Ingresá

Consuelo de muchos

4 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Mesura y tibia conformidad en el PN por votación en el balotaje.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Teniendo en cuenta que las predicciones de muchas encuestas indicaban que la fórmula del Partido Nacional (PN) no llegaría a 40% de votos, el resultado de ayer no cayó tan mal en filas nacionalistas. Era como jugar un partido de visitante contra Real Madrid y esperar irse con la canasta llena, por lo que, cuando los canales anunciaron que la votación nacionalista rondaba entre 41% y 42%, los dirigentes nacionalistas respiraron aliviados.

“Un 42% está perfecto”, dijo uno de los asesores del candidato Luis Lacalle Pou a otro militante. “Decían que iba a llegar a 60%, que nos iban a pasar por arriba, pero no fue así”, remarcó.

Hasta tal punto se esperaba una paliza, que a diferencia de lo que ocurrió en octubre, no se había colocado ningún espacio para recibir a la militancia, ni mucho menos un estrado. Apenas un tímido vallado marcaba una zona de exclusión en la entrada del hotel NH, pero se había desparramado en el suelo por el viento. Lo único programado era una conferencia de prensa en la que Lacalle Pou oficializaría su derrota minutos más tarde.

En cada frase de su discurso al llegar al hotel, Lacalle Pou dejaba en claro que sabía que no iba a ser presidente: reivindicó la actitud “de estar donde nos toque” en el futuro, el hecho de que le gustaría que el país eligiera el Parlamento prescindiendo de las listas en formato sábana, su negativa a presidir el directorio del PN y el compromiso que mantuvo, junto con su compañero de fórmula, Jorge Larrañaga, de trabajar por una victoria nacionalista en las elecciones departamentales de 2015. “Quién te dice que hoy pegamos la sorpresa y me tengo que dedicar a formar gobierno”, declaró, explicitando su situación.

En plena espera de los resultados hubo una fugaz aparición del ex presidente y senador Luis Alberto Lacalle, que dijo que la fórmula puede ir a descansar tranquila “porque ha tenido el nivel que el país se merece”, de “respeto, incorporación e inclusión, que va a ser recordada en la historia de Uruguay”. Respecto de la estrategia “por la positiva”, el ex presidente contestó: “La gente es la que opina, no crea que solamente porque se tiene mayoría se tiene razón. Pero hay una mayoría que legitima a Vázquez”.

Mensaje oficial

Después de que se conocieron los resultados, Lacalle Pou subió al estrado acompañado por Larrañaga y la intérprete en lengua de señas. Reconoció a Vázquez como el próximo presidente: “Llamé al doctor Tabaré Vázquez, para reconocerle, felicitarlo legítimamente en estas elecciones, y como no puede ser de otra manera de los blancos, para desearle el mayor de los éxitos en el próximo gobierno”. Después mandó un saludo a “los militantes del Partido Nacional y de todos los partidos”, y al Partido Colorado (PC), que recomendó votar su fórmula. Sobre los resultados finales dijo que “en nuestra colectividad” se “acatan, se respetan y se defienden”, y agregó: “Nosotros no somos partidarios de que ‘a veces las mayorías se equivocan’. Las mayorías dicen y los dirigentes políticos acatan, es lo único que hay que hacer”. Lo dijo haciendo alusión a los dichos de Vázquez en referencia al plebiscito para anular la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado. Además, afirmó que su partido hizo “una campaña que nos permite tranquilamente decir las cosas que vamos a compartir” lo que le deja “una alegría enorme de haber hecho las cosas que teníamos que hacer”.

Aseguró que desde el Parlamento tratarán de llevar adelante la agenda de gobierno que propusieron. “La vamos a impulsar con acuerdos prácticos, no queremos comisiones programáticas y que terminen siendo simplemente negro sobre blanco y no transformando la realidad, los gobernantes debemos dialogar en tanto y en cuanto ese diálogo sirva para beneficiar a la gente y no a los dirigentes”.

Vestuario conforme

Salvo algún dirigente de Alianza Nacional (AN) que se quejaba de que en 2009 Luis Alberto Lacalle había obtenido una votación superior (de 43,5%) y consideraba que la votación no había sido tan buena, en general la dirigencia evaluó positivamente el resultado. El diputado electo Rodrigo Goñi (Todos Hacia Adelante) dijo estar “muy conforme” con un “resultado digno”. Recordó la votación de 31% que el PN logró en octubre y dijo: “En este contexto de bonanza económica, que el PN pueda tener el respaldo que tuvo es casi un milagro”. La senadora electa Verónica Alonso (AN) también consideró bueno el resultado, y dijo que era “quizá más alto” que el que tenía en su cabeza. El diputado Pablo Abdala dijo que el PN “no fracasó electoralmente”.

En tanto, la senadora electa Graciela Bianchi y el senador Jorge Saravia también destacaron que la baja votación del PC en octubre jugó en contra: “Quizá influyó una baja votación del PC, porque nosotros votamos bien en octubre. Con un PC más fuerte, el escenario hubiera sido otro”, opinó Saravia. “La campaña ‘por la positiva’ marcó un hito en la historia uruguaya”, señaló.

Bianchi dijo que esperaba un resultado de este tipo después de haber visto lo que pasó con el PC. “Más o menos estábamos dentro de los guarismos que pensábamos”, sostuvo. Según Bianchi, la baja votación en el balotaje respecto de 2009 se da en el marco de una “crisis de renovación del PN”, lo que tiene un costo electoral. “Lo importante son las crisis de crecimiento”, dijo.

Entre otras cosas, atribuyó la votación del FA a José Mujica, que se entrometió en la campaña, “violando la Constitución”, al “clientelismo político” que practicó el FA y a la “marginalidad cultural” del país. “[Karl] Marx lo estudió a mediados del siglo XIX: el lumpenproletariado no tiene ideología, tiene precio, y eso es consecuencia de todos los partidos que desatendieron la educación pública. La marginalidad cultural importa mucho más que tener más o menos plata en el bolsillo”.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura