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José Mujica, Ricardo Ehrlich y Tabaré Aguerre, ayer, durante el cierre del seminario "Tierra y producción a 200 años del Reglamento Agrario Artiguista" en el pueblo Gregorio Aznárez (Maldonado). /Foto: Sandro Pereyra

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Mujica reivindicó producción familiar lechera y dijo que la industrialización no es “llenar el país de chimeneas”

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El presidente José Mujica y los titulares de los ministerios de Educación y Cultura (MEC), Ricardo Ehrlich, y de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Tabaré Aguerre, cerraron ayer, en el Parque Artigas de Gregorio Aznárez, el seminario “Tierra y producción a 200 años del Reglamento Agrario Artiguista” y el Campamento Artiguista, en el que participaron estudiantes de varias escuelas técnicas de Rocha, Lavalleja y Maldonado. Ambas actividades fueron organizadas por la Comisión del Bicentenario.

La actividad comenzó de mañana con palabras de Ehrlich, la intendenta de Maldonado, Susana Hernández, y el alcalde de Solís Grande, Hernán Ciganda. Ehrlich explicó que la elección de ese pueblo tuvo que ver con la instalación en el lugar de un proyecto productivo del Instituto Nacional de Colonización (INC) en unas 4.000 hectáreas obtenidas luego de un largo litigio judicial que se inició durante el primer gobierno del Frente Amplio (FA) y culminó a favor del Estado, a fines de 2012. El ministro dijo que la compra de tierras permitió el desarrollo de una UTU, un Centro MEC y un CAIF. Luego hablaron el prorrector de Extensión y Actividades en el Medio de la Universidad de la República (Udelar), Humberto Tommasino, y la historiadora Ana Frega, para referirse al Reglamento Agrario Artiguista de setiembre de 1815, que cumplirá 200 años y que Frega calificó como “una verdadera pedagogía de la revolución”.

Posteriormente, el sociólogo Diego Piñeiro expuso sobre los cambios recientes en la estructura agraria de Uruguay y señaló que históricamente “la distribución de la tierra ha sido muy desigual”. Afirmó que en 1961 había 86.000 establecimientos rurales y en la actualidad hay 47.000, y si bien los establecimientos familiares son 82% y los empresariales 18%, los primeros ocupan 24% de la tierra y los otros 76%. El especialista destacó que el precio de la tierra se multiplicó por seis en los últimos años y que según el Censo Agropecuario de 2011 desaparecieron 12.000 productores familiares, la mayoría de los cuales “tenían predios de menos de 100 hectáreas”. Piñeiro señaló que en todo el mundo hay “un proceso de acaparamiento de la tierra” por parte de grandes empresas y Estados para producir “fibras y alimentos”, y que Uruguay no escapa a ese fenómeno. “La distribución de la tierra y las formas de tenencia son una construcción social, por lo tanto es posible incidir con políticas públicas que apoyen a la producción familiar, protegiendo la soberanía alimentaria y con políticas que limiten la propiedad de las empresas extranjeras y la concentración de la tierra”, concluyó.

En la tarde expusieron el dirigente del Sindicato de Peones de Estancia (Sipes) César Rodríguez, el presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche, Eduardo Viera, y el integrante de la Mesa de Desarrollo Rural de la zona Leonardo Machado. Rodríguez dijo que hay que pensar en “cómo generar oportunidades de trabajo para la mujer rural y para los jóvenes del campo” y en cómo “agregar valor” a las cadenas productivas existentes en el país.

En el panel final participaron Aguerre, el presidente del Movimiento pro Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural, Ariel Díaz, y la presidenta del INC, Jacqueline Gómez. La jerarca dijo que la “población objetivo” del INC son los “productores familiares y los asalariados rurales”, y que entiende que “la tierra es un bien social y debe mantenerse en manos del Estado”. “Ésa es la única garantía de tener una política de distribución de tierras a largo plazo”, afirmó. Gómez agregó que hay que distribuir tierras con “una perspectiva de desarrollo rural” y que eso requiere “la articulación de todas las instituciones” del Estado y de “las organizaciones sociales del territorio”.

Por su parte, Aguerre dijo que 62% de los productores agropecuarios son “familiares” y que son “mucho más que los 5.000 colonos” que atiende el INC, y afirmó que la clave del desarrollo económico está en “hacer el esfuerzo por conseguir la mayor eficiencia” en la productividad para que la inversión del organismo “tenga retorno social”.

Los participantes del seminario terminaron reuniéndose en el Parque Artigas con los estudiantes de UTU que acamparon en el lugar. Allí Mujica, tras recibir de regalo un dibujo a lápiz hecho por una estudiante de UTU de Maldonado, dijo que se encontraba en “campos que otrora fueron de una de las familias más poderosas del país”, en referencia a los Aznárez.

El presidente afirmó que pese a la creación del INC, la falta de recursos del organismo representó “un fracaso formidable del país, porque “si esa ley se hubiera llevado a fondo”, Uruguay sería “un país de sólida clase media rural” como Nueva Zelanda. Agregó que eso causó que la gente “disparara de la campaña”, porque “la ganadería extensiva no tenía necesidad de mucha gente”. “Somos un país que históricamente se formó transformando el pasto y vendiendo el producto de esa transformación en el mundo. Pero vivimos en una sociedad tremendamente urbana y divorciados del fenómeno agropecuario. Nos parece que lo agropecuario son unos señores que atan los perros con chorizos, pero esos señores no viven en la campaña”, agregó.

Mujica afirmó que la apuesta a instalar una colonia de tamberos en Gregorio Aznárez se debe a que la producción familiar lechera “es sostenible”. “No queremos hacer del campo una fábrica de pobres, en nombre de una supuesta justicia social. Eso es esclavizar. En el campo tenemos que pelear por que a los peones se les pague bien y cada vez mejor”, agregó. “Éste no es un país de campesinos. La palabra ‘campesino’ no pega en el interior, la utilizan los intelectuales de izquierda que se quieren hacer camperos”, dijo. Para el presidente, los hombres de campo “no son mejores ni peores, son distintos, y los tenemos que empezar a cuidar en este mundo tremendamente urbanizado”.

Mujica dijo que es “una fantasía” creer que “la industrialización es llenar el país de chimeneas”, y que hay que “producir más en menos tiempo”. “En Nueva Zelanda se produce por cada hora de trabajo el doble de lo que producimos nosotros; eso es porque se cultiva la cultura y la inteligencia en la juventud”, agregó.

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