de los educadores y más precisamente a nivel de la educación formal, es un rol que, por un lado, mantiene su vigencia y su importancia y, por otro lado, cambia en función de este desarrollo del conocimiento. Ahora que todos los niños tienen una computadora con acceso a la información, el rol del docente no es exclusivamente el que le acerca la información al estudiante o al niño sino que es más una guía, un orientador, una persona que va a contribuir a que esa información se transforme efectivamente en conocimiento porque no alcanza con la información.

-Pero muchas veces, cuando existen fallas en la educación, gran parte de la responsabilidad recae en los docentes…

-Pensar eso es un error, porque hay responsabilidad docente pero también responsabilidad de muchos otros actores que acceden a eso. Es cierto que determinados conocimientos tienen que adquirirse en la escuela y en el liceo, y es cierto que el docente cumple un papel muy importante. Sin embargo, creo que cuando falla la educación no es una falla exclusivamente de los docentes, también fallan quienes elaboran las políticas educativas, quienes otorgan los recursos, la sociedad cuando le da determinado nivel de importancia a la educación. Yo pienso que lo más importante en estos últimos tiempos ha sido que se discute sobre educación y que hay un acuerdo generalizado en cuanto a que Uruguay para su desarrollo futuro necesita desarrollar la educación. Tampoco tengo dudas de que hay un factor docente que es grave; hay un nivel educativo que tiene el país que tiene que ver con el nivel de sus docentes. Pero no quiere decir que todos los problemas que tiene la educación sean culpa de los docentes ni mucho menos.

-¿Cuál es el nivel de los docentes hoy?

-Yo diría que si se compara con la región el nivel de los docentes uruguayos es bueno. Eso no quiere decir que no tengamos problemas importantes; ése es uno de los temas que tenemos que encarar. Uno tiene que ver con su formación inicial, para eso se ha empezado a trabajar para crear un instituto de educación, para darle un nivel universitario, no sólo por su estatus sino por su formación. Está comprobado que en otros países del mundo, como el caso de Finlandia, Cuba, Norteamérica, la formación inicial de los docentes cumple un papel clave. Pero no alcanza con la formación inicial, también es necesario promover formas de actualización, de formación permanente. En primaria en los últimos años han pasado 10.000 docentes por cursos de formación, lo que va a redundar a la larga en ciertos resultados. No hay formación en ningún campo profesional que se resuelva con la formación inicial, es necesaria una formación permanente.

-¿Qué áreas hay que trabajar?

-Pienso que en la educación media es imprescindible profundizar en términos de las distintas disciplinas y del punto de vista pedagógico, y del vínculo de la relación entre los docentes con sus alumnos; porque una de las consecuencias de la masificación es que está arribando a educación media toda la variedad de adolescentes y de jóvenes que hay en el país. Por tanto, proveniente de los más diversos sectores sociales, unos llegan con un interés más destacado por aprender o concurrir a estudiar al liceo o la escuela técnica que lo que pueden tener otros sectores, porque hay una propensión -según los últimos estudios realizados- a que los hijos de los sectores sociales que provienen de un nivel sociocultural y económico más alto tengan mejores resultados que los otros. La realidad no es novedad; lo que pretendemos es que la educación contribuya a acercar esa brecha y no que la mantenga tal cual la recibe de la sociedad. Es decir, si hoy lo que tenemos que proponernos es una sociedad menos desigual, la educación tiene que contribuir a que los resultados sean menos desiguales. Pero el fenómeno docente es mucho más complejo que esto, es importante la formación pero con ella no alcanza, es necesario que haya condiciones laborales que permitan atender las prioridades. En educación media, sobre todo, porque en la escuela está bastante resuelto: un maestro atiende a 30 chiquilines por turno; un profesor, en cambio, debe pasar por varias clases y muchas veces por más de un liceo. La idea es que haya una concentración de los docentes en un solo liceo, es decir, que el docente de una materia sea el docente de un liceo. Eso contribuye a lograr una mayor identidad del docente con el centro y la posibilidad de planificar con más tiempo, necesidad muy importante para el trabajo docente.

Educación a distancia

“El Sistema Semipresencial de Formación Docente se está evaluando en el Consejo de Formación en Educación. Es una modalidad de educación alternativa que ha dado resultados seguramente sujetos a ajustes pero va a seguir funcionando. No va a quedar a un lado la formación a distancia porque en todas las propuestas universitarias se está tendiendo a incluir formaciones a distancia, todas de carácter semipresencial. Es una modalidad más que hay que incorporar y ver en cada circunstancia. Seguramente no es para hacer todas las carreras a distancia ni en todos los lugares, eso hay que verlo en cada circunstancia, pero la formación a distancia en el país del Plan Ceibal es fundamental”.

-Es como volver a los orígenes: antiguamente era común que los docentes centraran sus horas en un solo liceo.

-La diferencia es que hoy en día cada vez tenemos más alumnos en Secundaria. En menos de diez años hemos crecido en 20.000 estudiantes en ciclo básico y tenemos un número muy grande de docentes con una carga horaria muy alta y que en vez de trabajar en un solo liceo lo hacen en más de uno. Además, están reeligiendo sus horas todos los años. De lo que se trata es de concentrar las horas docentes de ese profesor en un solo liceo y a nivel de centro, para que promuevan el desarrollo de prácticas de participación existentes en la Ley de Educación como son los consejos de participación; porque hay que escuchar a los adolescentes más de lo que se los ha escuchado tradicionalmente. Yo creo que ha habido avances importantes en Secundaria y UTU en cuanto a la participación de los alumnos, pero hay que difundirlos en todos los centros educativos. Si se habla de una nueva educación media hay que pensar en un nuevo rol del centro educativo, tiene que tener mucho peso, una gran estabilidad, proyectos propios vinculados al proyecto nacional, adaptados a la realidad en la que les toca trabajar, incluyendo los intereses de los estudiantes para que los aprendizajes sean relevantes a la hora de sus prácticas educativas.

