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Hernán Casciari.

Foto: Danny Caminal, difusión

El sueño del pibe

9 minutos de lectura
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Hernán Casciari, director de la revista Orsai, visita Montevideo.

Hernán Casciari y Christian Basilis (Chiri) hacen revistas desde que eran niños e iban a la escuela en Mercedes, una ciudad de la provincia de Buenos Aires donde nacieron allá por los 70. Antes todo era mimeógrafo, papel de calco, fotocopias, pero en 2010 consiguieron el dinero para hacer la revista que soñaban, que ya va por su octavo número. Esta semana Casciari y Chiri visitan Uruguay para verse cara a cara con sus lectores, sin nadie en el medio.

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Editar

Orsai es el sueño del pibe: una revista de periodismo narrativo (con 120 páginas de papel satinado y a color) que no da pérdidas y es financiada únicamente por sus lectores. Su director, Hernán Casciari, nació en Mercedes (Argentina) hace 42 años. Es autor de siete libros, entre ellos una blognovela que terminó metida en los cachetes de Antonio Gasalla y saliendo de ellos como una explosión, como cuando tomás cocacola y te reís a la vez; la obra fue representada en teatros cientos de veces y se llamó "Más respeto que soy tu madre".

Dónde, cuándo

El viernes 24 a las 20.00 Casciari será el invitado de Efecto mariposa, el programa de Radio Uruguay, que será emitido en vivo desde la sala Zavala Muniz del Teatro Solís. Al día siguiente Casciari y Chiri tendrán un encuentro con los suscriptores de Orsai en café la diaria a las 19.00. “La idea es encontrarnos y charlar y dejar de ser virtuales por lo menos durante una tarde”, dice el escritor.

En 2010, Casciari renunció a su trabajo como columnista de El País de Madrid y de La Nación y decidió hacer la revista que quería con su amigo de la infancia, Chiri: Orsai. El 23 de setiembre de 2010 posteó en su blog la novedad. Los dos últimos puntos de aquella especie de decálogo de la revista imposible decían: “10. Si salvamos la inversión, somos felices. 11. Si no salvamos la inversión, nos chupa un huevo”. Contaban con 100.000 dólares -producto del éxito de "Más respeto que soy tu madre"-, un capital inicial que cuesta conseguir sin auspiciantes de por medio. Y arrancaron.

“La mayoría de las revistas culturales que nos gustaron no terminaron por voluntad del lector ni del editor, siempre fue porque se escapó la publicidad que le daba de comer. Yo no conozco una revista cuyo último editorial sea un ‘hasta siempre’ feliz. Las que mas amé tuvieron siempre ese último editorial espantoso diciendo ‘no podemos seguir’. Entonces pensamos: si en todos los casos la decisión última de no seguir apasionándote con tu proyecto la va a tener una empresa, tratemos de no llamar a empresas. Estamos súper contentos porque esto va a terminar cuando queramos nosotros o cuando quieran los lectores”, dice Casciari.

Chiri y él eran lectores de revistas desde chicos: “La que para mí fue la mejor revista de literatura que se hizo en Argentina, Puro cuento [1986-1992], terminó justamente con uno de estos editoriales espantosos. A los 15 empecé a recibirla en casa y durante diez años me formé como lector gracias a los consejos de los grandes autores que proponía Marcos Giardinelli. También leíamos Crisis, Marcha, La Maga, Cerdos & Peces, y todas nos formaron. Cada vez que pasaba por abajo de la puerta era una fiesta de verdad. A mí cuando pibes de 18 o 20 años me dicen que con Orsai les pasa algo parecido me pone muy orgulloso, muy contento de que puedan recibir un producto cultural de una manera tan apasionada”.

El DT

Entra todas las mañana al Skype desde su casa en Saint Celoin, España. El ícono al lado de su nombre parece un plato volador y es rojo. “Ocupado”, dice. A fines de 2011 la redacción de Orsai se mudó a Buenos Aires, pero Hernán es el único que continúa en Cataluña, junto a su esposa, Cristina (administradora de la revista), y su hija Nina.

“Tomé la decisión de quedarme porque tengo un proyecto de familia y con mi mujer decidimos que nuestra hija iba a hacer el jardín, el primario y el secundario con los mismos amigos, y que no íbamos a priorizar nuestras cuestiones sino las de ella, así que sé que hasta que ella tenga 18 voy a vivir en Cataluña. Fue muy complicado porque no solamente se fueron Chiri, que es el jefe de redacción, y María, su esposa, que es la diseñadora, también se fueron la correctora y su marido, se fue Comequechu [Alejandro Villalba], todos los que estábamos en el mismo pueblito se fueron para Buenos Aires y que tu casa deje de ser un club y vuelva a ser una casa silenciosa, donde nadie te abre la heladera, donde no se hacen asados, independientemente de lo laboral, me conmocionó un poco, por eso estoy yendo cuatro o cinco veces al año a Buenos Aires”, explica Casciari.

