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Autorregulados y poco participativos: así son los uruguayos, según encuesta de cultura ciudadana.

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Hoy se realiza en el centro de conferencias de la Intendencia de Montevideo la apertura de las jornadas denominadas “Espacios públicos de Montevideo”. Se presentará un estudio comparativo de cultura ciudadana entre Montevideo y Estocolmo, realizado por la Universidad de esta última ciudad. Participará Antanas Mockus, ex alcalde de Bogotá, político y filósofo.

También se presentará Estudio sobre cultura ciudadana Uruguay 2012, elaborado en base a encuestas realizadas por la consultora Equipos Mori entre el 18 de octubre y el 20 de noviembre de 2012. Se trata de una encuesta diseñada por la organización Corpovisionarios que se aplica también en 17 ciudades de Colombia y otras seis ciudades latinoamericanas. Entre otros aspectos, se releva la valoración y el comportamiento respecto de la ley y la moral, la movilidad urbana, la tolerancia, la cultura tributaria, la seguridad y la participación comunitaria.

Ante la pregunta de qué influye más en su comportamiento, los uruguayos respondieron “cumplir con su propia conciencia” (87%), frente a, por ejemplo, obedecer a la autoridad o a las normas. Consultados sobre qué les parece que motiva el comportamiento de los demás, una alta proporción (59%) respondió también “cumplir con su propia conciencia”. A diferencia del resto de las ciudades latinoamericanas objeto de la encuesta, “la capital de Uruguay presenta lo que bajo el enfoque de cultura ciudadana se denomina simetría, que consiste en que el ciudadano tenga una imagen del otro similar a la que tiene de sí mismo”. “Si se tiene una buena percepción del otro, se tendrán altas expectativas sobre su comportamiento. Si yo creo que los demás se comportan adecuadamente (expectativa empírica), y los considero similares a mí, seguramente voy pensar que esperan de mí un comportamiento similar (expectativa normativa). En conclusión, si se cumplen las condiciones anteriores estamos en presencia de una metanorma social, de cumplimiento de normas, que operaría en favor de una buena convivencia”, indica el informe.

La conclusión de que la autorregulación es “el rasgo más fuerte de la sociedad montevideana” se sustenta también por “el bajo entusiasmo que presenta por el sistema regulador formal o la ley”. Ante la pregunta de qué sentimientos les despiertan las palabras “norma” o “regla”, el porcentaje de uruguayos que responden “un sentimiento positivo” es más bajo que en el resto de las ciudades encuestadas (83% frente a 87% del promedio de las ciudades). Montevideo es de las ciudades donde los pobladores muestran menor disposición a llamar la atención a las personas en los espacios públicos cuando no cumplen las normas, y también de las que muestran menor predisposición a regular, principalmente por indiferencia y porque consideran que no les corresponde corregir a los demás.

Otros datos no resultan alentadores en lo vinculado a la participación y la convivencia. El estudio señala que en Montevideo “se evidencian algunos síntomas de lo que podríamos llamar atomización social”. Se extrae esta conclusión a partir de la baja disposición a hacer acuerdos, y de la baja participación ciudadana. Sólo 10% manifestó haber participado en la organización de eventos culturales, recreativos y deportivos; 7% participó en marchas y manifestaciones; y 2% participó en actividades relacionadas con los espacios de gestión o control de asuntos públicos. “Este resultado puede ser reflejo de una sociedad donde los asuntos privados están por encima de los públicos, donde la autorregulación juega un papel tan importante que diluye lo colectivo y podría estar promoviendo la construcción de una sociedad atomizada”, concluye el estudio.

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