Ayer se cumplió un año de la muerte del joven Sergio Lemos en Santa Catalina, y sus familiares y algunas organizaciones barriales convocaron a los vecinos a colgar algo negro en las ventanas de las casas del barrio en señal de luto, y a marchar para reclamar justicia. Más allá de que el policía que asesinó al joven fue procesado con prisión, la familia se queja de que haya sido procesado únicamente por un “homicidio simple” y piden que permanezca en prisión por varios años. Además, reclaman que también sean procesados los oficiales “cómplices”, porque según indicó el padre del joven, “hay pruebas de sobra” para deducir que no se trató de una situación casual.
Hugo Lemos recordó a la diaria que cuando hace un año se apersonó en la escena del crimen de su hijo, los policías que estaban en el lugar le dijeron que el joven “se había caído de la moto”, y también aseguró que quien le disparó conocía a su hijo. Sergio Lemos fue muerto por nueve balazos cuando viajaba en su moto mientras los policías perseguían a varias personas que habían rapiñado un comercio cercano. En un comunicado emitido por su familia se condena no sólo que hayan “baleado con nueve tiros por la espalda a un gurí” sino también que “lo dejaron morir negándole asistencia”.
En el comunicado también se habla de amenazas y burlas a los testigos del hecho y familiares durante la investigación judicial. Lemos recordó especialmente un día en el que con su familia concurrió al juzgado para reclamar novedades y los expulsaron del edificio alegando que uno de ellos estaba armado y que iba a disparar contra un oficial. La familia también reclama por la ropa del joven, que al día de hoy no les ha sido entregada. Lemos se quejó de que desde hace meses no tienen novedades del caso y aclaró que el hecho de que se haya resarcido económicamente a su familia por los daños generados no implica que con ese dinero “los vayan a comprar”.