Ayer de madrugada arribaron a Montevideo los seis presos detenidos en la cárcel estadounidense de Guantánamo que el gobierno uruguayo había anunciado que iba a recibir en marzo. Se trata de cuatro sirios, un palestino y un tunecino que ya se encuentran en centros hospitalarios del país, donde permanecerán en observación médica: cinco fueron transferidos al Hospital Militar y el sexto se encuentra en el Maciel.
Uno de los seis detenidos, Abu Wa’el Dhiab, comenzó una huelga de hambre a inicios de 2013 para protestar porque aunque no había cargos contra él estaba en prisión. No obstante, desde entonces hasta el mes pasado, casi sin interrupciones, fue alimentado por medio de una sonda que se le colocaba, por la fuerza, por la nariz. A raíz de esta situación, sus abogados le iniciaron un litigio al Estado estadounidense debido a las prácticas de alimentación forzada que el Ejército practica en Guantánamo.
Tras la revisión médica los ex presos se alojarán por un tiempo en un hogar en Montevideo. Todos “contarán con todas las libertades” y no tendrán “ningún período obligado de estancia” en el país. “Van a estar como ciudadanos libres”, dijeron desde el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). “Están en carácter de refugiados, y el primer día que se quieran ir se pueden ir”, sostuvo el viernes el presidente José Mujica en diálogo con Televisión Nacional Uruguay. Se espera que el mandatario sea el principal informante de todo el proceso, dijeron fuentes de la cancillería.
Ayer la cancillería confirmó mediante un comunicado la llegada de los ex detenidos. “Uruguay recibe a seis personas que se encontraban privadas de libertad en la cárcel de la Base Naval de Bahía de Guantánamo”, sostiene el comunicado, que asegura que Uruguay “mantendrá respecto a ellos el más estricto apego a las normas de protección internacional humanitaria, de acuerdo a su solicitud de refugio”. Luego hace referencia a una carta abierta del presidente José Mujica al “pueblo uruguayo” y al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que fue dada a conocer el viernes: “Recogiendo de nuestro mejor pasado esa vocación, hemos ofrecido nuestra hospitalidad para seres humanos que sufrían un atroz secuestro en Guantánamo. La razón ineludible es humanitaria”. En la nota Mujica también recordó que al país “han venido, desde nuestra independencia y aun antes, personas y contingentes a veces muy numerosos en busca de refugio”. Además, destacó que en otras épocas del país “hemos recibido la cálida y oportuna mano tendida y el asilo de numerosos países, a pesar de que éramos ‘acusados’ por la tiranía doméstica de ser gente muy peligrosa”.
Mujica finalizó su carta señalando que la ocasión es “propicia” para reclamar nuevamente el “levantamiento del injusto e injustificable embargo a nuestra hermana República de Cuba” y pedir la liberación de tres cubanos presos en Estados Unidos desde hace 16 años, así como de un “independentista puertorriqueño” también preso en ese país desde hace 13 años. En tanto, el gobierno de Estados Unidos agradeció a Uruguay y aseguró que ambos países coordinaron para garantizar que esta transferencia se realizara de acuerdo con las medidas de seguridad y humanidad apropiadas.
Curioso
La llegada de los ex reclusos fue coordinada por la cancillería nacional. El canciller en ejercicio, Luis Porto, se hizo presente en el arribo, que se produjo en la Base Aérea N1, informó Subrayado. Algunas futuras autoridades del gobierno electo no fueron informadas del proceso. El canciller designado por Tabaré Vázquez para el próximo gobierno, Rodolfo Nin Novoa, dijo a la diaria que se enteró de la llegada de los presos por la prensa. La ex embajadora de Estados Unidos, Julissa Reynoso, declaró la semana pasada que había hablado con Vázquez acerca de la llegada de los presos de Guantánamo y aseguró que el futuro presidente estaba “conforme y de acuerdo con la transferencia” de los ex reclusos.
Según el periódico estadounidense The New York Times, la demora en la transferencia de los reclusos se debió al secretario de Defensa del gobierno estadounidense, Chuck Hagel, responsable del ritmo de aprobación de transferencias de detenidos de bajo peligro. Esto generó tensiones en la Casa Blanca, que determinaron su renuncia bajo presiones el mes pasado, aseguró ese medio.
Repercusiones
La organización internacional Human Rights Watch celebró la llegada de los ex presos. Una de las voceras de esta organización, Laura Pitter, declaró: “Si bien la responsabilidad de la detención ilegal en Guantánamo corresponde a Estados Unidos, otros países pueden ayudar a poner fin a este abuso siguiendo el ejemplo de Uruguay al recibir a los detenidos”.
En tanto, el secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, felicitó “la iniciativa y la voluntad política, tanto de Mujica como de Vázquez, por haber hecho realidad este gesto, que contribuye a la solución de un problema de derechos humanos en nuestro hemisferio”.
En la oposición no hubo la misma euforia. El senador colorado Ope Pasquet recordó que la Comisión Permanente del Parlamento votó una convocatoria al canciller Luis Almagro para que informe sobre “este y otros temas”, pero el jerarca aún no ha comparecido. “Llegan antes los presos de lo que le lleva a Almagro trasladarse del Palacio Santos al Palacio Legislativo”, ironizó. También cuestionó que el gobierno “nunca llamó a los representantes de la oposición para informar de esta situación”, y aseguró que no es un simple “pedido de refugio de presos”, sino que, tal como dijo Reynoso, existe un “acuerdo” de Estados Unidos con el “Estado uruguayo” que “requiere aprobación parlamentaria”. “No me opongo a la venida de presos por razones humanitarias, pero quiero que se cumplan las formas establecidas”, remató.