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Festejo de las Redes Frenteamplistas, ayer, en el Parque Rodó. Foto: Nicolás Celaya

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A una semana del balotaje, Redes Frenteamplistas organizaron actividad en la Playa Ramírez.

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A medida que se iba bajando por cualquiera de las calles que 
desembocan en la playa Ramírez, se notaba que aumentaba la presencia del rojo, el azul y el blanco. Camisetas, gorros, banderas en los hombros, en los cochecitos de bebé, en la cabeza y ondeando, guiadas por el asta.

La música de fondo era una mezcla del clásico “No pares, sigue, sigue” con el tronar de tambores de una comparsa que ensayaba justo a la hora en que las Redes Frenteamplistas convocaban al festejo de sus “15 primaveras”. Frente a la ex Plaza Mateo, los militantes habían decorado con globos y banderines tricolores de manera de delimitar “la pista” donde bailaban, entre otros, la ministra de Turismo, Liliam Kechichián, y el diputado comunista Federico Graña.

“Ésta es la tuya, Flaco”, le avisó una mujer a Ernesto Agazzi cuando empezaron los primeros acordes de “La pollera amarilla”. Mientras el senador emepepista subía a “la tarima” junto a la diputada de su mismo partido Ivonne Passada y la presidenta del Frente Amplio, Mónica Xavier, la senadora Lucía Topolansky se sacaba fotos con “los invitados”. Sonaba ahora “Un movimiento sensual”.

En la mesa de las tortas, que además de los postres sostenía una estructura con 15 velas, estaba el ministro de Economía, Mario Bergara, bailando en una tarima improvisada de cara a la playa, donde más de 100 personas lo festejaban. También bailaba el diputado por el Frente Liber Seregni Alfredo Asti pero en un perfil más discreto, debajo de la tarima.

Una pantalla gigante reproducía fotos que se sacaban “los invitados” en el momento, bailando o junto a una gigantografía en la que colocaban su cara en el cuerpo de la “quinceañera” que posaba junto a un Tabaré Vazquez vestido con la banda presidencial. Tampoco faltaba el cotillón ni los souvenirs -pegotines y banderas- y, a medida que “los invitados” se iban cansando, pasaban a la playa, donde algunos descalzos seguían bailando y otros se tiraban en la arena a disfrutar de los veintipico de grados que ofrecía la noche de cielo despejado.

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