En junio el Índice de Precios del Consumo (IPC) aumentó 0,35% respecto del mes anterior, lo que marca una variación similar a la que venía registrando en los últimos dos meses de acuerdo a los datos que difunde el Instituto Nacional de Estadística (INE). Pese a esa estabilidad en el crecimiento, el indicador sigue aumentando en términos anualizados, y alcanzó 8,61%. El dato acumulado para la primera mitad del año marca que el IPC aumentó 4,71%.
La inflación se ha convertido en el centro de atención del gobierno ya que mantener los equilibrios inflacionarios es una "condición necesaria para mantener y profundizar los logros sociales" en materia de pobreza e indigencia, según enfatiza el gobirno en la exposición de motivos del proyecto de Rendición de Cuentas 2010.
Menores que crecen
La inflación en los hogares de menores ingresos fue de 0,52% en junio, según los datos del Instituto de Estadística de la Facultad de Ciencias Económicas, que detallan que el presupuesto que permitiría mantener el consumo de una canasta de bienes y servicios asciende a 27.674 pesos. En el acumulado de la primera mitad del año el incremento es de 4,81%, y en el año móvil cerrado a junio alcanza 9,02%. Se destacan por su mayor incidencia el encarecimiento de "Alimentos y bebidas", "Vivienda", "Muebles, accesorios y enseres", "Gastos médicos" y "Transporte y comunicaciones".
Allí se asegura que si el año pasado la inflación hubiese sido 10% mayor a la que se registró (6,9%), "algo más de 87.000 personas pasarían a estar en situación de pobreza".
Por ese motivo, el proyecto procura mantener la austeridad en el gasto para evitar sumar presiones a la inflación. "A la luz de los riesgos existentes a nivel internacional este proyecto de Rendición de Cuentas busca ser particularmente cuidadoso en el manejo del gasto público y en asegurar la consistencia entre las prioridades del plan de gobierno y los necesarios equilibrios macroeconómicos que dicho plan requiere para su implementación sostenible en el tiempo", detalla.
Además, se han aplicado diversos instrumentos para la contención de precios, tanto a nivel monetario (aumento de la tasa de interés de política monetaria y de los encajes bancarios con el propósito de contraer el crédito) como a nivel fiscal (principalmente, postergación de aumentos de tarifas). Pese a ello, se reconoce, este año habrá "un desvío significativo [en el rango objetivo] respecto a la proyección del presupuesto, de aproximadamente dos puntos porcentuales". El objetivo inflacionario oficial es 5% con un rango de tolerancia de entre 4% y 6%.
No me sorprende
La economista Tamara Shandy, de la consultora Deloitte, dijo a la diaria que el dato divulgado ayer estuvo “dentro de las expectativas”, por lo que no se trata de “un dato sorpresivo”. Explicó que las variaciones mensuales “tienen mucho de estacional”, por lo que la estabilidad registrada en los últimos tres meses “no necesariamente supone una moderación de la inflación” respecto de los primeros meses del año, en los que el mayor incremento de precios pudo deberse a ajustes que se dan habitualmente por esas fechas.
En ese sentido, advirtió que “las presiones inflacionarias siguen siendo importantes”, tanto en su componente externo como a raíz de la elevada demanda doméstica.
En cuanto a las medidas monetarias adoptadas para contener los aumentos de precios, subrayó que fueron adoptadas con “un rezago importante entre el punto en el que se toma la medida y en el que empiezan a tener efectos visibles”, por lo que aún es pronto para evaluar el último incremento de la tasa de interés, de 7,5% a 8%, realizado por el Banco Central del Uruguay (BCU) el 23 de junio. No obstante, opinó que la política monetaria “debería tornarse un poco más contractiva para contener las presiones a nivel interno”, por lo que estima necesario un nuevo aumento de la tasa, aunque reconoció que ello genera un impacto a la baja en el dólar. “Las presiones inflacionarias son más relevantes”, estimó.
En torno a las políticas fiscales, matizó que los ajustes de tarifas o la postergación de aumentos “son medidas que impactan en los números pero no combaten las presiones inflacionarias”. Enfatizó que el reconocimiento del gobierno sobre el incumplimiento de la meta inflacionaria durante este año implica la constatación de algo que marcaba la realidad. “Es muy improbable que la inflación esté dentro del rango”, evaluó.
Por último, subrayó la importancia de “tener una Rendición de Cuentas austera” para incidir sobre las expectativas del mercado, pero aclaró que éstas siguen siendo elevadas “incluso en un horizonte temporal de mediano plazo”.
La economista Alejandra Picco, del Instituto Cuesta Duarte, dijo a la diaria que más allá de la estabilidad de los últimos meses, resulta relevante apreciar que la inflación “sigue aumentando en términos anualizados” y que “la inflación subyacente [que excluye del análisis los productos volátiles y los precios administrados por el gobierno] está en un nivel cercano al 10%”. “Hay un esfuerzo a través de política monetaria [...] de contener los aumentos de precios, pero, de todas formas, la inflación subyacente se mantiene bastante por encima de la inflación [general], lo cual es bastante lógico porque no se han realizado aumentos de tarifas para descomprimir la situación”, comentó.
Al igual que su colega, observa “una conjunción de factores” externos e internos que se reflejan, en el primer caso, en las presiones al alza sobre los precios de los bienes transables (que se comercian con el exterior) y sobre los no transables, en el segundo.
Para Picco, las medidas oficiales buscan atacar la inflación y también las expectativas del mercado porque esto “también descomprime la situación”. Acerca de la tasa de interés, enfatizó que el impacto a la baja en los precios por ese canal “es débil” y “no tiene un impacto inmediato”. Finalmente, evaluó, “es correcto que [el gobierno] determine que la inflación es el principal problema en el corto plazo” de la economía local, aunque destacó la existencia de otros desafíos de relevancia como “lograr una mejor distribución del ingreso”.