El 2 de noviembre fue el último día que se vio con vida a una adolescente de 15 años que vivía en Maldonado. Una semana después se halló su cuerpo, sin vida; pese a la proximidad del lugar donde vivía, fue hallado por casualidad. El brutal estado en que se encontraron sus restos motivaron los titulares y las noticias que abundaron en detalles sobre los métodos empleados, interpretaciones y presunciones, y “elementos laterales que hacen a lo anecdótico y no hacen a la noticia en sí”, explicaron ayer a la diaria Helena Suárez y Mariana González Pírez, integrantes de la red Feministas en Alerta y en las Calles.
El fin de semana se llevó a cabo el Primer Encuentro de Feminismo en Uruguay (ver “Mujeres en movimiento”). Las participantes quedaron conectadas mediante las redes sociales, y la indignación de los días siguientes las motivó a convocar a una movilización, ayer a las 18.30 frente a la Torre Ejecutiva, “para pedir justicia y una vida libre de violencia”. Fueron vestidas de violeta, la mayoría eran mujeres jóvenes, aunque también había varones, personas mayores, de mediana edad y niños. La convocatoria pedía llevar objetos para hacer ruido y gargantas para gritar. Sonaron bombos, cornetas, megáfonos, un güiro, y no faltó la olla con la cuchara de madera. Gritaron, cantaron, aplaudieron. “Si tocan a una, nos tocan a todas” fue la frase convocante y parte de la intervención, en la que todos los manifestantes se tiraron al piso hasta que gritaron el nombre de la chica y dijeron “presente” por ella. “Vamos a estar en la calle, a las 18.30 del día siguiente al que anuncien un nuevo feminicidio o una nueva vejación a los derechos de las mujeres”, prometieron.
No fue casual el lugar elegido para la movilización. “Estamos en año electoral y ninguno de los candidatos mencionó el combate a la violencia de género como una prioridad”, dijeron Suárez y González. La proclama recordó que, a diferencia de lo que ocurre con el tema de la seguridad ciudadana, el problema de la violencia basada en género “sigue ausente en la campaña política”. Citaron un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe que informa que entre octubre de 2013 y noviembre de 2014 fueron asesinadas 27 mujeres en Uruguay y 45% de las mujeres dijo haber sufrido algún tipo de violencia de género en su vida en pareja.
Responsabilidad periodística
“La violencia en los medios también mata”, decía un cartel. “Lo importante no es empezar a contar cuestiones que tienen que ver con qué es lo que ven los vecinos sobre la vida privada de la joven. Lo importante es la situación en sí”, opinó González. Suárez dio algunas claves: “Mostrar el contexto, no el hecho como una locura que surgió en el momento, sino como parte del sistema de violencia machista en el que vivimos todas las mujeres uruguayas”. Sostuvo que un abordaje responsable del caso “indagaría por qué la sociedad permite ese tipo de violencia, hablaría con expertos en el tema, no buscaría el relato emotivo de familiares desgarrados por el hecho, y ofrecería herramientas” para identificar que se está ante una situación similar.
Las integrantes de la banda argentina Kumbia Queers, que estaban en Montevideo, se unieron a la movilización. En diálogo con la diaria dieron cuenta del mal tratamiento mediático en su país, pero valoraron que “la gente está saliendo a la calle” a reclamar por estos temas.
En la proclama el grupo evocó el Código de Ética Periodística y denunció el incumplimiento que se hizo de muchos de sus artículos. Lo mismo observó la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU), que ayer se pronunció respecto de la cobertura mediática del caso. APU señaló que algunas coberturas no protegieron la identidad de la víctima y de su familia, y que no ahorraron “detalles escabrosos sobre cómo y con qué se dio muerte a la joven, así como el efecto del paso de los días en su cuerpo”. Por otra parte, manifestó rechazo por la enumeración de “presuntos comportamientos de la adolescente, planteando una forma de ‘justificación’ o ‘explicación’ de la violencia hacia ella”. APU recordó “el rol social fundamental que cumplen los medios de comunicación”. Lo mismo se hizo ayer en la calle, con otras palabras.