Ingresá

Y me fui, me fui de casa

5 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Juventudes políticas debatieron sobre “Emancipación: trabajo y vivienda” de cara a una conferencia nacional en octubre.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Desde el ático del Balmoral, en el piso 12 del hotel, en el cielo de la plaza Cagancha, el monumento a la libertad es un pinchapapeles. Una marcha ecuestre por 18 de Julio se ve como hubieran sido las miniaturas de gauchos y demás vernáculos que no tuvimos en la infancia, inundados por las más corrientes tropas de soldaditos, caravanas con vaqueros y andanadas de sioux. En el ático del Balmoral se reunió el viernes una treintena de jóvenes que no superaban los 30, que en cuadrillas de siete u ocho representaron a cada uno de los cuatro partidos con escaños legislativos; hablaban de cuestiones propias de la edad, un poco tratando de hacer diagnósticos y otro poco intentando delinear las políticas de juventud para los próximos dos quinquenios.

No hizo falta más que unos gramos de violencia simbólica para georreferenciar, en cada mesa, dónde estaban y dónde no estaban los de cada partido. Un termo Stanley, un chaleco polar sobre una camisa a cuadros y un cuello que asomaba por encima de un buzo de hilo con un animalito a la altura del corazón hizo suponer cuáles eran las tiendas blancas; y eran nomás. Un poco más complejo fue discriminar colorados de independientes. Complicó bastante el hecho de que, al comienzo, hubiese sólo colorados de Propuesta Batllista (Proba) y no de Vamos Uruguay (VU). Pero igual, afinando la puntería, se acertó. La de frenteamplistas era la mesa vacía, pues, casi por unanimidad, llegaron tarde.

Para la actividad se mezclaron y convivieron los trajes de oficina de unos con coloridos atuendos andinos de otros. Charlaron largo y tendido sobre “Emancipación: trabajo, vivienda y nuevos arreglos familiares”, según el título propuesto, aunque parecieron concentrarse especialmente en los dos ítems iniciales. La convocatoria del Instituto Nacional de la Juventud (Inju) para debatir allí en lo alto está enmarcada en la elaboración de un consensuado Plan de Acción de Juventudes para 2015-2025. Del debate, en diferentes instancias y con distintas temáticas, como educación y salud, también participan organizaciones juveniles y ONG que trabajan con esta población. El director del Inju, Matías Rodríguez, explicó a la diaria que se prevé una síntesis en una “Conferencia Nacional de Juventud” que, de acuerdo a lo programado, se desarrollará en octubre. El plan definitivo se hará público en marzo de 2014.

Lugares comunes

“El trabajo posibilita la vivienda, pero después que se tiene el trabajo hay que ver si se puede llegar a la vivienda”, reflexionó el dirigente nacionalista Pablo Pérez, de Alianza Nacional, cuando abrió el juego para hablar de la emancipación: la salida de los jóvenes del hogar paterno. Pérez, que entiende que “el trabajo para el joven es el mejor de los vicios”, ya que “le abre la mente”, indicó que en la última década han existido programas “para facilitar el acceso” a la vivienda, pero sin resultados tangibles, dijo. “Durante este último gobierno se ha aprobado mucho, parece que se va a hacer bastante, pero falta ver aún a los jóvenes con las llaves [de su casa] en las manos”, además de que no se dispone de “cifras concretas”, según enfatizó. “Se sigue hablando siempre en el aire, pero no hay números reales. Siempre es sobre la base de lo que dice el PIT-CNT o lo que dice el INE [Instituto Nacional de Estadística], pero nunca sobre una base firme” de datos, comentó.

Pérez hizo un paréntesis para referirse al medio rural y se manifestó “preocupado” por el escenario que se da cuando algunas familias “no tienen más remedio” que dejar que sus hijos “salgan a trabajar, a veces desde muy jóvenes”. Como son menores de edad, el empleador “termina siendo pasible de sanción”, por lo que es necesario intentar “regular esta situación”. “Bien podrían estar regulados y con mejores beneficios; teniendo todo en regla, con los gurises ayudando y con cobertura de salud”, dijo, enfatizando que la aspiración la planteaba con el interés de verlos trabajando “en regla para ayudar a sus familias”, pero “sin dejar de estar insertos en el sistema educativo”.

