Este evento que reunió a profesionales de Brasil, Argentina, Costa Rica, Panamá, México, Chile, Venezuela y Uruguay, se llevó a cabo del 29 de setiembre al 3 de octubre en la Facultad de Ciencias (FC) de la Universidad de la República (Udelar). Allí se intercambiaron experiencias educativas para contribuir en la formación de una educación coincidente con los desafíos del siglo XXI.
El doctor Juan Cristina, decano de la FC de la Udelar y presidente del Comité Nacional de la Relab dijo a la diaria que el debate educativo no sólo está instalado en Uruguay, sino que también existe en muchos países de la región, incluso en Estados Unidos, Canadá y en Europa.
“Una de las cosas que pudimos ver fue que los problemas -más allá de la variaciones en las formas educativas- son similares en los ocho países que participaron en el encuentro, y lo bueno es que aprendimos unos de otros”, concluyó Cristina. “Es fundamental entender que si América Latina no tiene una academia sólida, no puede desarrollar tecnología que genere innovación, que permita que nuestros ciclos económicos sigan adelante, porque hoy en día, sólo con tener materias primas no alcanza”, expresó. El decano dijo además que la temática principal fue la adaptación de la academia al mundo moderno. “Hay que ser conscientes de que la sociedad cambió y de que lo que no puede ser importante para nosotros sí lo es para las nuevas generaciones. Por eso, tratamos temas como las formas modernas de comunicación, los diálogos, el nuevo relacionamiento, el papel de las redes sociales, y ver cómo podemos utilizar todos estos cambios para enseñar, trabajando para lograr una mayor motivación en los estudiantes. Y ahí es que surge la pregunta: ¿somos capaces de generar instituciones en las que a nuestros muchachos les guste venir a aprender? Esto también forma parte del problema educativo”, reflexionó. Como punto de partida, Cristina propone trabajar en la apropiación social de la ciencia.
“Si nosotros no hacemos presente en nuestro pueblo, la ciencia nunca va a ser valorada ni obtendremos las vocaciones que necesitamos en ciencia y tecnología, y éste es un problema que también se comparte con muchos países”, puntualizó.
¿A dónde vas?
En el caso de la FC el decano explicó que la mayoría de los problemas que genera el abandono de los estudios se presentan en los dos primeros años de curso en la Udelar. “Ahí es donde se juega la mayor parte del partido, porque vemos que después de pasada esa ‘bisagra’, siempre terminan la carrera; demorarán un poco más o menos, pero la terminan. [...] También puedo decir que el ingreso y egreso en la Facultad ha mejorado mucho, como ha mejorado en toda la Udelar. Por ejemplo, ingresan a Ciencias cerca de 470 estudiantes por año, y firmamos aproximadamente 180 títulos anualmente, y eso no está tan mal. Pero claro, no estamos conformes ni mucho menos, sí existen problemas, y muchos”, concluyó.
Estos planteos no fueron solamente analizados en el simposio, sino también a nivel local, y para eso, hace unos meses, 70 profesores se reunieron en Piriápolis. “Estuvimos todo un fin de semana con todos mis compañeros docentes de los cursos de primer año de todas las licenciaturas de la Facultad para analizar el problema de los muchachos. Y es cierto que hay problemas principalmente en Matemática, sí; pero también los hay en Física, Química y Biología. Otro problema que existe, y que no podemos obviar, es el de la comprensión lectora; porque para trabajar en ciencia, el lenguaje es fundamental, porque importa cómo nos expresamos y cómo podemos transmitir nuestros conocimientos”, explicó. “¡Cuidado! Acá no se trata de la enseñanza en general, no podemos decir que la culpa es de secundaria, porque entonces, secundaria le tendría que echar la culpa a primaria, primaria al preescolar y el preescolar a los padres; y esto no es así. Cuando un alumno ingresa a facultad, pasa a ser nuestra responsabilidad, y nuestro deber es brindarle todo lo que esté a nuestro alcance para que termine su carrera”.
Actualmente en la FC se aplica un programa de enseñanza por internet, en el que se van introduciendo elementos de los cursos que el estudiante puede seguir semana a semana. La plataforma educativa se llama ProEVA (Programas de Entornos Virtuales de Aprendizaje). Respecto de esto, el decano dijo que se ha comprobado que ayuda mucho, en tanto se aprovecha mejor el tránsito por los cursos básicos.
El tiempo es hoy
En cuanto a las conclusiones obtenidas entre los países integrantes de Relab, se destacó el acuerdo en que no existe una única estrategia para solucionar el problema, entendiendo que se deben tomar iniciativas que, a su vez, se vayan acumulando para mejorar la enseñanza y aumentar la capacidad de aprendizaje de los alumnos. “Algo que es fundamental también para comenzar a aplicar es incentivar y fortalecer el trabajo en grupo, el sentido de pertenencia. Creo que lo grupal hace mucho al trabajo entre colegas.
Además el trabajo en ciencias necesariamente debe ser cooperativo; a veces las nuevas tecnologías nos aíslan un poco, pero existe una riqueza que se adquiere cuando uno es capaz de explicarle a otro un problema o una investigación. Esto aumenta la capacidad de aprendizaje y se refuerza el grupo”.
Otro aspecto que se resaltó fue la importancia de volver a fomentar que niños y adolescentes hagan experimentos, porque la vocación científica y la apropiación de la ciencia no se construyen solamente con clases teóricas. “Lo que se manejó también como una conclusión es que somos nosotros como instituciones educativas los que debemos cambiar para adaptarnos a la sociedad del siglo XXI”.