De todos modos, conversa a diario con Chiri, como si estuvieran en la misma oficina. Casciari cuenta que la etapa que más disfruta es la de pensar ideas y autores antes de la reunión con Chiri. También dice buscar la manera de que los siga divirtiendo tanto como hoy: “La semana que viene vamos a tener una reunión, no sobre el próximo número sino sobre el próximo año. Es lo mismo pero multiplicado, tenemos que pensar qué revista vamos a hacer, que probablemente no se va a parecer en nada a la de 2012, y tenemos muchas ideas, estamos muy ansiosos por encontrarnos y empezar a hablar de eso”.

Para 2013 se vendrían muchos cambios: “El año tres va a ser completamente distinto a los otros dos, vamos a ir por otro lado, no sabemos por dónde. Tenemos muchas ideas y tenemos que elegir la que más nos guste”.

Dream team

Orsai rompió una racha de mala suerte gracias a que puso en marcha la cabeza administrativa de la que carecen muchas revistas culturales. Creó un modelo propio que se basa en sus contenidos: los lectores sustentan la revista pagando una suscripción anual sin saber qué contenidos saldrán, simplemente confiando en su calidad. La revista sale cuando está garantizado que se autosustenta. Con el eslogan “Nadie en el medio” indican que no dependen de ningún anunciante ni cadena de distribución engorrosa.

Además, ambos editores se dan el gusto de tener a personas que siempre admiraron escribiendo y dibujando para ellos. Horacio Altuna, Alberto Montt, Hermenegildo Sabat, Ricardo Siri (Liniers), Miguel Rep, Juan Villoro, Leila Guerriero, Gabriela Wiener, Josefina Licitra, Keith Lee Morris e incluso ilustraciones de Luis Alberto Spinetta (para un cuento de Mario Bellatin), entre muchísimos más, han pasado por las páginas de Orsai. Aún quedan deseos por cumplir en este rubro: “El problema que tenemos es que somos muy quisquillosos con que los textos sean inéditos, y hay autores que nos han dicho que sí pero con cosas ya publicadas, como Paul Auster o Philip Roth; cosas muy altas, autores de esa calaña. Es complicado pedirles algo inédito a tipos de esos quilates”.

En el extremo opuesto estaría Abelardo Castillo: “Le tengo una admiración medio obsesiva y pensé que nunca iba a poder ni hablar con él, mucho menos que nos diera un cuento para la revista. Abelardo es uno de los que hizo la revista El Escarabajo de Oro [1959-1974], que nos recontra voló la cabeza cuando la leímos y después hizo lo que para mí son las mejores novelas de la literatura argentina contemporánea, y ni hablar de los cuentos. Fue todo muy milagroso, muy mágico. Fue a la única persona que traté de usted por mail en toda mi vida. Estuvo en Orsai con un cuento y después hablando de Malvinas y fue alucinante”, cuenta Casciari con orgullo.

Resultado del partido

España se cae a pedazos, pero la crisis no afectó a Casciari porque antes de que comenzara renunció a todos sus trabajos, columnas de opinión para diarios y radios, y guiones de televisión.

Durante 2011 vivieron de la revista todos los que trabajaron en Orsai, con excepción de Casciari, que fue el inversor. Este año, cuando llegaron a los 5.000 suscriptores, la revista comenzó a autofinanciarse. Él y Cristina todavía no cobran sueldo, pero ya no tienen que poner dinero. “Es importantísimo que esto haya ocurrido en tan poco tiempo, y posiblemente en el tercer año los dos tengamos un sueldo acorde. Lo que no planteamos nunca hacer es tener beneficios como empresa”, dice Casciari.

¡Gol!

En el número 8 metieron dos golazos. El primero, de media cancha: consiguieron que el Indio Solari les diera la última entrevista que daría en su vida.

El segundo, de sorpresa, como bobeando: les llegó un mail que decía “Ofrezco mi escritura, si la necesitan o simplemente les simpatiza”. Era de Enrique Symns, creador de la mítica Cerdos & Peces. Casciari y Chiri habían tratado de encontrarlo hasta el cansancio y nadie conocía su paradero. Desde Mar del Plata, Symns les mandó el relato “El rey de los helados”.

El primer gol tuvo muchísima repercusión. Luego de que apareció la nota Solari difundió que no se sentía representado con lo que se había publicado. Acto seguido, Orsai subió el audio original entero a su web.

“Es uno de los grandes debates del género entrevista. Ha pasado, pasa y pasará toda la vida: muy difícilmente un entrevistado se sienta reflejado en los ojos subjetivos de quien lo retrata. La diferencia es que el Indio da muy pocas entrevistas y un comunicado suyo tiene mucha más trascendencia que el de un diputado. Pero no tengo opiniones beligerantes al respecto, me parece súper natural que a algunas personas no les guste verse en los reflejos de los periodistas, me parece que el trabajo de Pablo [Perantuono] fue excelente y también entiendo perfectamente que al músico no le haya gustado”, comenta Casciari.

Estrategia

Que en los contratos editoriales los que salen menos beneficiados son los autores no es nada nuevo. Casciari lo tiene claro y es por esto que a mediados de setiembre aproximadamente ya estará en marcha la editorial Orsai. Debería sacudir a la industria de pies a cabeza, empezando porque 50% de la ganancia será para el escritor y la otra mitad se utilizará para costear los gastos.

El otro punto interesante es que los lectores serán los editores: Orsai quiere eliminar a los cazatalentos de las editoriales que eligen qué es lo que debe publicarse y mantener la idea de que no haya intermediarios en el proceso. Para esto, los lectores podrán votar si les interesa o no el libro en varias etapas: primero leerán una síntesis, luego las primeras 15 páginas y luego verán la portada. Si por lo menos 1.500 personas lo compran, el libro les llegará junto con la revista a un precio más bajo que el de las librerías. Si no se llega a la cifra, la plata es devuelta a los lectores.

“Estoy deseando volver a casa a sentarme a trabajar porque es un proyecto que tenemos muchas ganas de largar lo antes posible”, dice Casciari.

Equipo uruguayo

Casciari piensa que la comunidad Orsai trasciende la revista impresa. Luego de que se publica cada número, éste es subido a internet para que los lectores que no puedan acceder al papel la lean gratis en pdf: “Sería bastante injusto solamente contabilizar aquellos que se suscriben a una revista en papel. No sé cuántos lectores hay en Uruguay, pero sé que son muchos y muy fervorosos, y también sé que Uruguay, después de Argentina y España, de la revista en papel, es el tercer país donde tenemos más suscriptores”, explica el director.

Por problemas de distribución, las revistas 7 y 8 llegaron juntas a Uruguay a mediados de agosto. El primer año las revistas llegaban a Montevideo como al resto del mundo (por DHL), pero para 2012 cambió el método. Para Casciari, Uruguay tiene una restricción un poco extraña: no se puede enviar más de diez kilos a una misma dirección. Entonces, cuando empezaron a vender muchas revistas a Uruguay, el dueño de la librería El Narrador (Federico Arregui, también distribuidor de la revista en Uruguay) tenía que pedirles la dirección a 26 vecinos de alrededor de la manzana para que el camión del courier le dejara sus paquetes.

La distribución de 2012 fue toda una odisea: pasaban las revistas por la frontera en una camioneta. Con los dos primeros números no tuvieron problemas, pero para el tercero el auto fue reconocido en la aduana y no lo dejaron pasar. Seguidamente, alquilaron una camioneta y cambiaron el chofer.

Para los siguientes números se volverá a la distribución por DHL. “Pedir 26 o 40 direcciones es ridículo, y tiene que trabajar mucho más el distribuidor que nosotros, pero tampoco nos podemos arriesgar a seguir pasando clandestinos por la frontera porque no tiene sentido, nos parece surrealista que haya que pasar de Argentina a Uruguay cultura abajo de una manta en la parte trasera de un auto”, expresa Casciari.

Hincha yorugua

El tipo siente que es un uruguayo atrapado en el cuerpo de un argentino, sí. “Me pasó involuntariamente y es una cosa que mantengo dentro de mi yo poético, dentro de lo que yo hubiera querido ser. Si creyera en vidas anteriores una razón podría ser que haya encarnado en un uruguayo, me parece divertido pensarlo de esa manera. Es un imaginario muy infantil, pero me siento identificado con el paisaje cada vez que estoy ahí. Recorriendo Uruguay siento que hay partes de mí que se acomodan, como si encajara un rompecabezas en algún lado metafísico que me hace sentir bien, y eso me pasó cuando empecé a conocer el país físicamente, pero antes de eso había razones mucho más sensoriales”, confiesa Casciari.

Además, tiene pensado vivir en Uruguay desde que se enteró de que Chiri, su amigo y socio, va a comprarse una casa aquí: “Él ya sabe que quiere comprar una casa que tenga un terreno al lado que yo pueda comprar”, dice riéndose. Y termina: “Cuando Nina cumpla los 18 y haga de su vida lo que se le antoje yo quiero estar cerca de mis amigos y me gustaría mucho vivir en la casa de al lado de Chiri. Es un sueño que tenemos desde que somos chiquitos y Uruguay siempre fue nuestra zanahoria del burro, yo estoy convencido de que vamos a terminar todos ahí”.

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