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Después de la lluvia

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Nueva ministra de Cultura de Brasil, agua en demasía y la expectativa de que el Carnaval todo lo lave.

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A diferencia de Uruguay, donde todo comienza después de Pascua, la modorra veraniega en Brasil se extiende desde Navidad hasta el fin del mítico Carnaval. En el medio, dos meses de escasa actividad cultural fuera de festivales y recitales promovidos por las grandes marcas de cerveza. Sin embargo, el 1º de enero Dilma Rousseff se hizo del mando del Planalto y trajo consigo varias determinaciones en materia de cultura, algunas relegadas por la urgencia de la mayor catástrofe climática que ha enfrentado el país, las lluvias de Río de Janeiro, que luego se extendieron a otros estados.

Mecenazgo vigilado

En contra de quienes promovían la continuación del ex ministro Juca Ferreira en el Ministerio de Cultura, quien asumió la titularidad de la cartera fue Ana de Hollanda,una de las varias mujeres con las que Dil-ma armó su grupo de trabajo. En su discurso de asunción, la hermana de Chico Buarque de Hollanda dijo: “Nos corresponde ampliar el acceso de la población a los bienes simbólicos, porque es necesario democratizar tanto la posibilidad de producir como la de consumir”. Días después, viajó a los estados afectados por las lluvias, prometiendo fondos para reparar los estragos que el agua causó en el patrimonio histórico.

Sin embargo, desde el vamos la ministra supo del recorte presupuestal con el que tendrá que lidiar. El Fondo Nacional de Cultura, por ejemplo, contará con menos presupuesto en este período, pasando de 898 millones de reales en 2010 a 326 millones en 2011, ya que está en tela de juicio su capacidad de incentivo directo. En esto influyó el escándalo protagonizado por el senador Gim Argello, que desvió fondos a entidades culturales inexistentes.

Al mismo tiempo, según consignó O Estadão, el anteproyecto de reforma de la Ley de Derechos Autorales, que había avanzado de la mano de Ferreira en el período de Lula, será analizado nuevamente por la ministra, reticente a los cambios propuestos. Uno de ellos ha dividido aguas: abre la posibilidad de que el Estado intervenga en las asociaciones de gestión colectiva de derechos autorales.

Otro de los gestos de la ministra fue la retirada del sello del padrón internacional de licencias Creative Commons de la página del MEC, proyecto que el ministerio incorporó desde 2003. La ministra argumentó que la legislación actual ya contempla las posibilidades de apropiación y distribución que ofrecen esas licencias y que el sitio no precisa del sello para la regulación de la reproducción de su contenido no comercial. Desde varias trincheras del universo digital -Twitter en primer lugar- se apuntó a lo puramente simbólico del cambio.

Drummond y latinoamericanos

Diferente del Carlos Drummond de Andrade habitual, más conocido por la mesura a la hora de las intervenciones públicas, la revista Bravo! de febrero revela a un poeta mordaz e incisivo. Esta nueva faceta del escritor mineiro es descubierta por medio del universo íntimo de Drummond, un territorio que la crítica actual parece redescubrir como objeto de estudio. Las cartas que Drummond dirige a su amigo, el también escritor Cyro dos Anjos, serán publicadas por la Universidad Federal de Minas Gerais. Algunas de ellas contienen opiniones bastante encendidas sobre colegas de su época, como Raquel de Queirós, cuya escritura desdeña. Drummond se oponía al movimiento de la novela social regionalista y sus retratos ficcionales de las condiciones del Nordeste. Sobre Queirós y su obra teatral Lampião, Drummond le confía a Cyro: “El campamento de las letras está muy alborotado con los últimos productos del ingenio nordestino, que es una tragedia de Raquel, donde los personajes se matan a ametralladora en escena abierta, y la novela de Zé Lins […] El libro de Raquel, por lo menos, tiene el mérito de un lenguaje sabroso, pero le falta por lo menos un resquicio de interés psicológico”. En las cartas también hay opiniones políticas definidas; en una de 1955 Drummond afirma que a pesar de haber recibido obsequios de Juscelino Kubitschek, no iría a apoyarlo con su voto.

Siguiendo en el campo de las letras, también ha llamado la atención la publicación de dos antologías de cuentos de autores latinoamericanos. De un lado, Os outros, narrativa argentina contemporânea (Editorial Iluminuras), reúne 27 autores argentinos y cuenta con la organización del psicoanalista y escritor argentino Luis Gusmán, quien ya publicara en Brasil sus recomendables novelas El frasquito (O vidrinho, 1990), Villa (2001) y El peletero (Pele e Osso, 2009). Para O Estadão, esta antología: “Es una oportunidad para que el lector brasileño conozca el mapa de la producción argentina actual más allá de los escritores que se volvieron famosos por el boom literario de los años 60”, al tiempo que establece una relación entre este lanzamiento y el éxito que ha tenido Bolaño entre los lectores brasileños. Por otra parte, la Antologia Pan-Americana (Editora Record), organizada por el francés radicado en Brasil Stéphane Chao, reúne autores de las tres Américas, Benedetti incluido.

Antes y después, Carnaval

El revuelo más grande del verano será sin duda el Carnaval, aunque a principios de enero la inglesa Amy Winehouse estuvo haciendo de las suyas en varias ciudades brasileñas. Shows bastante dispares, en los cuales los fans se preguntaban a cada momento si la diva conseguiría continuar cantando, fueron la tónica de la explosiva y comentada gira.

Mientras tanto, comenzó a salir en los quioscos material clave de un grande de la música brasileña, un verdadero “troublemaker” que durante décadas supo de varios escándalos y que se erigió como el pionero del soul local. Tim Maia, fallecido en 1998 a los 55 años de edad por abusos de diversas sustancias, no había tenido hasta ahora un lanzamiento de este calibre. Por ejemplo, para conseguir el disco Racional III, una joyita, había que tener bastante suerte. La obra es testimonio de las fases más extremas de Maia, aunque tal vez sea su creación más sobria: se había maravillado con la doctrina Cultura Racional y abandonado varios vicios, mientras su voz mejoraba y exploraba el funk y el soul con maestría. Claro que duró poco, pues en menos de dos años volvió al ruedo y retiró de circulación los discos de aquella etapa, lo que hasta hoy los transformaba en rarezas.

Ya en el plano del Carnaval, como fuera informado en la diaria, el 7 de febrero las llamas consumieron las instalaciones de la Cidade do Samba en Río de Janeiro, afectando a varias escolas. Algunos días después, la Prefectura de Florianópolis pidió ayuda al gobierno del estado para auxiliar a la Grande Rio, que representará un cuento del escritor local Franklin Cascaes. El enredo de esta escuela incluye, además de las brujas y demás disfraces mitológicos de la isla, un retrato del hijo pródigo de Florianópolis, el ex tenista Gustavo Guga Kuerten.

Y quienes no puedan ir a ver el Carnaval carioca en vivo tal vez puedan acceder al documental O samba que mora em mim. Dirigido por Georgia Guerra-Peixe, se trata de una primera subida al Morro da Mangueira, en Río de Janeiro, de donde sale la escola Estação Primeira de Mangueira. Si bien el padre de Georgia dirigió la agrupación por más de 20 años, ella no había subido nunca al morro y ese descubrimiento es el que se revela en el documental. De esta forma, la cámara recorre el mundo de personajes anónimos que hacen posible el brillo que caracterizará a Río los primeros días de marzo, con primeros planos de los recovecos de las favelas, sambas improvisados en plena calle, niños que crecen alimentándose de la espera del Carnaval e instantáneas de la comunidad en el día a día.

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