Carlos Gioda, del Partido Independiente (PI), describió el proceso que atraviesan los jóvenes mediante “un esquema mental” que consta de “cuatro pilares”. Gioda, como la mayoría de los participantes, enfocó su visión desde la perspectiva de quienes alcanzan estudios universitarios. Los cuatro puntos, dijo, serían “primero la finalización de los estudios”, después el “ingreso al mercado laboral”, para en tercer lugar “conformar una familia y acceder a una vivienda”, y finalmente “reproducirse”.

Para el joven del PI, “la finalización de los estudios” es la llave “para conseguir un trabajo digno”. Lo curricular es lo que “nos dará las herramientas para el segundo punto”, y el segundo, las condiciones para el tercero. En ese contexto reclamó que se intensifiquen “políticas para apuntar a la finalización de los estudios”, y, por otro lado, “reducir el alto porcentaje de jóvenes en el mercado informal”, pues “sin un trabajo formal es casi imposible acceder a una vivienda”. Éste, apuntó Gioda,“es un problema de la región”. Acerca de los cuatro puntos del esquema mental, aclaró que éstos “no tienen orden” y que incluso suele ocurrir que “según las clases sociales” se “cumplen” de diferentes maneras.

Ignacio Álvarez, de Proba, fue el vocero del Partido Colorado. También habló de niveles educativos. “Los jóvenes enfrentamos una crisis, una bisagra, en ese paso universitario educativo hacia la introducción en el sistema laboral”, en un contexto en el que “el acceso a la independencia, a la vivienda, a un empleo que permita prosperar y tener un sustento autónomo, es extremadamente complicado”, siendo un asunto que “se segmenta según las generaciones, y en términos de política real no es incluido en las macropolíticas globales”. Ya en secundaria, cuando “el sistema educativo es una reproducción de la incertidumbre”, los jóvenes “deben enfrentar una crisis entre sus expectativas y lo que marca la realidad”, opinó. El del acceso a la vivienda es “uno de los principales problemas”, ya que su solución o no depende actualmente “de las posibilidades de las familias”. Álvarez explicó que desde Proba se entiende que “si bien existe un avance en un montón de programas en el Mides [Ministerio de Desarrollo Social] y en otros ministerios”, dichos programas “no están congeniados respecto de la formación que tienen las personas”.

Más casas, pero…

La posición que más reclamó por vivienda fue la del Frente Amplio, cuyo vocero inicial para el debate fue Pedro Maldini, de Asamblea Uruguay; al momento de ver las causas apuntó más al sistema que a las políticas públicas. “La vivienda es un derecho constitucional. Es un problema del país y un problema de Estado, no sólo del joven de 19 años que no consigue trabajo y no puede vivir solo. Según el último censo, Uruguay tiene muchas más viviendas que en el pasado, y una cantidad de población similar. Es decir que somos los mismos, hay más casas, pero igual así tenemos problemas de vivienda”. En parte “disminuyó la cantidad de habitantes por vivienda”, pero principalmente ocurre que “en Uruguay hay gente que está violando los derechos constitucionales, acaparando un recurso finito y estratégico. Los derechos constitucionales no pueden estar, de ninguna forma, regidos por leyes del mercado”, señaló.

Maldini, que definió la emancipación como “parte del ciclo de vida que trasciende a tener un trabajo estable, y de una vivienda fuera del núcleo familiar”, subrayó que “proponer cualquier política de emancipación debe apuntar, básicamente, a demoler prejuicios hacia la juventud. Se puede tener diez años menos, pero las mismas habilidades”, señaló, en referencia a las posibilidades de acceso al mercado laboral, y destacó en ese marco los programas de gobierno que subsidian al empleador parte del sueldo cuando toma a un recién egresado de carreras técnicas, de forma que la falta de experiencia no sea una traba para el acceso. “Uno en su trabajo se va a desempeñar a partir de las habilidades y conocimientos y no por la fecha de nacimiento”, añadió, y afirmó que el desempleo en los jóvenes duplica la media nacional. “Las políticas deben apuntar a demoler prejuicios hacia la juventud”, insistió.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura