Gabriel Oddone, socio de la consultora CPA Ferrere, disertó ayer para empresarios del sector inmobiliario, para quienes no tuvo buenas noticias. Los uruguayos tienen ingresos en dólares demasiado altos y se van a ajustar a la baja, lo que determinará que no se concreten compraventas a los elevados precios que tienen las viviendas, afirmó.
Para Oddone, aunque la economía global dejó atrás el peor momento de los últimos 50 años, lo que veremos es un dólar más fuerte y una “normalización” de la liquidez, lo que quiere decir que llegarán menos capitales. Mirando a los empresarios reunidos en una sala del hotel Radisson fue claro: es el fin del crecimiento extraordinario de los negocios.
El experto visualiza una recuperación más rápida en Estados Unidos que en Europa. Eso tiene una explicación de economía política: en Europa predominan los lineamientos de economistas conservadores que prefirieron aplazar medidas de reactivación con estímulos monetarios. Según Oddone, en Estados Unidos se inyectó liquidez mediante la compra de bonos y ahora se decidió cortar el flujo de dinero, lo que determinará un dólar más fuerte en el mundo.
El economista dijo que con un dólar más fuerte, los precios de los commodities ya no tendrán la red que los sostenía y de ahora en más su fluctuación dependerá de la relación entre oferta y demanda. Los commodities agrícolas, por ejemplo, tienen precios 30% más bajos que en enero de 2011, y sólo se salva, al menos por ahora, el precio de la carne.
En relación a la región, Oddone no pudo ofrecer buenas noticias. Para Brasil prevé una caída del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, lo que descarta que el vecino del norte sea la máquina de arrastre de nuestra economía. Mirando el lado bueno, dijo que al estar preocupados por la inflación, subieron las tasas de interés, y eso fortalecerá el real, lo que mejora las perspectivas de la capacidad de Uruguay de competir. “De Argentina podríamos hablar horas”, señaló Oddone, y resaltó la continuidad de la recesión -hay datos privados que estiman que el PIB de Argentina está cayendo 4,2% en términos interanuales-. Sembró dudas sobre el destino de una economía cuyo monto de reservas efectivamente disponibles es el mismo que el de Uruguay, que tiene un PIB diez veces más bajo.
Sobre Uruguay, Oddone admitió la posibilidad de que el gobierno tenga razón y esté operándose un cambio estructural en la economía. “Todos los analistas estamos sorprendidos, creíamos que íbamos a estar peor”, indicó, y recordó que van cinco años de crecimiento por encima de la región, lo cual lo lleva a concluir que Uruguay está “desacoplado” de lo que sucede en Argentina y Brasil. Sin embargo, cree que, sin dramatismo, el próximo gobierno debe encarar tres desafíos. En primer lugar, lograr un abaratamiento en dólares de la producción para evitar un “ajuste agudo” como el de 1981 o 1995. En segundo lugar, por más que los datos recientes de la inflación son positivos, es necesario que ésta baje aun más, aunque no mencionó qué instrumento sería el mejor para lograrlo. En tercer lugar, estimó necesario mejorar el resultado fiscal primario -sin considerar el pago de intereses-, aunque aclaró que no hay apremio en hacerlo.