La agenda de negociaciones debía conformar un documento que se presentaría en la conferencia ministerial de la OMC que tendrá lugar del 3 al 6 de diciembre en Bali (Indonesia). Pero en este contexto sólo resta esperar que exista voluntad política de los gobiernos para sacar adelante el acuerdo sobre facilitación del comercio, estimó el director de la OMC.
El diplomático uruguayo Julio Lacarte Muró, reconocido como uno de los creadores de la OMC, dijo a la diaria que luego de 12 años de negociaciones en la Ronda de Doha “se refleja que no hubo voluntad de cerrar acuerdos”. Los países desarrollados, que “han tenido una crisis muy fuerte”, sobre todo Estados Unidos y la Unión Europea (UE), “no están dispuestos a abrir los mercados, lo cual es una reacción lógica”, aseguró.
Por otra parte, los países en desarrollo “han avanzado sin demasiado sacrificio”, con un “mercado estable” e incluso con suba de precios en las materias primas agropecuarias, por tanto, “ni unos ni otros están dispuestos” a negociar, describió el ex representante de Uruguay ante la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Con la Ronda de Doha, inaugurada en 2001, se recuperó la idea de que el comercio debía ser una palanca del desarrollo económico, comentó a la diaria Marcel Vaillant, profesor de Comercio Internacional del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (Udelar). “Nombrar la palabra ‘desarrollo’ en la OMC es revolucionario, ya que es un ambiente muy mercantil”, explicó el docente.
Si bien en la última década no se avanzó en las negociaciones, existe otro escenario, sobre todo para los países en desarrollo que se unieron en el Grupo de los 20, en el que participa Uruguay, “con intereses heterogéneos”. “No nos une el amor sino el espanto”, graficó Vaillant.
Light o concreta
La iniciativa del director de la OMC fue “reducir la agenda” de negociaciones. Según Vaillant, el brasileño trató de “negociar en paquete” y “avanzar de a poco, y dados los fracasos anteriores, se fragmentaron los temas para resolverlos uno a uno”. Esos temas sustanciales de la agenda de Bali fueron tres según el docente: disciplinar las ayudas en la agricultura, la facilitación del comercio y las ayudas al desarrollo. Fue en los dos primeros, no obstante, en los que se centró la discusión.
En la reducción de los subsidios a la agricultura, China e India “sacaron los pies del plato”, ilustró Vaillant. China manifestó reparos en los contingentes arancelarios, mientras que India hizo lo propio con las medidas de ayuda interna. Los indios aducen que por razones de seguridad alimentaria compran a precios de mercado externo, generalmente más elevados, y que luego trasladan los productos rebajados al mercado interno, lo que es “un terrible subsidio a la producción” pero, a su vez, un punto “complejo”, justificó el docente.
Por otra parte, en el capítulo sobre agricultura se discute la “administración de las restricciones cuantitativas”, lo que está vinculado a las cuotas o paquetes que los países y bloques negocian, explicó Vaillant. “Eso no es sencillo y da para mucha discrecionalidad”, dijo. Por tanto, “es sano disciplinar y poner reglas”, opinó. La facilitación del comercio que apunta a tomar medidas aduaneras, propuesta realizada por los países industrializados, es más problemático para los países en desarrollo, que tienen instituciones más vulnerables, comentó el entrevistado.
Isidoro Hodara, catedrático de Comercio Internacional de la Facultad de Administración y Ciencias de la Universidad ORT, dijo a la diaria que la agenda debatida actualmente en la OMC es de “facilitación del comercio”, ya que “no se discuten medidas proteccionistas de fondo”. Es más bien “light”, sentenció. Hodara opinó que medidas como los subsidios “no se pueden cambiar en una mesa chica, sino que se cambian por fichas más grandes”.
En este sentido, las declaraciones de Azevêdo sobre el reciente fracaso de las negociaciones no son definitivas e incluso pueden ser parte de una estrategia, consideró el especialista. Según Hodara, los gobiernos no se expresan hasta no leer “la letra chica” de los documentos. Además, según fuentes del catedrático, un gran número de funcionarios y expertos suspedieron su labor diaria para preparar la reunión de Bali. Hodara dijo que si bien “no tiene por qué llegar a dar frutos, ésta sería la primera vez” que se cuenta con tal disposición.
Outsider
La firma de acuerdos bilaterales entre países y bloques sobrevuela las negociaciones. Lacarte Muró advirtió de los posibles efectos de un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos y la UE -que es un tercio del comercio mundial-, de Estados Unidos con algunos países de Asia, y de China con otro grupo de países. Pueden ser “poderosísimos”, afirmó. El Mercosur actualmente no interviene en los grupos de países que negocian, lo que el experto consideró “negativo”.
Hodara valoró que, al contrario de lo que parece, los acuerdos bilaterales pueden dar “un impulso” a las negociaciones en la OMC. Para Hodara, la concreción de un acuerdo “transpacífico”, en el que intervienen muchos países como los de la UE y que además deberá ser ratificado por el Congreso de Estados Unidos, es “muy difícil”. En la UE, sostuvo el catedrático, existe cada vez más oposición norte-sur y oeste-este, por lo que “cada vez cuesta más tomar decisiones colectivas”, estimó.
Por otra parte, en referencia al Mercosur y, en particular, a Uruguay, si estos acuerdos se concretan “nos van a dejar muy mal parados”, ya que “casi todo el mundo va a tener preferencia para los mercados, y nosotros no”, alertó.