-¿Los estudiantes están preparados para participar?

-No hay duda de que la participación se aprende primero participando y segundo teniendo actividades de formación. El año pasado se organizó en Uruguay el Parlamento Juvenil del Mercosur; los niveles de educación y las resoluciones que adoptaron tuvieron un nivel de responsabilidad realmente destacable. Llama la atención el grado de involucramiento que los adolescentes comenzaron a tener por las opiniones que emiten. Es cierto que se necesita que los estudiantes estén informados, pero también se necesita que los adultos y los docentes estemos formados para permitir los niveles de participación de los estudiantes. Lo que dicen los estudiantes de Secundaria son cosas muy importantes a la hora de pensar qué liceo se quiere, más ahora, que uno de los objetivos para los próximos años es conformar una nueva educación media en Uruguay que tiene como horizonte la creación de un Consejo de Educación Media Básica en el que se elabore una nueva propuesta que puede ser única o diversa.

En familia

-¿Cuál será el papel que juegue la familia de los estudiantes?

-Hay una parte de la responsabilidad que es intransferible; es decir, la responsabilidad que tiene la familia frente a sus hijos no la puede cumplir ni el Estado ni la educación. Creo que se han desarrollado acciones que han promovido la unión entre la educación y la familia; una son los maestros comunitarios, quienes tienden un puente entre la escuela y la familia. Lo mismo se está pensando ahora con algunos proyectos vinculados a la educación media, como el Programa Compromiso Educativo, proyecto que incluye una beca, apoyo por parte de alumnos mayores y un compromiso firmado por los padres de los alumnos. Nosotros creemos que la familia efectivamente cumple un rol importante, con el único cuidado de no transferir a las familias responsabilidades de la educación ni que la educación asuma responsabilidades que son de la familia.

-Pero esto último sucede; muchas veces los límites se vuelven difusos y docentes o adscriptos se terminan ocupando de la realidad o de las condiciones en que viven los estudiantes en su hogar.

-Eso es inevitable y está bien que sea así, siendo maestro uno no tiene más remedio que pensar en las condiciones en que vive ese niño para incidir adecuadamente.

-Entonces, ¿cuáles serían esos límites a cuidar para que no se mezclen?

-Por más que sea buen adscripto o buen profesor, uno nunca va a ser el padre, la madre o el adulto que esté a cargo. Entonces podrá apoyarlo, podrá tender puentes hacia la familia, pero hay que tener en cuenta que las políticas educativas están en un marco de políticas sociales. La política social no es solamente la educación, en una época fue así: todas las políticas sociales pasaban por la educación. Ahora hay otras políticas sociales dirigidas a la familia, a atender situaciones de pobreza, salud, infancia, fuera del sistema educativo.

Prestar atención

-¿Es en el liceo donde se registran los mayores problemas?

-Nosotros nos planteamos que la educación media tenía que ser prioridad: ahí es donde se concentran las dificultades más importantes, no porque sean originarias de la educación media, hay problemas anteriores. La extraedad no empieza en primer año de liceo sino en primer año de escuela, porque hay 14% de repetición escolar. Probablemente los problemas de aprendizaje de lengua y matemáticas no empiecen cuando los estudiantes cumplen 15 años y se hacen la prueba PISA, sino que empiezan antes. No hay duda de que el tema de la educación media es central y de que el objetivo es la elaboración de una educación media que está prevista en la ley.

-Pero desde el gobierno se dijo que la primera infancia iba a ser prioridad.

-Sí, sin embargo, en la primera infancia se avanzó bastante en el período anterior. En 2005 había 35.000 niños atendidos en primera infancia, hoy hay 61.000 en centros CAIF [Centro de Atención de la Infancia y la Familia], centros diurnos del INAU [Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay], incluso en centros privados que nosotros atendemos. Ha habido avances importantes, de todas maneras hay una prioridad en cuanto a la formación de recursos, a tener nuevos centros, a tener una atención interdisciplinar e interinstitucional. Ahí hay otro nivel importante para atender, pero la número uno es la educación media; no es sólo el liceo, es el liceo y es la educación técnica. La meta es una nueva educación media básica y una nueva forma de proponer la educación media superior, que tenga más salidas, no solamente con los bachilleratos preuniversitarios, sino seguir fortaleciendo los bachilleratos tecnológicos con salida a propuestas terciarias lo más diversificadas posibles.

-Concretar los cambios va a llevar su tiempo...

-Sí, porque en la educación no hay soluciones rápidas. En otras áreas uno puede tener resultados inmediatos o más o menos rápidos, en educación no. No hay nadie que evalúe una política educativa si no ha habido por lo menos cinco o seis años de aplicación de la política; por tanto, no se puede pedir ni esperar resultados mágicos e inmediatos. Tampoco es bueno generar cambios ante resultados que -aunque siempre hay que tenerlos en cuenta-, como las pruebas PISA, no necesariamente reflejan lo que se ha hecho en los últimos dos, tres, cuatro años, sino que son un producto de políticas de largo plazo o de mediano plazo hacia atrás. En educación hay que evitar andar a los bandazos.

-Pero hay mucha expectativa entre la gente.

-Por suerte. Si la expectativa se complementa con apoyo, creo que podemos tener muy buenos resultados.

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